Por: Bernardo Moncada Cárdenas…
“Niños, vuestra ignorancia, vuestra seguridad, vuestra inocencia, es la ignorancia misma de Jesús, del Niño Jesús.
Y su tímida seguridad.
Sois esperanzas como el Niño Jesús era esperanza.
Realmente sois niños Jesús.”
Charles Péguy, El pórtico del misterio de la segunda virtud.
El pasado domingo se repartieron en las redes los populares stickers, fotos, y frases bonitas en especial honor a los niños del mundo. También quien escribe se sumó a esa celebración que parece necesaria, en parte para consentir y regalar a los niños que gozan de adultos que les tomen en cuenta, en parte para recordar la inmensa proporción de infantes que crecen sin apoyo, que sufren enfermedades sin posible atención, que se ven obligados a trabajar en “servicios” a veces de los más degradantes, a la asombrosa multitud de pequeñines emigrando solos, hacia un futuro ignoto, los que en el vientre de una madre solamente esperan nacer, sólo saben vivir… y los que ven frustrada esa esperanza, exterminados por conveniencia adulta.
Ellos no saben del Día del Niño.
Ellos son los niños del día.
Y de todos modos son esperanza, aunque les veamos zarrapastrosos, mendigando un pan con sus desvaídos morrales tricolor, mostrando la verdad de las supuestas políticas educacionales del gobierno.
Son esperanza aunque un mundo como éste les adore solamente un día del año, para después aprobar normativas que les arrebaten el derecho de crecer en amor familiar, no en maquinarias estatales dispensadoras de ideología y falso conocimiento, que imponga como un paso civilizador matarles antes de nacer.
Este mundo adulto más pueril, en sus pretensiones e irresponsabilidad, que todo niño, debe algo mucho más grande que un “Día del niño” a estas inocencias abusadas, explotadas, ignoradas y suprimidas antes de nacer, que son los niños del día, la terca esperanza que nos queda.
21-07- 2021
bmcard7@gmail.com
