A medio siglo del accidente en la Sierra Nevada.

A finales de los años 60 y comienzo de los 70, Mérida era una ciudad hermosa y palpitante, en los mejores momentos de su Universidad de los Andes y en franco desarrollo, también al pie de la Sierra Nevada, a donde numerosas expediciones de nacionales y extranjeros se aventuraban al ascenso de los picos más conocidos y sus nieves eternas. Allí en los predios de los sectores Belén, el Espejo, Barinitas y lo que hoy conocemos como el Paseo de la Feria, una cantidad de muchachos serían la generación de oro del montañismo merideño.

Un inesperado accidente

Dentro de estos andinistas destaco uno de ellos, Jorge Eduardo Burguera Mora, quien fuera además fundador en 1969 del Centro de Excursionismo y Andinismo de la Universidad de Los Andes (CEAULA). Para finales de octubre de 1971, la Dirección de Deportes de la ULA le había encomendado junto a Jorge Morales guiar a un visitante, se trataba del escalador ingles Dr. Jhon Havem Coote, hasta la cumbre del Pico Bolívar por la ruta Weiss, al partir hasta la estación de Pico Espejo en una de las cabinas del Teleférico de Mérida, Burguera nunca imaginó que sería la última vez.

A pesar de su juventud, Jorge Burguera había realizado expediciones fuera del territorio nacional, sus destinos fueron Colombia, Ecuador y Perú, apenas comenzaba la vida de un gran escalador.  Sin embargo, ese 30 de octubre de 1971, su amigo y compañero el veterano escalador Carlos Reyes, hoy fallecido, tuvo la premonición de que algo les había sucedido y esa misma noche junto a Omar “Pipo” Paredes, Hernán Molina y Salomón López ascendieron en la búsqueda confirmando su corazonada, el resultado había sido una fuerte caída, donde Burguera había perdido la vida y Morales resultó malherido, le tercer miembro de la cordada no estaba y solo se veían huellas en dirección al pico Abanico.

El Rescate y la recuperación

La acción fue realizada por miembros del CEAULA, Bomberos de Mérida, personal médico, del sistema teleférico, andinistas voluntarios, personal de la Defensa Civil del momento y autoridades policiales.  Mérida aun no contaba con Grupos de Rescate y los conocimientos en técnicas de rescate eran precarios, tampoco se disponía de un helicóptero, el tiempo hizo mella en el proceso de rescate, 24 horas después del accidente logran llegar con Jorge Morales herido, pero aún con vida a la estación Pico Espejo. Allí es atendido por el personal paramédico y descendido por el vagón del teleférico, lamentablemente no lo logra y fallece en el trayecto. Más tarde arriba el cuerpo recuperado sin vida de Jorge Eduardo y en paralelo, continuaban con la búsqueda del escalador Jhon Havem Coote que es ubicado también herido y débil al final de la tarde del 31 de octubre por Ibrahim López y Jorge Núñez en la ladera de derrubios localizadas al noreste del Pico Abanico, en la vía hacia el Pico La Garza. Es atendido y trasladado a Pico Espejo, descienden a Mérida y luego se recuperó en el HULA.

El amanecer de los Grupos de Rescate

Este 31 de octubre se cumplen 50 años de este duro golpe al andinismo merideño. Con la muerte de estos dos montañistas reconocidos y de un gran futuro, se marca el antes y el después de la Sierra Nevada de Mérida.  Maximiliano Rangel ya había fallecido un año atrás en la cara sur de El Vértigo, pero es el accidente de los “Jorges” el que despierta la acción a la creación de los grupos voluntarios de rescate para alta montaña, se vienen luego en los 70, 80 y 90 la mejor época del rescate venezolano y la formación de hombres y mujeres siempre prestos a colaborar, además de participar en ascensos memorables para el andinismo merideño, como el realizado apenas cinco años  después por Carlos Reyes y Hugo Calles,  al más alto de América, el pico  Aconcagua en 1976

Fotos: Archivo de la familia Burguera Mora

Datos Históricos: Salomón López

Escrito por: Danitza Suárez Salas

Prensa Grupo Andino de Rescate

 31-10-2021