PIDO LA PALABRA
Mientras más busquen avasallar al país político, peor serán los resultados.
Por: Antonio José Monagas
 
 
LA ARBITRARIEDAD COMO DIVISA

Cuando gobernar se asume como un ejercicio deshonesto, es inevitable que sus ejecutorias se conviertan en una sucesión de hechos despreciables. De ahí que se ha reconocido que gobernar no es asunto de indecentes. Tampoco de militares o personas que por adular, se arrodillan ante la bota militar o ceden tentaciones que inflama la perversión o la carencia de moralidad y ética.

Ya decía Carlos Matus, quien fuera ministro de Economía del gobierno del presidente Salvador Allende, que ganar elecciones constituía un proceso de fácil alcance. Bastaba algún esfuerzo de proselitismo, o sea un trabajo mantenido de calle, acompañado de recursos dirigidos hacia propósitos definidos, para salir victorioso de la contienda electoral. En cambio, gobernar no es fácil. Sobre todo, en democracia por cuanto la incidencia de múltiples variables conducen a procesos de elaboración y toma de decisiones de tal complejidad que su comprensión y manejo demanda de hombres de pensamiento civilista, democrático y tolerante.

Lo que está viviendo Venezuela, de cara a las arbitrariedades cometidas por sus gobernantes, resulta de un riesgo extremo. El sólo hecho de advertir que la movilidad del país provenga de determinaciones marcadas por la ilegitimidad propia de quien abusando del poder desconoce el rigor de la ley, es sencillamente un delito de vergonzosa y condenable condición.

La absurda pretensión del régimen, al atisbar “nubes negras” en su horizonte de gobierno, lo ha llevado a atropellar cuanto medio de comunicación y persona de ideas democráticas pueda. Pareciera no entender que con tan indignas acciones, sólo deja ver la agonía que siente y presiente frente a sus ya contraídos y debilitados dominios. En consecuencia, ha venido apelando a la censura más grosera con la única intención de acabar con la prensa independiente. Aunque del mismo modo, se empeña en neutralizar a quienes -a su juicio- se tornan en trabas a sus necios caprichos de imponer un socialismo tan retrógrado como la manera inicua de hacer política. Lo más grave es que insisten  en operar un modelo político en medio de realidades donde ya no tienen cabida las prácticas ortodoxas utilizadas por tiranías medievales para encauzar una sociedad según la visión del dictador o del jefe supremo.

Mientras más busquen avasallar al país político, peor serán los resultados por cuanto no hay forma de revertir el esfuerzo de una sociedad que desde mediados del siglo XX ha apostado por la democracia en todas sus expresiones. Estos gobernantes en su obstinación, no han comprendido que no podrán doblegar a quien esté convencido de las bondades de un sistema político cimentado en las libertades y en los derechos humanos.

Ni el hambre de la inteligencia cubana, carroñera por excelencia, ni el desparpajo de altos funcionarios corruptos, demagogos por antonomasia, podrán enturbiar la efervescencia de una población resteada con la democracia. Tampoco el populismo petrolero servirá como receta para mantener sosegada a una combativa sociedad que desde hace dos siglos ha vivido rechazando injusticias y pugnando por mayores libertades. Por eso ha exclamado a los cuatro vientos: “abajo cadenas”, Ni aunque el régimen siga manteniendo la arbitrariedad como divisa.

