El Big Ben Deportivo: El voleibol épico…. Venezuela, ¡Sí se puede!         

Por Andrés E. Mora M…

Al voleibol le correspondió subir el telón a las actividades del deporte de alta competencia nacional dirimiendo, en la segunda semana del mes en curso, los dos cupos a Tokio 2020 que Suramérica aún tenía vacante. De tal manera que, del 7-9 de enero en Bogotá, disputó el Preolímpico Sudamericano de Voleibol Femenino y en Santiago de Chile, del 10  al 12, el masculino.

El cronograma de actividades clasificatorias de los diferentes deportes en este año olímpico le dio ese privilegio, entonces, a una de las disciplinas más desatendidas por Pedro Infante, el impresentable ministro del deporte y presidente del IND cuya gestión ha sido tan mediocre que hasta el usurpador – ¡Qué de fiascos y mediocridad conoce, porque es su especialidad! De ahí que a la «Memoria y Cuenta 2019», la tediosa perorata de cuentos y embustes, presentada el pasado martes 14-E ante la írrita, ilegítima e inconstitucional ANC, nos remitimos – tuvo que recurrir a su conocida «finta» del regaño en cadena nacional, para, por vergüenza, aunque sepamos que de ella carece, simular llamarle la atención a su incompetente, pero leal ministro, luego del estrepitoso fracaso criollo en los Juegos Panamericanos Lima 2019.

Así las cosas, dos días después del vergonzoso espectáculo de los 18 diputados que presentaron posibles síntomas de «emponzoñamiento» – debidos, presuntamente, a la inoculación del veneno de la conocida especie de alacrán «rojus-rojictus», variedad que se caracteriza por atacar a todo aquel parlamentario que tenga el «sistema moral-autoinmune» vulnerable o, en otras palabras, que tengan bajos niveles de lealtad hacia la causa democrática, el país y la población y, por ende, con altísima concentración de «microorganismos portadores» del «síndrome de insensibilidad» a la Emergencia Humanitaria Compleja, los ajusticiamientos de los cuerpos represivos de la dictadura, las desapariciones forzosas, los presos políticos, y a cuanta calamidad y penuria genere el régimen usurpador y genocida – la selección nacional de volibol femenino, víctima en dos oportunidades de la ineficiencia ministerial que conllevó a que diera un par de bochornosos «forfeits», el primero en el «final four» del grupo 3 del Grand Prix Mundial jugado en Camberra, Australia, entre el 22 y 23 de julio de 2017, y el segundo en la 24ta edición del Campeonato Suramericano U20 que se celebró del 16 al 21 de octubre 2018 en Lima, inició su transitar por la cita suramericana cayendo en sets corridos ante Colombia. Perdió al día siguiente en tres sets también ante Argentina, selección que a la postre se hizo del cupo a la capital nipona, para despedirse venciendo a Perú 3-0 y finalizar en un digno y honroso tercer lugar, después de dejar su mejor esfuerzo en el entablado bogotano.  

Por su parte, la selección nacional masculina, que gracias a la gestión del mencionado ministro protagonizó, en fecha del 02/06/2017, el primer forfait en la historia de la Liga Mundial de Voleibol al no poder llegar a tiempo a Frankfurt para disputar el primer encuentro ante Austria, comenzó su periplo hacia Tokio 2020 venciendo a Chile 3-1. Al día siguiente cayó 3-2 ante Colombia en un disputadísimo encuentro, lo que obligaba a los nuestros a vencer en sets corridos al Perú en su último desafío, y depender del resultado Chile-Colombia. Si el equipo anfitrión vencía a la selección de la hermana república, Venezuela clasificaba. Si el seleccionado neogranadino salía airoso, los vecinos se quedaban con el único boleto en disputa,

Y llegó el domingo 12-E. A primera hora, Venezuela hizo su trabajo al dar cuenta del seleccionado incaico 3-0. Las cartas estaban echadas, todo se decidiría en el próximo encuentro. El último del torneo.

Mientras el reloj seguía con su marcha indetenible en la cuenta regresiva hacia el partido definitorio del Preolímpico en la capital chilena, en Caracas sucedían cosas también. Luis Parra, el autoproclamado presidente de la AN, ante la imposibilidad de demostrar el fulano quórum del 5-E, el día que el mundo fue testigo del asalto que, junto a sus secuaces, perpetró al Palacio Federal Legislativo, no se le ocurrió una mejor excusa que declarar ante los medios – con el «cardurismo» que le caracteriza, el mismo que lo llevó a solicitar al gobierno de Bulgaria que no siguiera investigado a la empresa Salva Food 2015, señalada por casos de corrupción, según informó Estefanía Meléndez, embajadora de Venezuela en ese país  –  «que le robaron la lista de asistencia de la sesión del 5 de enero».  Ante tan inverosímil cuento, típico de las absurdeces de sus nuevos aliados, no «gastaremos pólvora en zamuro». No obstante, en la medida que la credibilidad del líder de la «fracción Clap» seguía en su vertiginosa caída, en esa misma medida la dignidad del voleibol criollo se veía recompensada con creces al hacerse del pasaje a Tokio 2020, luego que el seleccionado chileno venciera, tres sets por uno, a su similar colombiano.       

Nuestro voleibol ese día escribió, entonces, una de las páginas de gloria más rutilantes en la historia del deporte venezolano al vencer las más difíciles y variadas adversidades. Lograron sobreponerse a la fatalidad que significó la prematura pérdida de Kervin Piñerua, su gran capitán, quien en el 2016 falleciera a la temprana edad de 25 años a causa de un infarto cardíaco. Superaron los forfeits, la amenaza de suspensión internacional por el impago de las multas impuestas por estas ausencias, los dos años sin participar en competiciones internacionales, y la acumulación de deudas con su cuerpo técnico, inconvenientes todos, derivados de la ineptitud ministerial. No queda dudas que con su gesta coronada el pasado 12-E el volibol, ejemplo de decoro y dignidad, hizo retumbar con su contundente mensaje los cimientos del país decente y honesto….. Venezuela, ¡Sí se puede!        

Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo       aemora@gmail.com, @amoramarquez