Escenarios Económicos 2024

En el Foro “Escenarios Económicos 2024” organizado por la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FACES), de la Universidad de Los Andes (ULA),  y el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), destacados economistas venezolanos conversaron sobre las posibles circunstancias en las cuales se desenvuelva la economía venezolana para lo que resta del año 2024, donde trataron lo relacionado con el crecimiento económico,  el nivel de precios, el sector petrolero y su impacto en la economía venezolana tanto en el sector público como en el sector privado, así como las políticas salariales que se espera se puedan ejecutar.

El panel de ponentes estuvo representado por el profesor Raúl Huizzi Decano de la FACES-ULA, el Dr. Albio Márquez Director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la ULA, y  el Prof. Luis Crespo Vicepresidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

En la primera parte del foro el Decano Huizzi comentó que la economía venezolana se encuentra en un punto de inflexión crucial. Destacó los años de contracción y la profunda crisis humanitaria, pero también comentó sobre el posible crecimiento para el 2024. Sin embargo, el economista resaltó que se debe tener en cuenta que este crecimiento no está exento de desafíos y que se podrían exacerbar las profundas desigualdades que ya aquejan al país.

El profesor Huizzi, examinó en profundidad el panorama económico de Venezuela en este 2024, donde consideró los factores que podrían impulsar el crecimiento, los riesgos asociados y las posibles consecuencias para la población venezolana.

Así mismo indicó que las proyecciones de Venezuela para 2024 apuntan a un crecimiento económico de entre el 3% y el 10%;  enfatizando que este repunte se ve impulsado principalmente por la recuperación del precio del petróleo, la cual es la principal fuente de ingresos del país. Sin embargo, aclaró que este crecimiento no está garantizado. Explicó que la flexibilización de las sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos, que actualmente limitan la capacidad de Venezuela para exportar petróleo, son un factor clave. Si las sanciones se mantienen el crecimiento económico será menor, señaló el economista.

El profesor Huizzi destacó que para que el crecimiento económico sea sostenible y equitativo en Venezuela, se necesitan políticas públicas que aborden los problemas estructurales de la economía y la sociedad. Estas políticas deberían incluir:

  • Reducción de la desigualdad: Implementación de programas de redistribución del ingreso, como transferencias directas de efectivo a los hogares más pobres, inversión en educación y salud pública, y reforma del sistema fiscal para hacerlo más progresivo.
  • Formalización del empleo: Incentivos fiscales para las empresas que formalicen a sus trabajadores, creación de programas de capacitación para trabajadores informales y fortalecimiento de las instituciones laborales.
  • Reducción de la pobreza: Expansión de programas sociales como atención médica gratuita, educación gratuita y acceso a alimentos y vivienda asequibles, junto con iniciativas para promover el desarrollo económico local y la generación de empleo en comunidades empobrecidas.
  • Control de la inflación: Implementación de una política monetaria prudente, control del gasto público y medidas para aumentar la productividad de la economía.

En esta ocasión el director del IIES-ULA Albio Márquez expuso que a su juicio, las proyecciones apuntan a un crecimiento económico de entre el 5,5% y el 7% para el próximo año. Explicó que este repunte se va ver impulsado principalmente por la recuperación del precio del petróleo pero que este crecimiento no será uniformemente distribuido.

Argumentó que el sector petrolero, representa alrededor del 95% de las exportaciones de Venezuela, lo que conlleva a que se encuentra en una posición relativamente favorable. Planteó que la demanda global de petróleo está aumentando y los precios se han estabilizado en torno a los $85 por barril lo que podría generar un aumento significativo en los ingresos del gobierno, que podrían ser utilizados para financiar inversiones y programas sociales.

No obstante, el resto de la economía no se encuentra en la misma situación, el profesor Márquez así lo señaló, explicando que el sector no petrolero ha sufrido una profunda contracción en los últimos años, debido a la mala gestión económica, la hiperinflación y la falta de inversión lo que ha traído como resultado que la capacidad productiva del país se vea severamente afectada. Esta situación, sumada a las restricciones fiscales del gobierno, limita el potencial de crecimiento del sector no petrolero indicó el economista, lo que significa que el grueso de la población venezolana, que no está directamente vinculada al sector petrolero, no verá una mejora significativa en su nivel de vida.

También el profesor Márquez manifestó que la desigualdad es uno de los problemas más graves que enfrenta el país. Explicó que según el índice de Gini, Venezuela se encuentra entre las economías más desiguales de América Latina. Esta desigualdad se manifiesta en diversos aspectos de la vida cotidiana. Los ingresos de los más ricos son significativamente más altos que los de los más pobres aseveró el economista, añadiendo que el acceso a servicios básicos como la educación, la salud y la vivienda también está altamente desigual. Si el crecimiento no se traduce en una mejora en la distribución del ingreso y en el acceso a servicios básicos, la brecha entre ricos y pobres podría ampliarse aún más, indicó.