VENTANA DE PAPEL

CON RAZÓN EL PAÍS SE HUNDE

Con razón, el país se hunde si quienes lo gobiernan nunca han tenido el menor interés por crecer como individuos en el fragor de una sociedad que demanda de sus miembros un conocimiento mínimo de los factores que determinan el desarrollo económico, social y político de las naciones. Salvo contadas excepciones que no por poseer formación académica de quinto nivel, no han sido capaces de colaborar con el desarrollo del país en términos de sus circunstancias más acontecidas y críticas. Estos personajes que ostentan importantes posiciones en cuanto a la conducción de sus realidades, graduados en reconocidas universidades del mundo, no han dado respuesta alguna a la incertidumbre que por todas partes aqueja al país. Peor aún, solamente han ayudado a acentuar más la retahíla de problemas frente a los cuales fueron ofrecidas interesantes soluciones, pero sólo en momentos electorales. Pero con gobernantes sin formación estadista ni preparados en técnicas y ciencias de gobierno, la tarea de llevar a Venezuela a cumplir el papel que la historia le tiene reservado, se convirtió en un franco contratiempo. O mejor dicho, en un craso atolladero por cuanto vienen de una vida de calle cuya motivación sólo ha consistido en cercenar expresiones de libertad, bloquear la autonomía de universidades nacionales, transgredir al civismo con excusas sectarias y revanchistas. Más aún, provienen de situaciones donde aplicaban la violencia política como condición para ganar terreno lo que luego les permitió alcanzar escaños con el apoyo de imposiciones militaristas y mercenarias. Tristemente debe reconocerse que son personas de razones menguadas para entender a plenitud los principios jurídicos y valores morales sobre los cuales puede cimentarse la democracia. Mucho menos, para practicarla o ejercerla. Con razón el país se hunde.

¿CACHICAMO CONTRA MORROCOY?

Lo que se dice de cachicamo llamando a morrocoy “conchudo”, no es totalmente falso. En política, hay situaciones que resultan mejor no aludirlas pues muchas veces quién acusa suele salir doblemente acusado y seriamente perjudicado. Sucede que desde hace más o menos cien días, el alto gobierno ha pretendido lucir una imagen tan interventora que peca de hostigante. Con la excusa de abolir la corrupción, ha caído en un terreno pantanoso donde el primer indiciado deberá ser alguien de sus propias filas. Y aunque cabe reconocer que no hay mucho qué diferenciar entre uno y otro, también debe admitirse que la corrupción resulta más tentadora para quienes viven las mieles del poder que para los que están situados en la “acera de enfrente”. O sea, para quienes no aprovechan o usurpan la política desde las alturas gubernamentales. De manera que desde tan comprometedora perspectiva, la corrupción tiende a salpicar a inescrupulosos agentes gubernamentales, antes que a nadie. Entonces cave preguntarle al señor Maduro, ¿a quién va engañar con el manido cuento de “luchar contra la corrupción” cuando los mayor corruptos están en curules, escaños o posiciones de gobierno?. Cuando pueda procurarse una gestión pública de manera sincera y seab apresadas las primeras “vacas gordas” que rondan o pululan Miraflores, otro será el panorama. Si acaso es así, no hay razón posible para estimular una batalla que enfrente cachicamo contra morrocoy pues ambos tienen un duro y comparable carapacho.

CIEN AÑOS DE HISTORIA VIVA

Cumplir cien años, es un regalo de Dios. Sobre todo, si la persona disfruta de buena salud. Pero también posee sentimientos que bien se corresponden con valores de bondad, amistad y humanismo. Es la vida de quien ha vivido los avatares de todo un siglo. De quien ha formado una extensa y hermosa familia a partir del ejemplo dado. Nacida en medio del frío de Mucuchies y crecida en lo más recóndito de los bosques nublados al pié de monte cordillerano que dieron sentido a la naturaleza sobre la cual se asentó la acogedora población de Torondoy, Municipio Justo Briceño del estado Mérida, María Bertilia Bonilla de Bonilla supo cultivar el afecto desde el cual se deparó la fuerza que animó días duros forjados a la intemperie. Pero con la ventaja que siempre representó darle vida a los años pues lo que mejor ha tenido sentido para esta mujer de temple y corazón, no ha sido el tiempo de la vida sino es la vida de los años. Quizás otro secreto bien guardado de Bertilia, también llamada mamá Bertha en sus círculos familiares, es el porqué para vivir por cuanto de ello seguramente se ha valido para enfrentar a todas las circunstancias por las cuales ha tenido que transitar. Mientras que muchas personas buscan alcanzar algo grande, esta digna y ejemplar merideña, pudo descubrir que la vida se compone de cosas pequeñas. Por eso, escribía el alemán E. F. Schumacher “Lo pequeño es hermoso” justamente para exaltar que la vida se hace de pinceladas. Es así que mamá Bertha nunca ha olvidado que lo único importante en esta vida es, precisamente, vivir. Tanto que son ya cien años de historia viva.

“Sin esfuerzo, no hay resultado seguro. Pero sin motivación, la situación empeora pues no hay respuesta capaz de solucionar los desafíos que se encaran” AJM