El Big Ben Deportivo: Cachicamo diciéndole a morrocoy conchudo… se rumorea en Egipto… 

Por Andrés E. Mora M…

¡En Egipto es la cosa!, sería la entusiasta consigna que debiera escucharse por doquier, y con inusitada frecuencia, si al evento – que tiene previsto reunir a más de 30.000 delegados de 196 países, entre ellos mandatarios y representantes de organismos internacionales – se le augurara un impacto positivo y determinante en el futuro de la grave problemática ambiental que aqueja al planeta. Lamentablemente, no es así. Nunca lo ha sido. Y es que aquella máxima que dice “del dicho al hecho hay mucho trecho”, se cumple a cabalidad en este caso.

De cualquier manera, el país norafricano – ese que de inmediato asociamos con pirámides y faraones; con desiertos, camellos y dromedarios; o con el culto que en la antigüedad recibían animales como el halcón, el toro, el carnero, el león, el hipopótamo, el babuino, la cobra y el gato, entre otros – albergará hasta el 18 de noviembre, lo viene haciendo desde el 6 del mismo mes, la 27° Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27).

Uno de los representantes más connotado de la referida máxima, que desde hace ya varios días se encuentra instalado en las tierras que algunas vez estuvieron bajo el yugo de Cleopatra, proviene de estas latitudes suramericanas – aunque será necesario recurrir al TAS para que defina cuál es su origen, tal y como ese tribunal deportivo hiciese en el caso del futbolista Byron Castillo – ha estado echando «cuentos chinos» desde su arribo a esos lejanos parajes, recordándonos la razón por la cual los cultores del «caradurismo» le rinden tributo a la «concha» – o caparazón, si así lo prefieren – de cachicamos y morrocoyes.

“Venezuela trae una posición firme de acelerar los pasos para el cumplimiento de los acuerdos que ya se han firmado en el pasado y acelerar los procesos para que el modelo capitalista destructivo sea sustituido por un modelo humano, por un modelo respetuoso de las condiciones de vida en el planeta”, manifestaría el susodicho a su llegada al país que más veces ha levantado la Copa Africana de Naciones, satisfacción alcanzada en siete oportunidades, aunque en la edición más reciente las «huestes» comandadas por el «faraón» Mohamed «Mo» Salah – quien por sus hazañas deportivas bien pudiera ser equiparado con Amenofis II, faraón que reinó entre 1443-1417 a. C., conocido como “el rey atleta” – cayeran en penales ante Senegal en la final de ese torneo.

“Modelo respetuoso de las condiciones de vida en el planeta» que «brilla por su ausencia» en el Arco Minero del Orinoco. “Desde el año 2000, hasta finales del 2020, la superficie del bosque en el Arco Minero (AM) se redujo en 520.900 hectáreas (7.6%), equivalente a 677.000 campos de fútbol. Entre el año 2015 y el 2020 la disminución fue de 230.121 hectáreas lo que es la mayor pérdida de bosque entre los periodos quinquenales estudiados. Esta pérdida de bosque equivaldría a la emisión aproximada de 162 millones de toneladas de CO2″, señala el informe “Deforestación y cambios en la cobertura vegetal y de usos de la tierra dentro del denominado Arco Minero del Orinoco entre 2000-2020” elaborado por la ONG SOS Orinoco en agosto 2021.

“En el año 2020 el bosque cubría el 56.6% del total de la superficie del AM, pero su extensión ha venido disminuyendo progresivamente en el tiempo desde el 2000, y se ha acelerado aún más desde el año 2015, período en que entró en vigencia el (decreto del) Arco Minero. El mayor causante de la pérdida de bosque parece ser el uso agropecuario y en segundo lugar el minero, el cual se triplicó en superficie entre el 2015 y 2020. Sin embargo, la deforestación con fines forestales o madereros puede ser importante, aunque no fue posible estimarla en este estudio. Estos resultados evidencian un rotundo fracaso de la gestión ambiental del Estado venezolano», reseña en el resumen la publicación.

Esos hallazgos, por demás irrefutables e incontrovertibles, contradicen de manera categórica el discurso que pregona el referido fulano por aquellos lares.

De tal manera, que no nos extrañaría, para nada, que nuestro bien conocido refrán “cachicamo diciéndole a morrocoy conchudo” – versionado en cuanto idioma se hablé por allá, con el inglés a la cabeza – haya sido el rumor más propagado entre los asistentes a la mega convención que se lleva a cabo en la ciudad balneario de Sharm el-Shei, una vez conocidas la declaraciones que el personaje en cuestión le diera a Telesur a su llegada: “Tenemos que exigir desde el sur que haya un cambio en los sistemas desarrollistas altamente contaminantes del norte, de Europa, de Estados Unidos».

Y es que el individuo que impulsa un “modelo humano”, no solamente es responsable directo de buena parte de la extensa deforestación ocurrida en los más de 100.000 Km2 que abarca la mencionada área, como ya vimos, sino también lo es de la progresiva contaminación química de los cuerpos de agua, de la sistemática violación de derechos fundamentales de comunidades indígenas y rurales, y de la pérdida de la soberanía nacional a manos de grupos irregulares, delincuenciales y criminales, venezolanos y foráneos.

Pero además, la catástrofe generalizada que ocurre en esa vasta zona se encuentra también documentada en infinidades de fotografías… Y “una imagen dice más que mil palabras”, reza un viejo adagio… De hecho, una fotografía de Ricardo Alfieri, exreportero del diario deportivo argentino El Gráfico, fue determinante para dar al traste con “el mayor intento de engaño en la historia del fútbol”, como definió Joseph Blatter al corte que se autoinfligió el arquero chileno Roberto “Cóndor” Rojas, para simular una herida producto de una bengala lanzada desde las tribunas, buscando ganar en la mesa el boleto a Italia-90 que perdía ante Brasil en un  Maracaná abarrotado por 141.072 espectadores…

El que tenga ojos que vea… Aunque muchos se los tapen y otros volteen para otro lado…  

      Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo            

      aemora@gmail.com, @amoramarquez

      12-11-2022