Venezuela está inmersa en una distorsión en cuanto a los referentes desdibujados que ejercen el poder que día a día destruyen el país y el espíritu de su gente.
Daniel García presidente del PMI crítico la degeneración de las instituciones incluyendo las fuerzas armadas quienes dentro del ideal revolucionario y bolivariano, si así se le puede llamar, han sido permisivas en la inclusión de un componente adicional a las 4 fuerzas existentes y son los llamados milicianos. La fuerza armada está siendo comprimida por una minoría de sus jerarcas cuyo mayor capital es el cuestionamiento por los resultados que han obtenido dentro de su propia institución y en todas en todos niveles del poder público que han ejercido y ejercen. Desde ministerios, embajadas hasta gobernaciones y alcaldías están en manos y bajo el control total de los cuadros militares. Los civiles con las verdaderas capacidades y preparación profesional para las diferentes aéreas han sido desplazados, ignorados y descalificados.
Cada uno de los venezolanos estamos consientes del grado de la crisis y ruina del país, que indudablemente es única responsabilidad de quienes ahora son una especie de profesionales multifacéticos que asumen cualquier responsabilidad sin tener posibilidades de ejercerla por no estar ligada a su profesión lo que afecta directamente al ciudadano. Ejemplo claro el colapso actual de todos los servicios públicos, la industria petrolera por señalar algo.
Pero el caso es que en nuestro estado Mérida las figuras que mal administran los recursos, engañan a la gente y usurpan funciones del ejecutivo regional como el Protector Jehyson Guzmán y un grupo de funcionarios oficialistas de rangos altos y medios entre ellos el alcalde de campo Elías, Simón Figueroa visten atuendos militares inclusive en actos públicos. Este último se atrevió a ponerse el uniforme miliciano y la banda de alcalde encima lo que acentúa la distorsión que se le induce al pueblo merideño.
Mis señalamientos son para dejar estas dos reflexiones. Porque los militares que irresponsablemente desplazaron a miles de venezolanos profesionales para ejercer las instituciones afines con sus conocimientos, pero que se ganaron su uniforme, porque dejan de usarlos. Porque los pocos civiles que ejercen el poder, el uniformarse lo tomaron como una moda y en oportunidades como mamarrachos se pasean oriundos ante asombro de los ciudadanos. Definitivamente ante estos hechos públicos y notorios graficados por los medios casi diariamente en el país, lo venezolanos debemos condenar y reaccionar ante estos hechos atroces contra la vida republicana, donde vemos hombres y mujeres acaba ropas , narcotizados por la revolución, sin carrera militar alguna vistiendo uniformes , degradando la institución militar y burlándose de las instituciones civiles.
Nota de prensa
