Por: Andrés E. Mora M…
Y reapareció la fenomenal Yulimar, nuestra espigada, «guapachosa» y admirada «triplista», quien ha dejado fabulosos registros esparcidos por doquier. Recordemos que el 5 de octubre del año pasado en Doha cerró la mejor temporada de su vida con un salto de 15,37 metros, cuarto mejor registro de la historia. Apenas un mes antes en Andújar, el 6 de septiembre, había obtenido la segunda mejor marca en los anales de esta disciplina con 15,41 m quedando a solo 9 cm de Inessa Kravets, la ucraniana que tiene el mejor registro desde 1995 con 15.50 m. Antes de ese extraordinario «vuelo» en tierra española – en el que probablemente se inspiró Delcy Eloína para «levitar» en el aeropuerto de Barajas en enero – venía de coronase, el 9 de agosto, en la justa panamericana saltando 15,11 m, nuevo record del evento.
Con ese mismo ímpetu, Yulimar inició la temporada 2020 enfocada en los JJ.OO. de Tokio. Así pues, ganó con autoridad el Meeting de Madrid celebrado en febrero, implantando un nuevo record mundial de salto triple en pista cubierta con registro de 15,43 m. Pero llegó la Covid-19 y todo cambió. De tal manera que fue solo el pasado viernes 14 de agosto, luego del «parón» de seis meses producto de la pandemia, que volvió a la competición en Mónaco haciéndose de la válida de la «Diamond League» con un salto de 14,27 m que, aunque vio detener en cuatro su seguidilla de registros sobre los 15 metros en competencias consecutivas, fue un promisorio reinicio de temporada dadas las condiciones tan particulares de este año.
Así de prometedor fue, también, el registro dejado por Keibert Ruiz en su debut. «El careta» valenciano de los Dodgers en su «turno» de estreno en las «Grandes Ligas» se la «desapareció» a Juan Teherán, lanzador colombiano de Anaheim, conectándole un «bambinazo» por toda la raya del «jardín derecho». Con ese «swing» el «toletero» zurdo emuló lo hecho por Alex Cabrera, Gerardo Parra y Willson Contreras, quienes también «jonronearon» en su primera «visita al plato» en las «mayores». Por si fuera poco, nos enteramos – leyendo la columna El Emergente del acucioso Ignacio Serrano – que con ese «batazo» el jovencito de 22 años se «hizo socio», además, de otros dos selectos «clubes» de criollos en la «gran carpa»: uno es aquel cuyo primer hit fue un «jonrón», del que ahora es el duodécimo «accionista», y el otro es el de «vuelacerca» en su primer juego, del que se hizo con la décima «membresía».
Otro pelotero venezolano que dio mucho de qué hablar estos días, fue Miguel Cabrera. El maracayero, quien inició la temporada 2020 en el puesto 29 entre los líderes de por vida de «carreras impulsadas» de la MLB, escaló, con las 11 «remolcadas» hasta el jueves, a la posición 25, superando a Cal Ripken Jr., Jim Thome, Reggie Jackson y Frank Thomas, todos ellos con un nicho en el «Hall of Fame» en Cooperstown. Lugar en el que, con altas probabilidades, morará «Miggy» también una vez retirado y su aquilatada trayectoria considerada.
Ahora bien, si Miguel tiene enormes posibilidades para entrar al Salón de la Fama – hasta Juan Vené lo apoyaría, cuestión que el polémico periodista, único venezolano con derecho a voto, no ha hecho con Omar Vizquel –, es imposible que la «Peste» no haga lo propio en el «Salón de la Infamia». Si con los registros que le tiene inventariado Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, lo colocaba de favorito en las «quinielas» para cuando le toque ser «elegible», el manejo que ha hecho de la crisis derivada por el coronavirus hace que su inducción al «Hall de la Ignominia» sea por aclamación. Veamos.
Desde que el usurpador decretó el estado de alarma el 13 de marzo, es poco o nada lo que la «Peste» ha hecho para encarar al letal visitante asiático. “El sistema establecido por las autoridades lleva por diseño al subregistro y al retraso: pruebas poco confiables, escasos laboratorios y la opacidad en los protocolos hacen que las muertes se multipliquen a una tasa más rápida que la capacidad y la voluntad para contarlas”, concluiría el portal Armando.info en su trabajo de investigación titulado La contabilidad en negro de la pandemia.
Asimismo, ha quedado claro que la prioridad para la «Peste» y sus circunstanciales socios – la siniestra «mesita» y los perversos «alacranes patrocinados» por Alex Saab, de quien se espera pronto le expidan su «one way ticket» a los Estados Unidos – sea el 6D.
Por eso hay presupuesto para comprar 36 mil máquinas de votación que sustituirán buena parte de las que resultaron calcinadas en el incendio – por cierto, ¿hubo alguna investigación al respecto? – de los galpones del CNE en Filas de Mariche.
Y, por eso, ¿plata? ¡NO HAY! para mejorar el calamitoso inventario de los 47 hospitales centinela reportado en marzo por el Ministerio para la salud, al que tuvo acceso la Alianza Rebelde Investiga (ARI) para su trabajo COVID–19 La crisis de los hospitales no es un caso importado, siendo el siguiente un breve resumen: “el número de camas disponibles para atender a pacientes con COVID-19 se ubica en 943, lo que representa 0,031 por cada mil habitantes; sólo 55% (26 de 47) de los hospitales centinelas cuentan con rayos X; 43% (20 de 47) no tienen los kits de bioseguridad para proteger al personal médico, o están incompletos; un 57% tiene un suministro de agua continua; y solo hay 15 ambulancias operativas para toda la red nacional pública de centinelas en el país”.
Esta indolencia es la responsable de los 80 trabajadores del sector salud fallecidos hasta el 19 de agosto, según @MedicosUnidosVe. Número que, aclara, no necesariamente se encuentra incluido entre los 303 reportados por los voceros.
No se diga más, la «Peste» esta «sobrada» para ser exaltada al «Hall de la Infamia».
Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo
aemora@gmail.com, @amoramarquez