El Big Ben Deportivo: El otro abusador y su «perreo» de casi 24 años

Por Andrés E. Mora M…

“Perrear” es una palabra que escuchamos, por primera vez, relacionada con un tipo de baile muy sugestivo. Sin embargo, desde hace aproximadamente un lustro, quizás menos, la encontramos vinculada al béisbol. Pero, sólo recientemente, nos enteramos de su significado en Costa Rica. Modismo tico que al régimen venezolano «le queda como anillo al dedo». Daremos un paseo, entonces, por la acepción de esta palabra en el mundo de la «pelota» y en la tierra que vio nacer al excepcional portero Keylor Navas. Comenzamos.    

“Perrear” es la denominación dada en el argot beisbolístico de estos días a la celebración que, para disfrutar de la jugada realizada, hace su protagonista. No obstante, eso de gozarse una jugada no es nuevo. De hecho, es algo que ha existido en la «pelota» desde siempre y se le conoce como “josear”. Sin embargo, el “joseo” se limitaba a un ademán, un gesto, una mirada o una palabra luego de concretarse una acción de juego importante – que podía ser un batazo, una jugada defensiva o un «ponche» – con la intención de dejar constancia de la superioridad que se tuvo sobre el rival en ese momento. Por supuesto, respetando el juego.

El “perreo” – hijo del llamado “béisbol moderno” y nacido con el propósito “de hacer que el béisbol sea divertido”, según declaró en alguna ocasión Carlos Correa, uno de sus cultores – puede ser interpretado como un tipo de “joseo” llevado a un nivel de intensidad mayor, siendo el festejo post-jonrón el mejor ejemplo de ello. De ahí que estas sean celebraciones tipo show, basadas en una suerte de coreografía que, por lo general, inicia con el bat flip – aquello de lanzar el bate por los aires de tal manera que gire varias veces antes de caer – para continuar con gestos, expresiones y hasta danza.

De lo anterior, todos los amantes de la «pelota» venezolana fuimos testigos el martes 24-E – por cierto, día que cumplió su trigésimo sexto aniversario el No hit No run que le propinara Urbano Lugo (hijo) a los Tiburones en el cuarto juego de la final de la temporada 1986-87, «joya de pitcheo» que serviría para «cerrar con broche de oro» la barrida «caraquista» con la cual se coronaría por 15ta ocasión – luego del «estacazo» conectado por Ronald Acuña Jr. en la parte alta del cuarto inning del segundo encuentro de la gran final de la LVBP entre Caracas y La Guaira, «vuelacerca» solitario que colocaría, transitoriamente, la pizarra 5-3 a favor de los «escualos».

Nunca antes se había visto un “perreo” de tal magnitud en un estadio venezolano – ni siquiera en uno estadounidense, de acuerdo a lo expresado en redes sociales – con The silencer, el movimiento popularizado por LeBron James en los cosos de la NBA, incluido en el festejo de “el abusador”, como le dicen al oriundo de La Sabana en la MLB.

Asimismo, presenciamos, de facto, el cambio drástico en las “reglas no escritas del béisbol”. Códigos considerados «sagrados» para los peloteros en el pasado. Veamos

Hasta hace pocos años, cuando un bateador se quedaba parado en el «plato» regodeándose del jonrón, el adversario consideraba tal actitud como una afrenta. “Insulto” que, irremediablemente, sería  enmendado en el próximo turno con un «pelotazo». Así fue siempre en la LVBP. Sin embargo, y a pesar de la extravagante celebración de Acuña Jr., eso no fue lo que ocurrió el martes.

El equipo melenudo se «sacó la espinita» en la parte baja del quinto inning, «perreando» también. Isaías Tejada conectaría un doble «barre bases», para que los hermanos Arcia, Orlando y Oswaldo, montaron su «perreo» en home al anotar ambos e irse de nuevo arriba los Leones 6-3, ventaja que no perderían más. Acuña volvería a tomar turno en el séptimo y fallaría con elevado al jardín derecho. Ricardo Rodríguez, pitcher felino, en ningún momento le «arrimó» la pelota al cuerpo. Esa misma actitud es la que, poco a poco, se esta asumiendo en Las Grandes Ligas.

Ahora bien, podemos estar o no de acuerdo con esa manera de festejar. Pero es un hecho que el «perreo» se extiende cada vez más en la Gran Carpa, ante la mirada complaciente de los jerarcas de la MLB. Y parece haber una razón para esto: Todo hace presumir que el show que rodea al «perreo», esta haciendo que los jóvenes vuelvan a interesarse en el béisbol.

Lo anterior contrarrestaría los sondeos que indican que los jóvenes han perdido el interés en un deporte que, como el béisbol, es menos dinámico que el fútbol americano, baloncesto o soccer y cuya duración, además, no se encuentra establecida. “La edad promedio de una persona que ve un partido de béisbol en la televisión es de 57 años”, señaló Matthew Walther en un trabajo periodístico publicado en The New York Times el 06-04-2022. Y para nadie es un secreto que la televisión es el motor detrás del éxito económico de cualquier deporte.

Pero si hablamos de espectáculos, el show que ha montado el régimen esta semana con respecto “a la necesidad del levantamiento de las sanciones contra Venezuela ante el daño que causan a los ciudadanos”, es digno de ser mencionado. El victimizarse, usando a Venezuela como excusa, primero en el mensaje pregrabado ante la VII Cumbre de la CELAC el martes y luego ante el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, ayer, ha sido patético y tiene por objetivo “perrear” – es decir, timar o engañar, de acuerdo al modismo costarricense – al alto funcionario de la ONU.

Mr Türk no se deje engatusar. El régimen abusador, y su “perreo” de casi 24 años, es el único responsable de la destrucción de la economía, institucionalidad, derechos humanos, en fin, de la democracia venezolana y el tejido social del país. Ahora arremete contra las ONG.

El régimen es un auténtico fraude, Mr Türk.

 Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo           

 aemora@gmail.com, @amoramarquez

28-01-2023