Madres trasnacionales

Por: Rosalba Castillo..

El mes de mayo, en muchas partes del mundo, se  celebra el día de la madre. Como un reconocimiento a esas mujeres que se decidieron serlo, a pesar  de sí mismas, procurando lo mejor para sus hijos. Muchas mujeres  del Sur deciden irse al Norte, en  búsqueda de un mejor mañana para ellos. De los 258 millones de migrantes en el planeta, más de 124 millones  son mujeres, y a pesar de que no hay datos exactos, miles de ellas son madres. Frente a la gran incertidumbre que les produce migrar, lejos de sentirse víctimas, no desmayan en lograr sus objetivos, aún  cuando la maternidad trasnacional sea para ellas un estado temporal.

La presencia de las mujeres en los movimientos migratorios, a pesar de no haber sido casi incluido en los estudios, en la actualidad pasó a hacerse visible hasta en un 50%. Hoy su  rol  es ampliamente  protagónico. Las mujeres latinas son las primeras en la fila de estos procesos. Muchas se convirtieron en  jefes de sus familias, lo cual las ha llevado a traspasar fronteras para poder  asumir, con todo el amor y la culpa, las necesidades  básicas de sus hijos y familias.

Julia, acarició, noche tras noche esta posibilidad que  lleva a muchas madres a dejar a su descendencia al cuidado de otras personas de sus propias familias o de desconocidos. Manejando las dos únicas opciones que le rondan el corazón,  dejarlos o llevárselos  a otro país. Tiene la incertidumbre de si logrará el estatus legal o si su permiso de trabajo será limitado. Las condiciones sociales de sus países conduce a  estas mujeres a embarcarse en este proyecto, a pesar de que se les rompa el alma en mil pedazos. Las  féminas migrantes  ilegales son actores de sus propias historias y  del entorno social.

En los países desarrollados, las migrantes  se encargan de tareas domésticas. Cuidar niños, ancianos y el mantenimiento  de espacios físicos. Muchas mujeres son madres que dejaron a sus hijos al cuidado de familiares o extraños para irse a otros países a cuidar hijos ajenos. Marta acaricia el cabello de Mery como si fuese el de su propia hija.Juega con ella de la misma manera que lo hacía con su pequeña. Mientras, las lágrimas  ruedan por sus mejillas.El sentimiento de responsabilidad las impulsa a  buscar esa posibilidad a pesar de pagar el costo de la decisión, con su dolor y sobre todo el de sus hijos. La migración es la única salida para mejorar la situación de sus hogares.

Se les hace necesario dejar de lado la tristeza, la melancolía, y el dolor que le produjo la separación física, afrontar esa culpabilidad y el remordimiento por el abandono de sus hijos.La migración se constituye  en una ruptura  con la concepción de la maternidad tradicional. Los vecinos no pueden comprender como María dejará  a sus pequeños para irse  a otro país. Al momento de decidirla, la migración es vista como un proceso temporal. Sin embargo, la misma inestabilidad  hace que se prolongue la estadía  así como la separación con los suyos.

Pensaba que al año podría estar buscando a mis hijos. Cinco años después, aun  no   he podido volver comenta Ana. Muchas mujeres, dada la imposibilidad de retornar, se plantean la posibilidad de llevarse a sus hijos. Pero, evaluando los esfuerzos económicos, deciden no hacerlo causando un gran dolor a ellas y  a los pequeños. Son madres a  distancia. Son madres  sin fronteras. Madres trasnacionales.

Estas mujeres,  a pesar de todos sus esfuerzos, mantienen el vínculo  de cercanía con los hijos mediante llamadas, correos electrónicos, audios, regalos y envío de dinero mensual,  para cubrir sus necesidades de salud, alimentación, educación  y recreación. Hay tristeza y melancolía. El dinero es necesario, pero el amor y la presencia lo son mucho más. La tecnología  transforma la relación entre los miembros de una familia. Verse, reírse, conversar alimentan el afecto. Participar en  momentos importantes, aviva  el espíritu del grupo. Más allá del envío de dinero, la migración evidencia la separación  y constituye una razón para la misma. Las migrantes se exponen en sus comunidades y reciben  su influencia, lo que hace que se modifiquen las pautas dentro de la convivencia de sus seres cercanosque están en otro país.

A pesar de la distancias, las madres migrantes no renuncian a ser parte activa de la educación de sus hijos. Es vital explicar a sus hijos el motivo de la  separación. Al hacerlo se construyen valores sobre el esfuerzo que ambos realizan. Estas madres ofrecen  amor a  los niños a su cuidado, encontrando consuelo en ellos. El amor que no pueden darle a sus hijos se lo da a otros y participan así, en un proceso mundial de traspaso de afectos. El querer que se extrae de un lugar  para el provecho de otros  es un recurso desigualmente distribuido. Los hijos de los trabajadores migrantes asumen  responsabilidades familiares mayores y son etiquetados en su  grupo social. No  basta con el dolor de la ausencia. Las madres están consientes del sufrimiento de sus hijos y de ellas. Sin embargos, son las condiciones contextuales las que las obligan a migrar separándose  de sus hijos

rosaltillo@yahoo.com

08-05-2021