Incertidumbres universitarias

El escenario universitario venezolano, profundamente imbricado con la situación de la sociedad venezolana, está lleno de incertidumbres, y las últimas semanas se ha presentado un panorama especialmente complejo, no solo por la propia pandemia y sus implicaciones para retomar la docencia y la investigación en medio de una ‘nueva normalidad’, sino por un tema que no es nuevo, pero cada vez se agudiza más, se trata de la crisis presupuestaria de las instituciones universitarias y de las condiciones salariales de los profesores, empleados y obreros, así como de las ayudas o becas de los estudiantes. El mes de agosto de 2022 comenzó con noticias preocupantes, por un lado, la llegada de una fracción exigua del presupuesto para el funcionamiento de las universidades, en el caso de la Universidad de Los Andes menos de un uno por ciento y, por otra parte, un conjunto de medidas tomadas sobre el salario de los universitarios y su bono vacacional. Estas circunstancias son contradictorias, especialmente si tomamos en cuenta que la educación tiene un valor esencial como elemento para el desarrollo humano integral de la sociedad venezolana, por esta razón el Consejo Universitario de la ULA se vio en la necesidad de hacer una declaración de principios y señalar que: “la situación presupuestaria de las universidades nacionales, es crítica en extremo, impactando todo el espectro que abarca el presupuesto propiamente dicho, desde los salarios de los trabajadores y personal docente con todos los beneficios salariales y aportes a entes para-universitarios […], pasando por las ahora inexistentes providencias estudiantiles, hasta los más esenciales recursos necesarios para un funcionamiento adecuado de nuestras instituciones” (Pronunciamiento del Consejo Universitario de la ULA, 07/08/2022). Así mismo, el lunes ocho de agosto se adelantó un ‘Consejo Universitario en la calle’, actividad extraordinaria con participación de toda la comunidad ulandina y cuyo tema central giró en torno al incumplimiento de las disposiciones constitucionales y jurídicas en general que amparan los salarios y bonificaciones del sector universitario. Es importante destacar que esta actividad sirvió de preámbulo a los comunicados y remitidos de los diversos departamentos, escuelas, facultades y gremios profesionales que se unieron en un conjunto armónico y coherente, con el objetivo de hacer un llamado sobre los derechos inalienables de todos los que hacen vida en las universidades venezolanas.

Ante este panorama, es menester recurrir al pensamiento de las grandes personalidades universitarias que enfrentaron problemáticas que, si bien es cierto no se pueden comparar estrictamente con la situación presente, pueden servir de marco referencial. En tal sentido, las reflexiones de dos extraordinarios universitarios alcanzan hoy plena vigencia, se trata de los profesores Dr. Pedro Rincón Gutiérrez y el Dr. Francisco De Venanzi, rectores de la ULA y la UCV respectivamente. El Rector Magnífico de la Universidad de Los Andes, en medio de un discurso pronunciado con motivo de un aniversario de la fundación de la Institución señaló: “Hemos confrontado momentos particularmente difíciles, horas de angustiosa preocupación, que si bien han afectado, dolorosamente a veces, la vida de nuestra Universidad, son sin duda producto de una situación histórica conmovida por una crisis de las instituciones, agitada por un vasto aliento de transformación, especialmente en un país que alberga grandes desajustes sociales. Tales acontecimientos no deben ofuscar el pensamiento de los universitarios o adormecer su voluntad en la serena y firme defensa de la Institución” (Palabras en el 185º aniversario de la fundación de la ULA, 17/04/1970). Por su parte, el Dr. Francisco De Venanzi, en un artículo escrito para El Nacional precisó: “La educación es fundamental para la exteriorización de las potencialidades del ser relacionadas con su capacidad de actuar en forma eficaz y constructiva y al mismo tiempo asegurar el perfeccionamiento de su personalidad. La ciencia y la cultura por supuesto, forman parte esencial de este proceso. […] La crisis actual coloca a la ciencia, la educación y la cultura en situación altamente desventajosa y de no tomarse medidas substantivas, determinantes y profundas, se acentuará en forma grave el estado de atraso de la sociedad venezolana” (De Venanzi, F. Educación, ciencia, cultura y medidas económicas. El Nacional, 4/08/1984). Podemos apreciar que ambos rectores coinciden en advertir los peligros de tomar medidas que contravienen la estabilidad del sector universitario, pues se trata de un eje transversal de la sociedad que recorre otros sectores como la salud, la ciencia y la tecnología, la educación y la cultura, la industria y la economía.

El pasado doce de agosto se produjeron declaraciones desde el Ministerio de Educación Superior que hacen pensar en una reconsideración de las medidas iniciales tomadas en el caso específico de la fragmentación del bono vacacional; sin embargo, la situación global del sector universitario sigue siendo grave y genera desconfianza. Por esta razón es menester seguir acuciosamente el pensamiento de Rincón Gutiérrez y De Venanzi, en virtud de que iluminan un camino de acción sobre la base del conocimiento, la ética, la razón y la palabra como instrumentos generadores de transformación, en medio de las contradicciones y las incertidumbres de una sociedad que sigue persiguiendo derroteros seguros para lograr unificar criterios sobre esa nacionalidad que, en definitiva, es factor que nos une en la búsqueda del proyecto de país que todos anhelamos.

Por Ricardo R. Contreras

14-8-2022