El Big Ben Deportivo: Y, entonces… “Cachicamo trabaja paʼ lapa”

Por: Andrés E. Mora M…

Nos sentimos privilegiados como venezolanos que somos de compartir nacionalidad y raíces con Yulimar Rojas, nuestra «morenaza de oro», quien, el 5D, se erigió como la Mejor Atleta Femenina del Mundo este 2020, siendo apenas la tercera latinoamericana en lograrlo en la historia del atletismo mundial. Este  reconocimiento del más alto nivel – el máximo galardón, sin discusión – es el premio al trabajo, dedicación, esfuerzo, constancia y espíritu de superación de esta «chama» nacida hace 25 años en Caracas, pero «portocruzana» de corazón. La antítesis de los que en estos 22 años se acostumbraron a «cobrar 200 sin pasar por Go».

Así pues, si de algo debemos jactarnos los venezolanos es que el racismo, uno de los grandes flagelos que ha afectado a innumerables sociedades desde siempre, en nuestra nación no ha encontrado tierra fértil, a pesar de los intentos infructuosos del chavismo de propagarlo, como hizo con la corrupción. De hecho, al contrario de lo que ellos hubiesen querido, pero en sintonía con lo que es nuestra naturaleza, orgullosos estamos de ese crisol de colores y razas que es nuestro mestizaje. De ahí que difícilmente veamos en esta otrora tierra de gracia, escenas que se observan con frecuencia en otras latitudes en donde, incluso, algunas son tan grotescas que hasta nos llegan a escandalizar. Como esa ocurrida en Paris el martes 8D.  

Constantin Coltescu, ingeniero rumano de 43 años, pasó a la posteridad como el primer árbitro de la UEFA – y quizás de cualquier federación, asociación u organización que rija algún deporte a nivel local, regional, nacional e internacional – que en vivo, y ante la enorme audiencia que a nivel mundial significa un juego de la Champions League, en este caso PSG-Basaksehir, correspondiente a la última jornada del Grupo H, haya contravenido de manera tan burda y absurda uno de los pilares fundacionales del deporte en general, y el fútbol en particular, la lucha contra el racismo.

«¿Why do you say negro?», le preguntaba con insistencia a Coltescu, el cuarto árbitro, un indignado Pierre Webo – exselección nacional de fútbol de Camerún y quien en la actualidad se desempeña como asistente técnico del equipo turco – sorprendiendo a todos los que seguíamos las incidencias del juego por TV, quienes, diecisiete minutos antes, habíamos sido testigo del rutinario ritual que se desarrolla antes de cada encuentro deportivo, al menos, en el mundo occidental, desde el vil asesinato de George Floyd, el afrodescendiente que murió víctima de abuso policial durante su arresto en Minneapolis, Minnesota, el 29 de mayo de 2020.

«Cuando mencionas al tipo blanco, nunca dices este tipo blanco. Dices este tipo. Entonces, ¿Por qué cuando mencionas a un negro, tienes que decir a este negro?», increpó al rumano el delantero senegalés del Basaksehir, Demba Ba, cuyo apoyo al movimiento «Black Lives Matter» es consistente con lo que ha sido su compromiso – de vieja data, por cierto – de enfrentar la discriminación racial y la xenofobia.

A los pocos segundos, los jugadores del Istanbul Basaksehir abandonarían el césped del «Parc des Princes» seguidos, casi de inmediato, por los del equipo parisino quienes, por intermedio de Mbappe – «Nosotros no podemos jugar con ese tipo», le habría dicho el astro francés al juez principal, Ovidiu Hateganad – ya le habían mostrado su total solidaridad a la oncena visitante. Estas imágenes se convirtieron en el más poderoso mensaje jamás enviado desde un engramado en favor de la igualdad.

Igual de contundente fue la histórica abstención del 6D.  Sobran las palabras al ver las imágenes de calles y avenidas solas. Al observar los videos de los «candidatos» ejerciendo el sufragio con la soledad como única compañía. Al echar un vistazo a las estampas con los centros de votación vacíos y el personal de mesa durmiendo. «Viral» se hizo aquella de la joven disfrutando de un «sueñito» con la «capta huellas» a un lado. Fotografía que el «Alacrán» José Brito quiso desvirtuar al insinuar que era de otro inconstitucional evento comicial, la elección de la írrita ANC, pero que el tapabocas y la pantalla de bioseguridad portados por la muchacha lo dejaron en ridículo.  

“Nosotros no podemos votar con un árbitro como ese CNE”, fue el mensaje que alrededor del 80% de la población venezolana le envió al mundo cuando, una vez más, alzó la voz contra el usurpador el pasado domingo y que hoy, 12D, la vuelve a alzar, para revalidarlo, con la ratificación de la voluntad en forma presencial que cada uno de nosotros haremos en los Puntos de Libertad habilitados en Venezuela y el resto del mundo. “Queremos elecciones transparentes, libres y justas”, es la petición.

Si lo de Coltescu fue denigrante, lo del CNE ha sido vergonzoso de inicio a fin. Desde el mismo momento en que – pocos días después de ser írritamente constituido por el TSJ – hizo la convocatoria de la farsa electoral violando seis artículos de la Constitución (73, 77, 186, 292, 293 y 298), hasta lo ocurrido el 6D, que incluyó, entre otras «joyas» de su ignominiosa sumisión al usurpador, que «mudara» a éste de centro electoral al mismo tiempo que estaba votando.

“La chapuza en el cambio de centro de votación de Maduro agrega más dudas al funcionamiento del sistema automatizado de votación, el uso de los nuevos dispositivos de identificación biométrica, las bases de datos del CNE y los «resultados» que se anuncien hoy”, twittearía el domingo en la tarde el periodista Eugenio Martínez (@puzcas) – quien, al igual que @victoramaya, informara de la inaudita mudanza – enumerando algunos de los «ingredientes» del «guiso» preparado con meses de antelación.  

Los que sirvieron de comparsa, consumidos por sus propias angustias, hicieron mutis. Por ejemplo, la «mesita» al «salirle el tiro por la culata» la «jugada» hecha ante el impresentable TSJ, o el «Alacrán» Parra al «fallarle la memoria», desconociendo si se candidateó en la lista nacional o en la de Yaracuy.  

Al final… “Cachicamo trabaja paʼ lapa”.

Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo        

      aemora@gmail.com, @amoramarquez

12-12-2020