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jueves, mayo 22, 2025

Nadie está a salvo del coronavirus: muchos amigos y conocidos ya no están

El coronavirus está en Venezuela y no conoce fronteras, así comienza la campaña que desde que se supo de la amenaza del coronavirus, La Ciudad en la Radio, y Comunicación Continua, lanzó al aire para prevenir e informar sobre la situación. Desde aquel primer alerta hecho con mucho tino por el profesor Ricardo Gil Otaiza, nuestro equipo  inició  una etapa de investigación y seguimiento constante de lo que ocurría con el nuevo virus, aparecido en china. Percibíamos la gravedad de la situación y decidimos actuar en consecuencia.  Sin embargo, muchos criticaron la iniciativa y no pocos pensaron que “no era para tanto”. “Una simple gripe que se podría complicar”, decían unos,” no hay que causar alarma en la población, comentaban otros.

A estas alturas, las dimensiones de la pandemia, nos han dado la razón y no es que nos sintamos orgullosos de eso, al contrario, cómo nos hubiera gustado estar equivocados, y que las cosas fueran diferentes, que no hubiera contagio, una exageración. Pero, el coronavirus no es un juego, ni algo superfluo, es una realidad que ha diezmado a la población mundial, que ha cambiado los hábitos de vida, que nos ha hecho poner distanciamiento social y ha transformado abruptamente la forma de comunicarnos y de estar con los demás.¿Quién iba a pensar que lo que algunas películas mostraban como epidemias terribles,  se convertiría , a finales del 2019, en una triste y deplorablerealidad:tapabocas, mascarillas de todo tipo, guantes, trajes especiales. Soledad en las calles, plazas vacías, fábricas y empresas cerradas, escuelas si alumnos, y un sinfín de características más que ha traído esta pandemia.

La economía mundial en recesión. Los gobiernos tomando diferente decisiones, encaminadas a defender sus países contra la amenaza viral.Unos antes, otros después, algunas acertadas, otras no tanto y los que las tomaron tardíamente, o no le dieron mayor relevancia al COVID-19, están pagando una factura muy alta.

Los que ya no están.

A la facha ya muchos de nosotros estamos lamentando la desaparición física de alguien querido, respetado, admirado, porque perdió la batalla en su lucha contra el coronavirus. La pandemia ha obligado a gran parte de la humanidad al confinamiento. Los contagios, sin embargo, ascienden por miles al día. Asimismo, ha generado una gran cantidad de defunciones, entre las que aparecen grandes figuras del deporte, la cultura, la historia, las ciencias, la tecnología, el arte.

El mundo de las letras tuvo que despedir con profundo dolor a uno de los escritores más prolíficos y con una sensibilidad exquisita. Luis Sepúlveda (Ovalle, Chile, 1949) sucumbió al ataque del COVID-19, en el mes de abril en el Hospital Universitario Central de Asturias, después de luchar durante varias semanas contra el virus, que le fue diagnosticado  a finales de febrero a su regreso de un festival literario. Ya no escribirá más libros entrañables como “ El viejo que leía novelas de amor (1989) o la Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar» (1996)

Muy cerca de nosotros, conocido por todos. Trabajador ejemplar  de la Televisora Andina de Mérida.Hoy también forma parte de la fatídica lista. Acerca de él, en su nota de duelo, Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo, escribe: “Se fue un amigo, un hermano, se apagó la cámara de Yvan Osorio, quien con ese espíritu emprendedor, viajó a Estados Unidos a superarse profesionalmente  y por el bien de su familia, allí, víctima del virus COVID-19 nos dio su última batalla” El gremio de comunicadores sociales, está de luto, Mérida también.

Así mismo hemos tenido que lamentar víctimas mortales entre honorables miembros del sector de la salud, quienes han demostrado un valor a toda prueba al enfrentar circunstancias adversas. Entonces ¿cuál es la conducta a seguir? La obediencia inteligente de las medidas de prevención que han sido dictadas por los expertos y por la Organización Mundial de la Salud. Recordar lo que dijo su director recientemente: “lo peor está por venir”

El mundo entero está a la espera de buenas noticias: una vacuna que libere a la humanidad del agresivo y voraz, coronavirus.

A.E.L.L.C.C.

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