CEV Centenaria

Cardenal Baltazar Porras

Por: Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo

La asamblea ordinaria de la Conferencia Episcopal Venezolana, celebrada en julio 2013, es la número 100 en 109 años. Para 1904, fecha de la primera asamblea, tenía el país cinco obispos. Presidida por Mons. Juan Bautista Castro, en cumplimiento del mandato del Concilio Plenario de América Latina (1899), tuvo como fruto la “Instrucción Pastoral”, compendio doctrinal y disciplinar, adaptado a las realidades patrias, que vino a sustituir a las vetustas normas del Sínodo de Caracas de 1687.

La inexistencia de carreteras y el riesgo que significa viajar por mar, ya que había que “salir” del país, con escala en Trinidad o Curazao, con el peligro de que no se le permitiera “entrar” a Venezuela por el puerto de La Guaira, fue un obstáculo para reunirse anualmente. Esto explica que hasta mediados del siglo XX las reuniones colectivas fueran esporádicas. Habrá que esperar hasta la época democrática (1958), coincidente con la celebración del Concilio Vaticano II (1962-1965), para que las reuniones tomaran ritmo anual. Para entonces, el número de diócesis y obispos giraba en torno a 20, hasta llegar en nuestros días a un número superior a 40.

Los documentos emanados durante este siglo son un termómetro de la vida eclesial y civil. Los logros y dificultades de la sociedad han sido los de la Iglesia. Y los desencuentros, principalmente con el poder político, al señalar males que padecemos, ha sido también una constante. La vocación proféticas, de acompañamiento y esperanza, en la búsqueda de soluciones a los problemas comunes, han sido norte como ciudadanos y pastores de los obispos y sus colaboradores.

Hacer memoria es ver el pasado con gratitud, el presente vivirlo con pasión, y construir el futuro con profundo sentido de verdad y justicia. El desafío es seguir en el surco, como miembros de una mismo y única sociedad, ávidos de fraternidad, de paz y de progreso material y espiritual. Es la tarea permanente del episcopado venezolano.