Con fundamento: Mérida, el amor otoñal de Manuel Mujica Millán

Por: Bernardo Moncada Cárdenas…

In Memoriam, en el CXXIV aniversario de su nacimiento y a treinta años de la gran exposición MANUEL MUJICA MILLÁN ARQUITECTO

Una de las bonitas anécdotas que escuché de Doña Berta Heny de Mujica, viuda devotamente dedicada a la memoria de su marido, fue el recuerdo de su primer encuentro, el día en que siendo una linda señorita caraqueña, vio al joven Manuel Mujica Millán entrar a la mansión de los Heny: «¡Con ese hombre me voy a casar!», con un suspiro fue su instantáneo pensamiento, según nos contó. La premonición se cumplió, de modo que, iniciando 1950, se mudaba a Mérida del brazo de su flamante esposo: «Manolo», como acostumbraba llamarlo.

Y amó Manuel Mujica Milán a Doña Berta hasta sus postreros momentos, amó a Venezuela y en especial a Mérida, donde transcurrirían sus últimos 15 años de existencia.

Fue Mujica Millán gran arquitecto y ciudadano. Los desencantos sufridos en España animaron la decisión de aceptar el ofrecimiento de un proyecto en Caracas. De este país no regresaría a su Barcelona salvo brevemente y por imperativos de salud. En Caracas encontró una carrera como protagonista de la modernización urbana y arquitectónica de toda una nación. Para mí, Vilanueva, Mujica Milán, y Guinand Sandoz, asumieron esa responsabilidad activa y celosamente, entregando su genio a la arquitectura venezolana. Como premio han obtenido el reconocimiento de la historia.

La relación de Mujica Millán con el entorno urbano era tan exigente afectuosa y apasionada que el español era su segunda lengua, pues la principal manera de comunicarse era la arquitectura, además de su sobresaliente manera de dibujar. Que el ayuntamiento barcelonés desestimara su proyecto ganador en el concurso para remodelar una importante zona del municipio rompió su corazón. Estableciéndose en Venezuela, aspiró siempre a mejorar categóricamente la ciudad y a enriquecerla con obras siempre significativas, y lo logró. En treinta y ocho años, llenó a Caracas y a Mérida de edificaciones y urbanismos que expresaban su amor más que cualquier discurso.

En Mérida halló el sosiego que deseaba, el clima que le convenía, y las amistades que el distinguido ambiente universitario y la respetuosa cultura andina de entonces, le ofrecieron. Por estos factores dejó la lucrativa carrera capitalina.

En nuestra ciudad, las obras de la nueva catedral, la ampliación del rectorado de la ULA, y el nuevo Palacio de Gobierno, fueron “su adorado tormento”. Con el asentimiento de Doña Berta, les entregó la vida.

La pasada semana se cumplieron treinta años del homenaje que la Fundación Museo de Arquitectura, con las facultades de arquitectura de la Universidad de Los Andes y la Universidad Central de Venezuela, organizamos, con la curaduría de los arquitectos Martín Padrón, William Niño Araque, y quien escribe. Por un mes, los salones de la Galería de Arte Nacional, entonces ocupando el airoso local del antiguo Museo de Bellas Artes diseñado por Villanueva en Caracas, albergó material gráfico invalorable, procedente de archivos de la UCV, del rectorado de la ULA, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona y colecciones privadas, con soberbias maquetas de sus obras, en la exposición MANUEL MUJICA MILLÁN ARQUITECTO.

La investigación realizada en el Centro de Estudios Históricos de Arquitectura “Alfonso Vanegas” CEHAAV, con la colaboración de la arquitecta Meridalba Muñoz Bravo, quien luego entraría a la ULA como profesora para continuar el trabajo sobre el extraordinario personaje, dio lugar al material base del pequeño catálogo y los textos de lo expuesto. Un continuo flujo de asistentes de la capital y, luego, en nuestra ciudad, donde la muestra fue montada en la sede de la Corporación de Los Andes en 1992, no solamente se admiró la vasta obra arquitectónica y urbanística, sino al Mujica Millán dibujante y acuarelista. Visitando el MBA el conocido Arquitecto Robles Piquer, cuyas caricaturas aparecían en página de arte de El Nacional con el pseudónimo de RAS, su esposa, a la sazón presidiendo la Asociación venezolana de Acuarelistas, declaró para nuestra satisfacción que estaba ante “las mejores acuarelas que había visto en Venezuela”.

Son momentos y figuras que deben ser recordados, en una nación que necesita mirar su grandeza histórica más allá de gestas militares y discursos épicos.

14 julio 2021 bmcard7@gmail.com