El sábado pasado 11 de marzo, la ciudad de Mérida tuvo la oportunidad de disfrutar de algo diferente. Así mismo, la iniciativa de Xinia y Peter, luchadores incansables de lograr un mejor país, invitaron a dos grandes profesionales que hace 11 años buscaban algo distinto en sus vidas. Esa búsqueda de un “destino ineludible” las llevó a producir un queso fresco de cabra de la más alta calidad, logrando desarrollar una comunidad de productores caprinos, haciendo crecer sus rebaños y elevando los estándares de producción. Hoy día, ya maduras y listas para continuar creciendo decidieron dar otro paso adelante logrando la elaboración de “Quesos Madurados”.
Marianela García y Elisa Grimaldi son las protagonistas de esta pequeña historia llamada Ananké, que junto a tres vinos otorgados por Casa Oliveira, la cocina del Chef Nestor Gutierrez de la Posada Xinia y Peter más el debut oficial como Sommelier de mi persona presentando las armonías y los vinos, logramos no la suma para otorgar un gran evento, se logró la multiplicación de ideas que culminó generando una deliciosa experiencia enogastronómica.
La presentación de tres quesos madurados, llamados *Paramero, *Paramero con cenizas y *Galipanero, cada uno de ellos en tres diferentes estadios o niveles de envejecimiento. En total 9 quesos a degustar que fueron analizados organolépticamente previamente cada uno para posteriormente ser armonizados con tres vinos de diferentes países y de diferente tipo.
El primer vino de la tarde fue de Viña los Vascos, Dominio de Barons de Rotshchild, de uva Sauvignon Blanc, año 2013, Chile, y que acompañó perfectamente al queso Paramero fresco adicionalmente un aperitivo realizado que consistía en una tartaleta intervenida que contenía una pequeña ensaladilla de tomates cherry, verdes del huerto y el queso. Los niveles de acidez del queso, del vino y los aromas vegetales, herbáceos presentes en ambos productos lograron una conjunción maravillosa de placer.
EL segundo vino de la tarde fue un vino tinto, su nombre Partager, perteneciente a Barton & Guestier, Francia. Un vino de mesa, fácil de tomar, de cuerpo medio, muy aromático con agradables frutos rojos fue quien acompañó al madurado Galipanero semi-envejecido y a un crocante de ajonjolí, que adicional al queso lo coronaba una lámina de fresa fresca. Pero la experiencia de este aperitivo fue más allá cuando al agregarle unas pequeñas gotas de miel trufada le dio paso para que el tercer vino de la tarde entrara en grande.
El tercer vino fue para Portugal, un Oporto de la compañía Barros tipo Tawny, envejecido en Barricas de Roble por 3 años que acompañó además del bocado que hice mención anteriormente, al queso Paramero con cenizas de zanahoria y profundamente envejecido. Un vino diferente y de otro nivel para un queso que no podía aceptar nada menos. Adicionalmente y para cerrar con broche de oro desde la cocina llegó al plato de los comensales una cesta de chocolate con helado de queso fresco suave, coronado por sirope de ají dulce y naranjas confitadas, logrando generar una sensación indescriptible para muchos de los presentes.
Una tarde – noche, cargada de música instrumental en vivo magistralmente interpretada, emociones, buena vibra y de una experiencia maravillosa, que invitan a un país posible.
Esta es la verdadera Mérida Preciosa luchando por un turismo gastronómico.
Les invito disfrutar y descubrir los sitios web de
www.xiniaypeter.com, www.publico.casaoliveira.com
¡Salud!
Por: Vicente A. González H.
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