Deshumanización venezolana

Por: Ramés Uribe..

Intro. Apenas la semana pasada en el marco académico de las I jornadas de investigación filosófica de la ULA, surgieron tremendas reflexiones de carácter filosófico, volando sobre las nubes de la razón de los dioses del pensamiento universal. También planteamos en nuestra ponencia un tema académico que aterrizó en la tierra firme de la realidad cotidiana, sobre la deshumanización estética de Ortega y Gasset, de lo más importante además de las implicaciones en la actualidad y en nuestra todavía maravillosa Venezuela a pesar de los pesares más que conocidos, vivenciados.

Definición. El diccionario de la Real Academia Española (2017), define deshumanización como la acción y el efecto de privar de caracteres humanos. En filosofía social,  deshumanizar es aquella situación social en que se diluye la condición humana por multiplicidad de razones generalmente injustificadas desde la óptica de la ética y que implica una violación de los derechos humanos.  Ahondando un poco el tema de la deshumanización, se tiene como sinónimo la palabra  infrahumanización. Hace siglos, el filósofo ginebrino Rousseau, denunció este fenómeno social como resultado de la pérdida del sentimiento en la sociedad. La profesora de la ULA, Arelys Rondón de Guillén en su tesis doctoral  en 2016, ratifica que el sentimiento es la base de la naturaleza del hombre, coincidiendo con lo escrito por el autor del libro “ El Contrato Social”.

Descripción. El fenómeno social de la deshumanización en Venezuela salta crispante a la vista, todos pueden evidenciarlo sin necesidad alguna de las investigaciones científicas sociales y los reportes periodísticos ya lo han presentado. Se observa el espectáculo bochornoso que a todos no solo indigna sino debe llamar  la atención urgente de esa conciencia dormida. La generalizada insensibilidad social e inhumana de algunos sectores de la población nacional es extremadamente alarmante; para muestra un pinito ilustrativo: Hay inescrupulosos merideños que cobran cifras en dólares a nuestros valerosos estudiantes universitarios, infames bachaqueros, que no son más sino unos esquilmadores, expoliadores y hambreadores del pueblo, como dice el  periodista Alfredo Aguilar en su polémico programa televisivo, “cuarto poder”, que no escatiman su ansioso veneno materialista en devorar, cobrar sumas exorbitantes a los enflaquecidos como empobrecidos consumidores.

Rehumanizarnos como medicina. La salida posible ante esta hecatombe social originada por una política económica mal llevada, no necesariamente es estrictamente política. Al menos no la política a que se nos ha acostumbrado; una antipolítica, ya que para nada se persigue el bienestar del pueblo sino mantener el poder a toda costa de la mano de este estado de cosas nefastas en esta bella tierra del laureado poeta venezolano don Rafael Cadenas. Indudablemente la demagogia prima hermana del populismo, viene deteriorando el tejido social hasta convertir en depresivos y mendigos a sus habitantes.

La clave para darle un vuelco de rumbo a esta situación es la rehumanización de la sociedad venezolana. ¿Qué es eso?. ¿Dónde se encuentra ese elixir milagroso?. Pues está en el lugar menos explorado por la mayoría de la gente. Está en algún lugar muy recóndito e íntimo… del corazón y la mente de nuestra gente buena que sufre, pero valiente ante las penosas circunstancias del presente nacional que confían en Dios y en su conciencia para superar todo esto. Para lograrlo se impone la voluntad ética, individual, familiar, institucional y educativa en esa búsqueda de los valores humanos perdidos u olvidados. 

En ese mismo tenor, el periodista Carlos Bracho nos provee un reconfortante artículo titulado, “Y la gente no hace nada”, que nos empina hacia la solución ante la anomia social; ese efecto perjudicial de la deshumanización constatable en la cotidianidad de cualquier rincón del país: …”Te estoy pidiendo que empieces a ser mejor ciudadano, a ser mejor vecino, a ser más consecuente en la lucha por tus sueños, a ser mejor peatón, mejor conductor, a tener sentido de pertenencia…, que empieces a dejar de decir, “ no saldremos nunca de esto”. Recuerda algo, la palabra que sueltas es influencia y sale con fuerza, entiende que como hables y acciones, pues así mismo obtendrás resultados.”

Disponible: http://talcualdigital.com/index.php/2018/05/07/la-gente-no-nada/

Profesor ULA, Nuvm.