El Big Ben Deportivo: …Y a DirecTV también lo apagó… el “coronaguiso” acabó con todo…

Por Andrés E. Mora …

Las consecuencias de la voraz e insaciable corrupción de la «Peste» – esa terrible plaga derivada del perverso «coronaguiso», cuyo origen en el país ha sido ubicado en la localidad de un estado llanero incrustado en el piedemonte andino, no sabiéndose a ciencia cierta, aun, si el «paciente 0» se contagió con un suculento «pisillo de chigüire» o con una nutritiva «sopa de picadillo» – repercutieron súbitamente en la pantalla chica, con el intempestivo cese de funciones de DirecTV Latinoamérica en Venezuela.

Dos millones de suscriptores – lo que significa alrededor de ocho millones de personas – quedaron con sus decodificadores inoperativos a partir del martes 19 de mayo, cuando AT&T Inc., dueña de la compañía, hizo público un comunicado en el que anunció “nos vimos obligados a cerrar operaciones en Venezuela”.

Ese día la empresa estadounidense se encontró ante la disyuntiva de, o cumplir con lo establecido por Conatel en su restrictiva Ley Resorte, punta de lanza de la censura y piedra angular de la política de hegemonía comunicacional del régimen, o sacar de su programación a Globovision y Pdvsa TV para dar cumplimiento a las sanciones impuestas por la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros, por sus siglas en inglés), luego que ésta dependencia determinara que ambas, ya sea por sus propietarios o por el financiamiento que reciben, se encuentran vinculadas a prácticas corruptas.

Ese mismo día, José Alguacil se convertía – como daño colateral de los coletazos del «coronaguiso» en la pelota criolla – en la primera baja de los Navegantes del Magallanes para la venidera campaña de la LVBP. La existencia, todavía, de un veto por parte de la MLB para el equipo turco y los Tigres de Aragua, por existir presencia de las gobernaciones de Aragua, Carabobo y la alcaldía de Valencia en el tren ejecutivo de esos conjuntos, impide que contraten personal vinculado a la MLB y, por lo tanto, Alguacil firmó para dirigir en República Dominicana por segundo año consecutivo, reveló Ignacio Serrano en su columna El Emergente. En la actualidad, ambas divisas se encuentran esperando respuesta de la apelación introducida por ante la OFAC.

No hay duda, entonces, que la «Peste» ha sido una calamidad para Venezuela y su gente en todos los ámbitos de la vida nacional. Es harto conocido la manera como destruyó el campo – robándose, porque nunca pagó las expropiaciones, más de 5 millones de hectáreas de tierras productivas que luego abandonó, para dedicarse al «negoción» de las importaciones – y como, en un santiamén, volvió añicos los sectores eléctrico y petrolero. No obstante, nos causó estupor la llegada, hace una semana atrás, de los súper-cisternas para distribuir sobre ruedas el agua que antes se distribuía por tuberías. Eso es bochornoso, para decir lo menos.

¡Pero es que el «coronaguiso» hizo de las suyas! Intervino decididamente hasta que la construcción del sistema Tuy IV – prometida desde 2009 por el «paciente 0» para mejorar el suministro del vital líquido a la creciente Caracas – quedara inconclusa, siguiendo el camino de muchas otras obras en estos últimos 21 años en las que el contagio del siniestro «coronaguiso» fue exponencial, tanto por «transmisión comunitaria», como por «contacto con viajero internacional», caso de la nociva cepa brasileña Odebrecht. Este otro «elefante blanco» – ¡uno más hecho en socialismo! – «dejó con los crespos hechos» a la capital de la república que, en estos tiempos de coronavirus, vio aterrada, el pasado 14 de mayo, cómo una explosión en la estación de bombeo número 20 en Taguacita dejará sin agua, por al menos un mes, a los municipios Baruta, Chacao, El Hatillo, Sucre y parte de Libertador.

El pernicioso virus estuvo presente también cuando se construyó, en 2007, el trasvase de Los Guayos cuyo objetivo era frenar el ascenso del Lago de Valencia descargando 3.600 litros por segundo de sus aguas salinas y sucias en los embalses que almacenan el agua para consumo. Pero – ¡Oh, pequeño detalle! – después de construido se percataron que las potabilizadoras más grandes del Sistema Regional del Centro I y II no habían sido diseñadas para tratar estas aguas contaminadas por aguas servidas. De tal manera que, desde entonces, los habitantes de los estados Aragua, Carabobo y Cojedes se quejan de que el agua que sale por el grifo huele a podrido y es amarilla, viéndose obligados a recurrir a pozos y «llenaderos» para hacerse del preciado líquido…. Por si fuera poco, el trasvase tampoco logró frenar el crecimiento del Lago de Valencia. Tal y como sucedió con el ascenso de la «Pesta» al poder: ¡El remedio fue peor que la enfermedad!

De ahí que el video enviado por el gobernador de Carabobo en donde dice: “(…) Bueno, estamos llegando aquí. A este «megapalo» que vamos a dar. Ya se van a dar cuenta cómo vamos a enfrentar el problema que aún tenemos aquí con el agua. Este es un regalo de nuestro presidente Nicolás Maduro y su gobernador. ¡Vean esto! Ya ustedes van a ver, en medio de crisis, en medio de coronavirus, en medio de pandemia, miren este «megapalo» que estamos dando (…) Gracias señor presidente por este nuevo logro aquí, en el estado Carabobo. Miren ese «palo». Aquí tenemos más de dos millones de litros sobre ruedas para llevarles a todos y cada uno de los rincones de nuestro estado gratuitamente. ¡De gratis! Para poder llevarle agua a nuestra genta (…)”, es el reconocimiento tácito del rotundo fracaso de su gestión, y la de la «Peste», para volver a llevar agua por tuberías a todas las localidades de esa entidad.

Mientras, componentes uniformados siguen el ejemplo de muchos de sus generales, «emprendedores revolucionarios», rebuscándose unos dólares en las estaciones de servicio…… Indiscutiblemente, el «coronaguiso» acabó con todo…. Entretanto, la Emergencia Humanitaria Compleja que atraviesa el país va camino a convertirse en catástrofe humanitaria….

(٭) Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo

aemora@gmail.com, @amoramarquez