Juego adelantado

Por: Germán Rodríguez Bustamante…

 En tiempos de mundial de futbol, el fuera de juego o juego adelantado es una regla de carácter estratégico que se aplica para ordenar el juego. Ningún jugador puede estar en una posición ventajosa que le permita acceder al área de gol. Si se concreta un gol el árbitro tiene la autoridad de validarlo o no, con la ayudado del VAR (video assistant referee). En la Venezuela presente el régimen encabezado por Maduro lanza una oferta de privatización disimulada, según la cual se colocará en el mercado de capitales un paquete accionario del 10 %, de empresas públicas. Existen muchas dudas e incógnitas no clarificadas hasta el momento. Interrogantes que deben resolverse para atraer a los potenciales inversionistas. Así como en el futbol se exige y se practica el juego limpio, en las decisiones políticas y económicas las demandas son iguales.

Para poder avanzar en una oferta pública de títulos valores de empresas, la primera exigencia es que las finanzas de la oferente estén disponibles sujetas a revisión y análisis. Lo cierto es que las empresas estatales en Venezuela navegan en una total y absoluto silencio financiero. Incluyendo PDVSA se desconoce la situación de sus ingresos, egresos, activos y pasivos, en esa situación será muy difícil valorar la oferta y precisar la profundidad de las inversiones requerida, para hacer factible la compra. Otro requisito indispensable es el marco regulatorio en el cual opera la iniciativa las restricción, limitaciones o barreras de entrada para poder medir los retornos y los riesgos.

Hay muchos rumores sobre una ola de privatizaciones a gran escala, desafortunadamente solo es eso. Esto es algo que ha pedido la Bolsa de Valores de Caracas desde hace mucho tiempo. Indudablemente que privatizar una compañía estatal que se encuentra quebrada no solamente permite que el sector privado la ponga a producir, sino que también al mismo tiempo se disminuye el déficit fiscal. En el caso específico de empresas que están vinculadas con servicios públicos, existe una alta probabilidad de que si se privatizan los servicios mejoren y generen bienestar para la población. Sin embargo, hay otras cosas que deben hacerse para que la población este en capacidad de poder cancelar servicios de mejor calidad, pero más costosos. El régimen de manera soterrada ha ido ajustando las tarifas de los servicios públicos, sin evaluar las consecuencias en el bolsillo de los consumidores. Un leve ajuste salarial y una dolarización consentida no son políticas que recuperen el poder de compra de la población.

El ejecutivo cuenta con la ley antibloqueo, instrumento que crea el centro internacional de inversión productiva, como organismo supervisor de los acuerdos y medidas para eludir las sanciones estadounidenses. La norma establece una subordinación completa del ordenamiento legal y sublegal a un instrumento, que le concede al poder ejecutivo amplios poderes y adicional crea un sistema de reserva de la información sobre las operaciones que autoriza la propia norma. Provocando un manto de opacidad, incertidumbre institucional y un riesgo patrimonial para la República. Pareciera que tal ley ya entro es desuso, la oscuridad producida por ella requiere de bombillas de transparencia, por ello anuncian la colocación de acciones en el mercado de capitales.

Ya la ley antibloqueo cumplió su fin, los venezolanos desconocen los acuerdos, asociaciones y convenios realizados en el marco de la norma, y cuando en concreto se ha comprometida la Nación. Tenemos una nueva etapa, el juego adelantado para tomar posiciones financiera-accionarias ventajosas, en virtud de una privatización ordenada más profunda que con toda seguridad se vendrá, tristemente no tendremos el VAR para validar el fuera de juego. Llegado ese momento los trapos sucios ya estarán lavaditos, y el dinero manchado estará planchado. En concreto la privatización puede constituir la única alternativa de inversión, acometida y entrada en actividades económicas caracterizadas por enormes inversiones y activos específicos.

En la medida que en la realidad no pueden redactarse ni existir contratos perfectos y/o ante la presencia de costos transaccionales en su perfeccionamiento, la propiedad podría constituir la única alternativa frente a cualquier otro esquema de contratos, convenios y proyectos entre socios donde existen riesgos de oportunidad. La propiedad privada importa y muchísimo. Lamentablemente Venezuela es un país donde no existe independencia del sistema judicial y el derecho de propiedad resulta débil ante la justicia y el Estado de Derecho, difícilmente se podrá llevar adelante un verdadero y eficiente proceso de privatización. Sigue siendo promesas de fantasía, se requiere mucho más que una oferta pública para iluminar la oscuridad de la entrega a dedo de empresas estatales.    

Esperemos que los árbitros en el mundial de futbol a realizarse próximamente en Qatar, tengan unos videos de asistencia más eficientes, que los mostrados por Maduro en su oferta engañosa para que actores privilegiados, tomen ventaja financiera en las empresas estatales. Las caletas están llenas en una economía dolarizada, sin posibilidades de tranzar financieramente en el mercado internacional, en consecuencia, hay que buscar mecanismos internos para poner en circulación el dinero. Los inversionistas exigen condiciones para invertir y los derechos humanos exigen el cumplimiento de las recomendaciones emitidas por la comisión especial de la ONU, sobre esa materia.         

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23-5-2022