Este Domingo de Pentecostés es el Día del Seminario San Buenaventura de Mérida

La Iglesia en Venezuela celebra el último domingo de la Pascua, Solemnidad de Pentecostés, el Día del Seminario. En Mérida celebramos con júbilo el Día del Seminario San Buenaventura una de las instituciones educativas más antiguas del estado Mérida.
 
Hace 237 años, el 29 de marzo de 1785, Fray Juan Ramos de Lora primer Obispo de Mérida, sin contar con la aprobación oficial, fundó una Casa de Educación donde estuvo el antiguo convento de los franciscanos, su objetivo fue el de brindarle oportunidad de formación a los jóvenes de la ciudad, especialmente formación religiosa.
 
El Obispo Ramos de Lora asumió por su cuenta el mantenimiento de esa Casa de Educación y sus libros, que fueron la mayor parte de su equipaje a su llegada a Mérida, los donó a la biblioteca de esa incipiente institución.
 
La Casa de Educación dio origen al Seminario Conciliar, erigido por Real Cédula de su Majestad Carlos III, el 9 de junio de 1787. Denominado posteriormente, el 20 de marzo de 1789, Colegio Seminario Tridentino de San Buenaventura por Real Cédula del Rey Carlos IV.
 
El Colegio Seminario se convirtió en uno de los más importantes de América, por él pasaron entre profesores y alumnos, los eminentes prelados Ramón Ignacio Méndez, Ignacio Fernández Peña, Mariano Talavera y Garcés y Buenaventura Arias quienes contribuyeron además a forjar la Patria; abogados como José Ignacio Briceño, Antonio Nicolás Briceño, y Cristóbal Hurtado de Mendoza; hombres de Estado como Manuel Palacio Fajardo, Juan de Dios Picón e Hilarión Paredes y militares como Antonio Rangel.
 
En 1790, el entusiasmo del Obispo Ramos de Lora por el Colegio Seminario era grande, pero se vio mermado por la declinación de sus fuerzas, sin embargo, deja a la institución con una sede y becas para los primeros colegiales. El 9 de noviembre del mismo año muere Fray Juan Ramos de Lora, el fundador.
 
Las labores del Colegio Seminario no se paralizaron con la muerte de Ramos de Lora, el Pbro. Hipólito Elías González Vicario General de la sede vacante continuó fortaleciendo la institución. 
 
En agosto de 1794, llegó a Mérida el nuevo Obispo Dr. Manuel Cándido de Torrijos quien trajo consigo cerca de 3.000 volúmenes para enriquecer la biblioteca y muchos proyectos que no pudo concretar ya que muere cuarenta días después de haber llegado, el 20 de noviembre de 1794.
 
El desarrollo y progreso del Colegio Seminario continuó con el Pbro. Hipólito Elías González como Provisor y Vicario General, llegando a albergar hasta más de un centenar de estudiantes provenientes de varias provincias de Venezuela y Nueva Granada.
 
El largo período de ausencia episcopal desde el 20 de noviembre de 1794 hasta el hasta el 27 de septiembre de 1802 no afectó el progreso del Colegio Seminario.
 
Con la llegada a Mérida del Obispo Santiago Hernández Milanés, el impulso del Colegio Seminario siguió llegando a tener hasta 137 estudiantes, se crearon nuevas cátedras y becas para jóvenes pobres. Fue durante el Obispado del Dr. Hernández Milanés cuando se inició la construcción de una Catedral Monumental para Mérida.
 
Tal importancia del Colegio Seminario hizo que el Dr. Santiago Hernández Milanés, IV Obispo de Mérida, reforzara notablemente las aspiraciones del Deán de la Catedral, Francisco Javier de Irastorza, para convertir el Seminario en Universidad.
 
El 18 de junio de 1806, el Rey Carlos IV, concedía al Colegio Seminario el privilegio de Estudios Generales y, por consiguiente, de conferir grados menores y mayores, lo que le daba desde aquel entonces jerarquía universitaria. 
 
