Monseñor Enrique Rojas

Durante el Consejo Universitario de la Universidad de los Andes celebrado este 16 de marzo de 2021, en el Aula Magna, monseñor Luis Enrique Rojas Ruiz, dijo las siguientes palabras:

Señoras y Señores.

Buenos días, quiero iniciar estas palabras con una cita bíblica que elegí para este momento tan importante e inolvidable, seguramente para todos:

“Saben que los jefes de las naciones los dominan como señores absolutos, y los grandes los oprimen con su poder” Mt. 20,25

Es para mí un honor estar en representación de la Arquidiócesis de Mérida y de Su Eminencia Reverendísima, Baltazar Enrique Cardenal Porras Cardozo, Arzobispo Metropolitano de Mérida y Administrador Apostólico de Caracas.

Agradeciendo la invitación que la Ilustre Universidad de Los Andes, en la persona de su Rector, Dr. Mario Bonucci, nos ha hecho en esta oportunidad, como en muchas otras, para mantener y reiterar la fidelidad, el compromiso y las alianzas, que durante varios siglos nos han permitido tener una relación estrecha por los vínculos que nos unen desde sus orígenes.

En vista de la situación que hoy atraviesa nuestra máxima casa de estudios, al enfrentar los momentos más difíciles de su historia, nos vemos en el justo deber de unir nuestras voces al clamor de los universitarios, denunciando con ahínco y con firmeza, toda injusticia que pretenda opacar y destruir los valores más sublimes de libertad, educación, autonomía, ética, fe, caridad, y esperanza. Hoy más que nunca es necesaria la unión entre todos los merideños y venezolanos, en defensa de nuestra casa de estudios, pues estamos convencidos que la educación, es y será, el instrumento más audaz y eficaz para consolidar una nación bajo las bases de la libertad.

Nos duele profundamente tener que ver la destrucción paulatina y prolongada, que ha sufrido en estos últimos tiempos el templo del saber y del conocimiento; no es fácil, pero estamos seguros y convencidos que llegó el momento de la unión nacional para defender lo que nos pertenece por derecho fundamental. Hoy nuevamente desde la Iglesia reiteramos a esta institución nuestro apoyo incondicional, y desinteresado personalmente, puesto que nuestro mayor interés es el de darle continuidad a lo que las generaciones pasadas nos dejaron como legado desde las aulas de estudio y formación para la vida. No es el momento para protagonismos individuales y menos aún de corte político, sino para demostrar que verdaderamente amamos este lugar como espacio privilegiado y sagrado al que tanto le debemos. Todos los merideños en su gran mayoría tenemos una identidad con la Universidad de Los Andes, ya que es en este sitio, donde muchos familiares y amigos han coronado sus sueños a través de los títulos profesionales obtenidos. Por tal motivo, de este encuentro hoy, deben quedar inscritas en las páginas de la historia de esta casa de estudios, que la Iglesia nuevamente se hizo presente.

Como pastores de la grey merideña, les exhortamos a no dejarnos quitar lo que tanto nos ha costado construir sobre las bases de la moral, el conocimiento y la fe. Los Obispos fundadores de la Universidad, me atrevo a decir, jamás imaginaron que, entre comillas, “el fin” de la ilustre cuna de la sabiduría, en Mérida, y hoy en la zona andina, pudiera ser de esta manera, tan vil y cruel. Situación que nos negamos a aceptar.

Imaginemos por un instante, el reclamo de las futuras generaciones, de esas que hoy también se ven golpeadas con las decisiones de un régimen, que obviamente no tiene visión futurista y el reclamo que nos harán por la omisión que en estos momentos nos pueda estar seduciendo. Hoy las bases de la educación están siendo gravemente heridas y tocadas, por este tipo de mentalidad, de destrucción con poder, y es lo que nos conducirá a no tener en un futuro próximo niños y jóvenes con deseos de superación y de objetivos y metas profesionales. Hemos visto en estos últimos días, cómo se quiere hacer desaparecer la educación en todos sus niveles. La AVEC (Asociación Venezolana de Educación Católica), también está siendo fuertemente atacada. ¿Qué vendrá después de todo esto?, ¿qué Venezuela nos espera?, si no se ha respetado ni los tiempos de pandemia por el bien de nuestra gente.

Respetables Autoridades Universitarias, comunidad estudiantil, y todos los que de cualquier manera hacen vida en esta Casa, sigan contando con nuestra cercanía y acompañamiento, no se sientan solos, que juntos, como nos lo narra la historia, seguiremos caminando por sendas de paz, diálogo, y acuerdos que nos permitan continuar trabajando por el bien común y de manera especial, por quienes quieren ver hechos realidad sus sueños como futuros profesionales.

Que Dios, y María Inmaculada, Patrona de esta Arquidiócesis y de los merideños, nos guíen, protejan y acompañen en este y en todos los momentos, de nuestra vida.

Finalizo con este pensamiento de Santo Tomás de Aquino:

“El único instrumento que los hombres tenemos tanto para perfeccionarnos como para vivir dignamente es la educación”.

Luis Enrique Rojas Ruiz

Obispo Auxiliar de Mérida

16-03-2021