El Big Ben Deportivo: Peseiro no emules en La Vinotinto los apagones merideños

Por: Andrés E. Mora M…

El pasado martes 13-O finalizó la doble jornada con la que la Conmebol – a «trocha y mocha», como diríamos por estos lares, y luego de posponer en dos ocasiones, en marzo y septiembre, el arranque de las eliminatorias a causa del coronavirus – bajó la «bandera a cuadros» para decretar la partida del «Qualifier Grand Prix» en el «trazado» suramericano que, por lo exigente de sus nueve doble jornadas, es considerado por unanimidad como el más complicado de los seis que conducen a Qatar 2022.

Pero para hacer más enrevesado aún el ya dificultoso «circuito», como si lo dicho anteriormente fuera poco, la lucha clasificatoria comenzó en condiciones nunca antes vistas – ¡Inéditas, pues! –  signadas por la pandemia que azota a la humanidad.

Bajo estas circunstancias, la «Plaga made in China», que no debe confundirse con la «Peste hecha en socialismo» que nos aqueja desde fines del siglo pasado, se encuentra muy lejos de estar controlada haciendo que sea imposible – aunque el régimen usurpador, con fines meramente electorales, manipule de manera irresponsable y grotesca las estadísticas de la Covid-19 con el objeto de hacer ver al país como una singularidad en la región – predecir, entonces, qué tanto más se expandirá y por cuanto más perdurará en el tiempo.

Esta incertidumbre, de hecho, conllevó a que algunos clubes, escudándose tras la excepción expresada en la resolución de la FIFA, no cedieran jugadores considerados claves paras sus intereses en estas dos fechas. Tal fue el caso de Salomón Rondón – nuestro «artillero» histórico con 30 dianas en 80 presentaciones con el combinado nacional – con el Dalian Pro, equipo chino donde milita.

Con ese panorama poco halagador, «La Vinotinto» – junto a las restantes nueve «escuderías nacionales» de este lado del planeta – comenzó la encarnizada disputa por hacerse de alguno de esos cuatro primeros lugares que garantizan un puesto directo en la «parrilla de salida» de la próxima Copa Mundial o de buscar «embolsillarse», siquiera, esa quinta posición que le permita aspirar a un puesto indirecto vía repechaje.

Ahora bien, lo que en absoluto fue inédito, ya que desde hace casi dos lustros ha sido parte del día a día de la provincia venezolana y en especial de la Región Andina, es el hecho de que «El Coloso de Zumba» volviese a «engalanarse» de «vinotinto» con una ciudad de Mérida estremecida por las penumbras, una vez más.

Recordemos que el 11/10/2016, en el marco de la VI Clasificación de Conmebol para la Copa Mundial de Fútbol de 2018 y con la ciudad de «apagón en apagón», los nuestros perdieron su invicto en el estadio Metropolitano de Mérida al caer 0-2 ante la «Canarinha» – en un juego pasado por agua y por oscuridad también, ya que el servicio eléctrico se ausentó del estadio por 20 minutos – cuatro días después de haber caído 3-0 en Montevideo en la primera fecha de aquella quinta doble jornada

En esta oportunidad, los ahora dirigidos por el portugués José Peseiro, sirviendo de anfitriones ante Paraguay este martes en el mismo escenario de hace cuatro años, cerraron con una amarga derrota 0-1 la doble jornada inaugural de las Eliminatorias Suramericanas que ya los había visto perder 3-0 ante Colombia el viernes anterior en Barranquilla, en lo que fue el debut tanto de ambas selecciones en esta edición, la séptima, del «Gran Premio Sudamericano», como del DT luso en el «banquillo» criollo.

Así pues, entre los reiterados «cortocircuitos» de la defensa contra los «cafeteros» y con los muy escasos y aislados «chispazos de luminosidad» en su línea ofensiva frente a los «guaraníes», «La Vinotinto» – con una «falla catastrófica» en el «cerebro central» que dirige sus movimientos – encajó dos derrotas para iniciar con un «black-out» que la dejó sin arrancar en la «línea de salida» a Qatar 2022. Emulando, lamentablemente, lo hecho en la primera doble jornada de la edición anterior y en desafortunada consonancia con la profunda oscurana en la que usualmente se encuentra la capital merideña, que «solo vio luz» durante las pocas horas que tuvo como huéspedes a los paraguayos quienes, al dejar la entidad, pareciese que hubieran tenido el encargo de «bajar el  breaker» nuevamente.

Como se desprende del brevísimo recuento, es evidente que la crisis eléctrica del país comenzó mucho antes que cualquier sanción. De hecho, tuvo su génesis en la negativa del nacido en Sabaneta a continuar con el exitoso Programa de Electrificación Nacional que en los 40 años de democracia llevó el fluido eléctrico a los pueblos más recónditos de la geografía nacional.

La infausta negativa, fundamentada únicamente en la arrogante soberbia del líder de la sangrienta intentona del 4F, generó la emergencia eléctrica de 2009 que además de desatar los demonios de la corrupción que, solamente entre 2010 y 2016, dilapidaron más de US$ 29 mil millones en el sector – «bolichicos», Derwick, Represa Tocoma, y un larguísimo etcétera – significó el principio del fin de las empresas básicas de Guayana – cuya producción en 2019 no llegó al 10%, con algunas sin producir – cuando el autoritario presidente ordenó apagar las «celdas de reducción» de varias de ellas que nunca más volvieron a arrancar. Con el tiempo, el usurpador «arrancaría» las otras, aquellas «celdas que reducen a cero los DD.HH.» vía crímenes de lesa humanidad.

Así pues, esperamos que José Peseiro se vea en ese espejo y trabaje a partir de las fortalezas dejadas en «La Vinotinto» por el cuerpo técnico anterior, que no fueron pocas, ya que no se trata de reconstruir algo que haya encontrado vuelto añicos. Como le corresponderá hacer a la democracia cuando vuelva a tomar las riendas de Venezuela.

Restaría, únicamente, hacerle una humilde sugerencia al nuevo seleccionador nacional: Peseiro no emules en «La Vinotinto» el apagón país o los apagones merideños de los que fuiste testigo.

Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo 

      aemora@gmail.com, @amoramarquez