El Petro. Naturaleza, génesis y puesta fuera de funcionamiento

El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes (IIES-ULA), con el propósito de acercar el conocimiento económico a la población ulandina, y en general, a quienes hacen vida en la ciudad de Mérida, retoma, en una segunda temporada, su ciclo de conversatorios “Un café en el IIES”.

 En esta oportunidad, los economistas Adalberto Alvarado y Albio Márquez, profesores de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes (FACES-ULA), conversaron con la audiencia que se hizo presente en las instalaciones del IIES-ULA acerca de la naturaleza, génesis y puesta fuera de funcionamiento de la criptomoneda soberana venezolana “El Petro”.

En su proyecto de creación (White paper), el Petro se define como la primera moneda digital promovida por un gobierno, en este caso, por la República Bolivariana de Venezuela y, además, con respaldo real en comodities venezolanos (petróleo, oro, hierro y diamantes). Lo que le daría, según sus proponentes, un precio que tendería a comportarse de manera estable. Además, el Petro se cambiaría por cualquier otra divisa, es decir, funcionaría como divisa transable.

Al ser considerado una moneda digital, es decir, una forma de dinero que reemplaza a los billetes de papel y al dinero metálico; el Petro queda definido como un medio de cambio, unidad de cuenta o reserva de valor que sería utilizado por los agentes económicos en sus transacciones cotidianas. Lo que quiere decir que mediante transferencias electrónicas se usaría para el pago de bienes y servicios y liquidación de deudas, además de servir como medida estándar de valor. Por otra parte, el hecho de tener respaldo real en comodities define al Petro como un tipo de dinero-mercancía cuyo precio se encuentra anclado al valor de los bienes que lo respaldan; una idea que le aleja de lo que es el dinero fiduciario de uso frecuente en la actualidad, y cuyo valor descansa en la confianza que tienen los agentes económicos respecto a la aceptación generalizada del mismo.

La tecnología detrás del proceso de creación, respaldo e intercambio del Petro fue la Cadena de Bloques o BlockChain, una herramienta digital que sustenta los procesos de muchas de las monedas digitales de hoy en día. El proyecto de promoción del Petro deja en evidencia que el mismo contaría con su propia BlockChain, esto en aras de convertirlo en una herramienta digital transparente.

Estos rasgos llevan a considerar al Petro como una criptomoneda no tradicional. Al igual que otras criptomonedas de uso frecuente a nivel mundial como el bitcoin (BTC), ethereum (ETH) o Cardano (ADA); y otras de origen venezolano como el bolívarcoin, arepacoin o cocuycoin; el Petro no fue emitido por banco central alguno. Como otras criptos, el Petro tuvo una emisión limitada, lo cual representa un valor añadido debido a la existencia de escasez. Pero ante estas similitudes se presenta el hecho de que las criptomonedas tradicionales tienen una administración descentralizada, nadie las controla. Este no fue el caso del Petro, su administración fue centralizada en instituciones del gobierno venezolano. Por otra parte, el valor de las criptomonedas en el mercado responde a la seriedad del proyecto, así como a la adopción y el uso de la cripto. En el caso del Petro, se prometió que su valor estaría siendo ajustado a un índice que reflejaría los cambios de valor de las riquezas contenidas en el subsuelo venezolano, una cualidad que lo hace sumamente distinto al resto de las criptomonedas.

Aclarada la naturaleza del Petro cabe ahora hablar de su génesis. La criptomoneda soberana venezolana, llamada así por la fuerte promoción que recibió por parte del gobierno nacional, nació como una alternativa de carácter financiero que permitiera al gobierno nacional en aquel momento sortear las enormes dificultades que marcaron la gestión de las finanzas públicas nacionales. La caída sostenida de producción petrolera venezolana, así como una tendencia decreciente de los precios internacionales del petróleo, ya venían desde inicios del año 2014 trayendo consigo una merma significativa de los ingresos petroleros. A esto se suma una actividad económica no petrolera cada vez menos dinámica que se traduce en menores rentas internas para el Estado. A este contexto de recesión económica enfrentada con políticas macroeconómicas nada adecuadas se suma la imposición de sanciones unilaterales por parte de la administración estadounidense, lo que se traduce en obstáculos para la generación y manejo de recursos financieros a disposición del Tesoro Nacional.

Ante estas circunstancias, el gobierno nacional vio en el Petro la posibilidad de obtener fondos en divisas convertibles y en moneda nacional que le permitieran en alguna medida sortear parte de su difícil situación presupuestaria. Además, vio en el Petro un mecanismo de indexación que le permitía actualizar de forma recurrente el precio de los bienes públicos ofrecidos por el Estado venezolano, lo cual mejoraba sus maltrechos ingresos.

Una vez descrita las circunstancias en las que vio luz el Petro, cabe preguntarse, ¿cómo promocionó el gobierno nacional el uso del Petro? Y ¿qué lo lleva a decidir su puesta fuera de funcionamiento a mediados del año 2023? Estas serán inquietudes que abordaremos en la siguiente entrega acerca de este tema.

Econ. Adalberto Alvarado

Econ. Albio Márquez

25-02-2024