El Big Ben Deportivo: Y el VAR caboverdiano lo validó… ¡Goooolazo!

Por Andrés E. Mora M…

El Tribunal Constitucional de Cabo Verde, suerte de VAR de la justicia de ese país, tomándose mucho más tiempo de lo previsto para, con calma y cabeza fría, revisar desde todos los ángulos, y cuantas veces fueran necesarias, las incidencias de juego que conllevaron a la «caída» –   inesperada e impensable que ocurriese en aquel archipiélago ubicado frente a la costa de África Occidental – de la hasta entonces «valla invicta» del CLAP, disculpen, del club patrocinado por el régimen usurpador víctima de una «ofensiva» a lo Erling Haaland o Mohamed Salah, veloz y fulminante, de la Interpol – la Organización Internacional de Policía Criminal que se encarga de la detención de fugitivos buscados por, entre otros delitos graves, fraude, corrupción y blanqueo de capitales – determinó que ninguna «falta» había sido cometida, ni antes ni al momento de producirse la «anotación», por lo que no encontró motivo alguno para invalidarla.

¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOLAAAAAAAAAAAZOOOO!

Fue el sonoro grito salido desde lo más profundo de las entrañas de decenas de millones de ciudadanos de la Venezuela decente, con unos seis millones de ellos diseminados en todo el mundo, que de inmediato retumbó en todo el planeta al conocer la ansiada decisión. Inapelable, por demás.  

De tal manera que en una resolución de 194 páginas, con un sinnúmero de «vectores» en donde se analizó no al milímetro, como en un pasado no muy lejano se habría dicho, sino al nanométrico «pixel», como se dice en estos tiempos de ultra alta resolución, cualquier posibilidad de «offside» o «posición adelantada» de alguno de los veloces «atacantes», el VAR caboverdiano dio la razón al «juez de línea», el conocidísimo, por aquello lados, Tribunal de Apelaciones de Barlovento, y al «árbitro principal», el aún más popular Tribunal Supremo de Justicia, quienes ya habían «validado el gol» en 2020 y el pasado marzo, respectivamente.

Así pues, al barranquillero de ascendencia libanesa dueño del club – o ¿sería del CLAP?, ¡Uf que confusión! –, que en suelo caboverdiano, de buenas a primera y por la magia «hecha en socialismo», sería convertido en “Enviado Especial y Embajador Alterno del Gobierno Bolivariano de Venezuela ante la Unión Africana” – “¡Cosas veredes, amigo Sancho!”, seguramente habría exclamado el hidalgo caballero proveniente de La Mancha de haber sido testigo de semejante cosa –, no le fue suficiente para evitar la validación del importante «tanto» recibido, ni la denominación grandilocuente del «cargo exprés» otorgado, ni el supuesto pasaporte diplomático que incluía tal designación, ni el ostentoso «fichaje» del oneroso «zaguero central» español contratado para la ocasión y que fungiría de líder de una «zaga» conformada por cinco «defensores».

No pudo ahora como coordinador de «defensa de lo indefendible», entonces, quien en otrora fuera un respetado juez que se hiciese célebre el 16 de octubre de 1998 por dictar una orden de detención desde España en contra del sanguinario exdictador chileno Augusto Pinochet – quien se encontraba de visita en Inglaterra para someterse a una intervención quirúrgica de una hernia lumbar discal – por su implicación en las atrocidades ocurridas durante la dictadura militar que él encabezó. No obstante, el 2 de marzo de 2000 el genocida militar sería liberado por el para entonces ministro del interior inglés, Jack Straw.

Mientras en mayo 2010, el referido juez, tenido como vertical e íntegro, sería suspendido como juez de la Audiencia Nacional Española por decisión del Consejo General del Poder Judicial después que un juez del Tribunal Supremo abriera un juicio contra él por presunta prevaricación al investigar los crímenes del franquismo. De ahí en adelante el que fuera considerado un celebérrimo jurista a nivel mundial, se dedicaría a defender a los que como juez condenaba. «Business is business».

Y es precisamente por eso de que «business is business», y debido a que su imagen se encuentra en juego ante otros potenciales «clientes» de perfil similar al actual defendido, es que la «defensa» no cejará en su objetivo de que el «gol no sea validado». “No dejaremos piedra legal sin remover ni foro sin explorar…”, respondió a la decisión del VAR la costosa «zaga». De ahí que expresaran que el fallo, considerado definitivo, “simboliza la muerte expiatoria del Estado de derecho (…) al servicio de intereses puramente políticos según una agenda dictada por Washington. ¡Es un suicidio constitucional”, según reseñó la Voz de América. Retórica típica del que se sabe perdido mientras busca otro subterfugio legal – ya que ese del “enviado especial” no le funcionó – que les permita seguir ralentizando el proceso.

Entretanto, al régimen usurpador – que como patrocinador del «club del CLAP» sufrió «en carne propia» la validación del «gol» caboverdiano – le anotaban otro «golazo». «El Pollo» Carvajal, el mismo que dirigió por tantos años los servicios de inteligencia venezolanos durante el gobierno de Hugo Chávez y quien se encontraba fugado de la justicia española después de que un tribunal de aquel país aprobara en noviembre 2019 la demanda de extradición a Estados Unidos, donde es acusado de narcotráfico, fue detenido el jueves por la noche en Madrid, indicó vía Twitter la Policía Nacional Española.

Se estremecen las redes del «arco» de Miraflores… Dos «golazos» recibidos con 48 horas de diferencia… se percibe en el ambiente un «tufillo» a goleada…

… Y en ese orden de ideas, y aprovechando el envión del optimismo, hacemos votos para que la Vinotinto retome la senda de la victoria en la próxima triple fecha de las eliminatorias a Qatar 2020 y, de ser posible, comience a golear también…

 

      Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo             

      aemora@gmail.com, @amoramarquez

      21-08-2021