En cuanto a la informalidad laboral en Venezuela, el profesor Márquez comentó que es otro de los grandes desafíos que enfrenta Venezuela, donde según estimaciones del Banco Mundial, alrededor del 70% de la fuerza laboral venezolana se encuentra en el sector informal, esto significa que una gran parte de los trabajadores no tienen acceso a seguridad social, protección laboral, ni beneficios como aguinaldos o vacaciones pagadas. Esta situación los hace más vulnerables a la pobreza y a la explotación explicó el economista. Añadió que se necesitan políticas públicas que incentiven la formalización del empleo y que garanticen los derechos laborales de los trabajadores.

Así mismo, esto llevó al profesor Márquez a destacar que la pobreza es una de las principales consecuencias de la desigualdad y la informalidad. Indicó que según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), realizada por la Universidad Católica Andrés Bello, la tasa de pobreza extrema en Venezuela alcanzó el 76,6% en 2021, lo que significa que casi 8 de cada 10 venezolanos no pueden cubrir sus necesidades básicas de alimentación, vivienda y vestimenta. La situación es aún más grave en los hogares encabezados por mujeres y en las zonas rurales.

Destacó que el crecimiento económico previsto para 2024 podría reducir ligeramente la tasa de pobreza, pero no la eliminará. Se necesitan políticas sociales integrales que aborden las causas estructurales de la pobreza, como la desigualdad, la informalidad y la falta de acceso a servicios básicos, enfatizó el economista.

El economista Márquez resaltó que el futuro de Venezuela depende de la capacidad de sus líderes para tomar decisiones acertadas y de la voluntad de la sociedad para trabajar en conjunto por un país más justo y próspero.

La última parte del foro fue abordada por el profesor Luis Crespo, quien planteó que Venezuela se enfrenta a un escenario electoral crucial que definirá su trayectoria en el 2024. Explicó entonces que hay dos escenarios económicos que se vislumbran: uno con sanciones y otro sin ellas.

El primero explicó el economista, está caracterizado por un crecimiento moderado impulsado por el gasto público y la demanda interna, mientras que el segundo presenta mayores posibilidades de expansión, especialmente si se levantan las sanciones.

Sin embargo, el profesor Luis Crespo comentó que el crecimiento económico no está exento de desafíos. Dijo que la desalarización del trabajo, es una realidad que ha impactado significativamente el poder adquisitivo de la población venezolana, indicó que se exigen medidas urgentes como la reconstrucción del salario a través de una metodología basada en el Convenio 131. El economista explicó que para financiar esta iniciativa, se proponen diversas fuentes: aumento de los ingresos petroleros, ingresos por la venta de minerales del Arco Minero, incremento de la recaudación fiscal y privatizaciones silenciosas.

El profesor Crespo destacó que la recuperación económica depende en gran medida de potenciar la demanda interna y el consumo privado, aspectos que se ven afectados por la desalarización y la falta de confianza en las instituciones.

En este contexto el profesor Luis Crespo indicó que la toma de decisiones por parte del gobierno resulta fundamental. Se debe evaluar el costo político de otorgar un bono o un aumento de salario en vista de las elecciones que se aproximan. Destacó entonces que es importante recordar que el problema no radica en la falta de recursos, sino en la manera en que se administran y distribuyen.

Además el tipo de cambio y las intervenciones del Banco Central, aunque presupuestadas, generan sacrificios en la demanda para mantener una estabilidad relativa de los precios. Si bien esta estrategia ha tenido algunos resultados, las desigualdades, el hambre, la miseria y las carencias de los trabajadores y sus familias son las que pagan el precio real resaltó el economista.

En definitiva los ponentes concluyeron haciendo énfasis que Venezuela se encuentra en una encrucijada. El camino hacia un crecimiento económico sostenible y justo exige abordar los problemas estructurales, reconstruir el salario, potenciar la demanda interna y el consumo privado, y tomar decisiones responsables que beneficien a toda la población. El futuro del país depende de las acciones que se tomen en este momento crucial, aseveraron.

Los economistas coincidieron en que el futuro económico de Venezuela en 2024 es bastante incierto y dependerá de las decisiones que tomen los líderes del país y de la comunidad internacional. Si se toman las medidas correctas, el crecimiento económico podría ser una oportunidad para mejorar la vida de los venezolanos. Sin embargo, si no se abordan los problemas estructurales de la desigualdad, la informalidad y la pobreza, el crecimiento podría exacerbar las dificultades que enfrenta la población y generar un escenario de mayor inequidad y descontento social.

Carly Naosly Rangel

Estudiante de Economía

FACES-ULA

21-04-2024