Ante el elevado y constante aumento de los precios en productos de primera necesidad para el consumo diario como el arroz, azúcar, leche, café e incluso aquellos para el aseo de la ropa como el jabón en polvo; los merideños han tenido que optar por nuevas formas reguladas de consumo.
Por el centro de la ciudad, en cada esquina la gente camina rápido pero en las aceras, se tropiezan con alguno que otro buhonero con su manta en el piso entorpece el tránsito y produce breves amontonamientos que son aprovechados para la oferta de la mercancía.
En un guacal de madera volteado y usado como mesa-mostrador unas bolsitas plásticas transparentes ponen en evidencia colores y texturas antes vistos, son muestras individuales de unos pocos gramos de café, azúcar, arroz; y en algunos casos hasta la desaparecida leche en polvo, sin dejar atrás la tética de aceite para freír alimentos.
Sin embargo esta modalidad tipo de ¨bachaqueo¨ al menudeo es todavía más reciente. Los puesticos en las aceras de casi todas las calles del centro se han convertido en una nueva forma de mercado cotidiano y que resulta un poco más accesible para aquellos que viven solos y pueden racionarse la alimentación de esta manera.
Los precios no se bajan de 50 o 60 bs, y el peso escasamente alcanza los 100 gramos del producto o quizás menos.
La mayoría de las personas que ofrecen estos productos en las calles de la ciudad son hombres y mujeres sin trabajo formal, muchos jovencitos también son las caras constantes del otro lado del ¨mostrador¨ en este comercio ambulante.
El alto costo de la vida a llevado a los merideños a verse en la necesidad de adquirir los productos para el consumo diario a través de esta nueva forma de venta para intentan estirar el salario mínimo y consumir a diario alimentos que permitan calmar el hambre, a pesar de la inflación y la escasez de productos de primera necesidad que a diario se vive.
JQ CNP 23.851
