El cáncer de cuello uterino tiene importantes implicaciones en la economía de un país

En el conversatorio “Un Café en el IIES” realizado el pasado miércoles 10 de abril en el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales, tres expertas abordaron sus ponencias tituladas, “Avanzando juntas: Acciones después de la concientización sobre el cáncer de cuello uterino” donde coincidieron que esta patología se convirtió en un problema de salud pública en Venezuela. En este sentido,  centraron sus explicaciones específicamente en el Virus de Papiloma Humano (VPH) como principal causante del cáncer de cuello uterino.

En efecto, esta patología tiene profundas implicaciones económicas en el país, entre ellas, una alta tasa de mortalidad lo que afecta directamente en la productividad económica, así como desigualdades sociales debido a que este tipo de cáncer afecta de manera desproporcionada a las mujeres de estratos sociales más pobres. Esta disparidad impacta negativamente en la economía al reducir la participación de mujeres en la fuerza laboral; en cuanto al tratamiento y cuidado de este cáncer también implica que el Estado incurra en gastos significativos en atención médica, cirugías, radioterapia, quimioterapia y seguimiento, costos que afectan los sistemas de salud y las finanzas públicas así como una disminución de  productividad individual y, por ende, la economía en general.

En este sentido, la Dra. Mireya González Blanco especialista en Obstetricia y Ginecología, miembro de la Unidad de Promoción y Desarrollo de la Investigación de la Coordinación de Estudios de Postgrado de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, destacó que estimular a las mujeres a las acciones de prevención y que el tener un diagnóstico oportuno permitirá mayores posibilidades de recuperación y mejor calidad de vida después de los tratamientos.

Por ello, la Dra. González enfatizó en la prevención y sus distintos tipos; que puede ser primaria, secundaria y terciaria. La primaria, son todas aquellas medidas que están destinadas a evitar la enfermedad. La secundaria es cuando se hace el diagnóstico de la enfermedad de forma muy temprana (en esta etapa se trata de una estrategia de prevención porque se detiene la enfermedad y se evita que llegue al cáncer) y ya la prevención terciaria se refiere a todas las acciones relativas a la recuperación de la enfermedad.

Además señaló algunas cifras alertando así sobre la prevención y la pesquisa, por ser una enfermedad frecuente. Informó que en el país no hay cifras oficiales, sin embargo, enseñó las cifras aportadas por la Agencia Internacional de Cáncer publicadas en febrero de 2024. Destacó en forma comparativa lo que ocurre a nivel mundial  y lo que ocurre en Venezuela; indicando que a nivel mundial se detectaron 9.664.000 lesiones de cáncer, de las cuales 662.000 fueron de cuello uterino lo que representó alrededor del 7% ocupando el cuarto lugar. En Venezuela la cifra fue de 31.000 lesiones cancerosas y de ellas 3.965 fueron de cuello uterino, representando el segundo lugar tanto en incidencia como en mortalidad por cáncer lo que representa alrededor del 12 a 13% de todas las lesiones neoplásicas.

En cuanto al origen infeccioso del VPH, la Dra. González manifestó que el ADN de VPH está encontrado en la mayoría de los cánceres invasivos detectados en casi el 98% de las lesiones neoplásicas. Del mismo modo, aclaró que el VPH es un factor necesario, pero no suficiente para el desarrollo del cáncer del cuello uterino, y que tienen que haber otras condiciones que hagan que esa infección se haga persistente y  evolucione en el tiempo para desarrollar la enfermedad. Resaltó que el conocimiento de los factores de riesgo y el conocimiento de que la infección se produce por el VPH, proporciona una estrategia de prevención primaria o varias estrategias de prevención.

Puntualizó que en Venezuela la vacunación contra el VPH está aprobado oficialmente desde el año 2014 -2015 y se suponía que a partir del 2016 debería estar incluida en el Programa Nacional de Inmunizaciones, sin embargo, no está incluido y la vacunación contra el VPH está disponible en el país exclusivamente a nivel privado con un alto costo,  lo que demuestra las iniquidades en la población ya que hay un alto número de mujeres que no tienen la posibilidad de vacunarse.

La Dra. González explicó que la Organización Mundial de la Salud ha planificado establecer medidas para obtener resultados específicos para el año 2030, estos resultados implican que para ese año los países deberían tener una incidencia de 4 por 100.000 mujeres al año y no mayor a eso, por ello la estrategia 90-70-90 que implica que 90% de vacunación para todas las niñas a los 15 años, 70% de tamizaje y finalmente el 90% de tratamiento para todos aquellos casos, que fueron pesquisados con este método.

Por su parte, la Dra María Auxiliadora Escalante, Psiquiatra forense en SENAMECF MÉRIDA alertó que en el país la psiquiatría aborda el cáncer de cuello uterino después de los diagnósticos,lo que calificó como negativo. Todo lo que implica este cáncer se debe abordar bajo un enfoque interdisciplinario pero lamentablemente en Venezuela no es así, dijo. Son pocos los casos donde una paciente puede tener una lesión precancerosa o un cáncer y el médico que le hace diagnóstico lo refiere a un psiquiatra o a un psicólogo. Por ello es importante que ese abordaje interdisciplinario se dé, prosiguió.

Muchas de las personas que son diagnosticadas con cáncer de cuello uterino tienen una particularidad, porque éste involucra la sexualidad. Entonces, dentro de las etapas de duelo está la culpa porque esta enfermedad está relacionada estrechamente con el VPH y este a su vez, está relacionado con relaciones entre múltiples parejas, temprana edad, sin cuidarse, etc, destacó la especialista.

Acerca del enfoque de acompañamiento psicológico, la Dra Escalante informó que en el Instituto Autónomo Hospital de Los Andes (Iahula) cuentan con grupos para el manejo de ansiedad, para las personas que reciben este diagnóstico se les enseñen las terapias de relajación.

Finalmente, la Dra. Militza Quintero Vega coordinadora del postgrado de Biología Molecular de la facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes, sede Labiomex,  resaltó que el 50% de las mujeres se infectan con VPH a temprana edad, una vez iniciadas las relaciones sexuales y que además la persistencia ocurre en un 5% en mujeres mayores de 35 años. 

La experta enfatizó que la citología sigue siendo la prueba de  escogencia para los programas de  prevención por ser sencilla y económica de realizar. Sin embargo, las  pruebas para la  detección de cáncer cervical serían además de la citología, la colposcopia, la   anatomía patológica (que  sería el estudio en caso de  que la paciente tenga una lesión y el  médico tiene que tomar una muestra de  ese tejido y enviarla para un estudio ) y por último las  pruebas moleculares entre ellas la PCR.

Explicó que la prueba de PCR  tiene una baja especificidad para la detección de cáncer por cuanto no se están viendo células sino el ADN del virus. Destacó que es más acertado utilizar la  estrategia  de la doble prueba, es decir, la citología y  prueba molecular.

Finalmente dijo la Dra Quintero que en todos los niveles educativos se debería incluir  una educación sexual de una manera responsable. Destacó la importancia de hacer una cultura  preventiva sobre el tema de cáncer de cuello uterino y su principal origen que es el VPH.

El cáncer de cuello uterino no solo tiene consecuencias devastadoras para la salud de las mujeres, sino también para la economía de un país. Por ello, es fundamental implementar estrategias de prevención, detección temprana y acceso a tratamientos efectivos para reducir su impacto económico.

Pltga. Angélica Villamizar

Investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales – ULA.

14-04-2024