El 15 de septiembre llegó a Mérida D. Luis María Ribas Dávila, antiguo alumno del Colegio Seminario San Buenaventura con un conjunto de pliegos dirigidos al Ayuntamiento, al día siguiente, el 16 de septiembre, requerido el concurso de eclesiásticos, catedráticos, colegiales y representantes de la sociedad se dispuso terminasen en sus funciones las autoridades españolas y erigir una Junta Superior Gubernativa.
 
Apenas días después, la Junta Superior Gubernativa de Mérida, reunida en la Sala Consistorial, el 21 de septiembre de 1810, amplió el favor hecho por Carlos IV, concediéndole la gracia de universidad al Colegio Seminario, con el título de Real Universidad de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros, con todos los privilegios de la de Caracas y con la facultad de conferir todos los grados menores y mayores. 
 
La Junta, le concedió además establecer las Cátedras de Anatomía y Matemáticas, Historia Eclesiástica y Sagradas Escrituras, consideró la Junta que el primer Rector fuera quien hasta entonces dirigía el Colegio Seminario, el Dr. Buenaventura Arias.
 
Los acontecimientos ocurridos a partir de septiembre de 1811 afectaron al Colegio Seminario que ya era Real Universidad, la matrícula decayó, la situación social y política de la república que nacía se encontraba amenazada, sumado a esto, el 26 de marzo de 1812 un violento terremoto convirtió a Mérida en escombros, el Obispo Hernández Milanés, algunos de los curas y colegiales murieron en ese terremoto al caerles encima paredes del Palacio Arzobispal. Las actividades del Seminario y la Universidad se suspendieron, pero más tarde, se levantaron para continuar su obra en la historia de Venezuela.
 
El cambio de nombre no modificó notoriamente la vida del Colegio Seminario, que siguió dependiendo del Obispado hasta 1832 cuando por disposición del General José Antonio Páez, a solicitud del Gobernador de la Provincia de Mérida, Don Juan de Dios Picón, el estado venezolano asumió la organización de la Universidad de Mérida que el 24 de septiembre de 1833, por Decreto del Poder Ejecutivo Federal, la Universidad de Mérida pasó a denominarse Universidad de Los Andes.
 
Cuando se produce la organización de la Universidad de Mérida por disposición de José Antonio Páez, la formación religiosa en el Colegio Seminario prosiguió bajo el amparo de la iglesia, lo que sucede en ese momento es que el camino de la formación religiosa y la formación de profesionales en otras áreas, se separa, había un antecedente que se produjo el 11 de noviembre de 1811, cuando se estableció expresamente la autonomía de la Real Universidad de San Buenaventura y se decidió que la autoridad eclesiástica no podía intervenir en los asuntos propiamente académicos.
 
El Colegio Seminario no pasó desapercibido en la historia de Venezuela, muchos de sus antiguos alumnos y catedráticos, participaron como figuras principales en los acontecimientos que tenían lugar en Caracas,  Mérida y en otras capitales provinciales: Siete fueron diputados por distintos lugares al Congreso de 1811 y votaron la declaración de la Independencia de Venezuela, otro fue el primer Presidente del Poder Ejecutivo Federal, cinco formaron parte de la Junta Superior Gubernativa de la Provincia de Mérida, algunos asistieron a los Congresos de Colombia. Puede decirse, por eso, que aquella Casa fue una forja republicana. Por sus aulas pasaron, de muchachos, muchos de los hombres que intervinieron en primera línea en las luchas por la independencia.
 
Hoy domingo de la Solemnidad de Pentecostés y Día del Seminario, fecha acordada por los Obispos de Venezuela en 1928, saludamos y felicitamos a las actuales autoridades del Seminario de San Buenaventura de Mérida presididas por el Pbro. Julio César León y a todos los seminaristas del Propedéutico, Seminario Menor y Seminario Mayor, Dios los bendiga y los fortalezca en su vocación.
 
Para celebrar su día, la Arquidiócesis de Mérida invita celebración de Pentecostés, este domingo a las 11 de la mañana en la Catedral Basílica Menor “Inmaculada Concepción” a la Solemne Eucaristía de acción de gracias por los 237 años del Seminario San Buenaventura.
 
Freddy Criollo Villalobos
05/06/22