Ya podemos notar en los medios que la campaña para las venideras elecciones regionales y municipales ha comenzado. Salen a la palestra los políticos a atacar a sus oponentes, mentirle a la gente y a emitir opiniones de asuntos que ignoran.
La ampliación de las salas de atención de pacientes COVID19 utilizando el piso 3 no es, como dicen algunos políticos con ideas monárquicas o totalitarias, la idea de un líder supremo o de sus enviados regionales. La idea partió de los profesionales de la salud que trabajan en el hospital en conjunto con la directiva. El piso no estaba abandonado, allí había pacientes que fue necesario reubicar en otras áreas por escasez de personal de enfermería. La Directiva del hospital trasmitió y gestionó eficientemente ante el Estado Venezolano la necesidad de acondicionar el área para la nueva función
Las obras de acondicionamiento y remodelación fueron asumidas con seriedad por el Ministerio de Salud y la Gobernación del Estado. Es decir, por el Estado Venezolano representado por el gobierno nacional y regional, como debe ocurrir en una República seria; no debemos la remodelación a ninguna majestad o político porque, que sepamos, el dinero invertido no es de su propiedad sino del Estado, que a su vez, administra los dineros de todos los venezolanos.
La obra de infraestructura, como dijimos antes, es un esfuerzo conjunto de los dos niveles de gobierno. La Gobernación Regional se hizo responsable por las complejas y delicadas obras para la instalación de los gases medicinales. El Gobierno Nacional por los trabajos de mampostería y albañilería y por la dotación de parte del equipamiento médico necesario.
Ciertamente, las obras de infraestructura están casi culminadas, faltan algunos detalles como destapar algunos centros de piso ubicados en el puesto de enfermeras y en algunos baños, así como la colocación de otras instalaciones sanitarias. Pero eso no basta para abrir un área de hospitalización.
Falta lo más importante, el equipo humano idóneo para atender los pacientes. El 45% del personal de planta ha renunciado, especialmente profesionales de enfermería, de registros médicos y obreros. La razón: las pésimas condiciones laborales. Reciben salarios miserables que gastan en su totalidad en transporte para acudir al trabajo, es decir, pagan para venir a trabajar; lo cual contrasta con la importantísima y arriesgada función que cumplen. A ello se suman las enormes y crecientes dificultades para el transporte. Cualquiera que nos escucha o lea sabe cuántas horas se debe esperar y cuánto dinero hay que gastar para repostar gasolina en nuestra región, algo que por cierto no ocurre en el centro del país. Cualquiera que nos escuche o lea sabe de la casi imposible tarea que es movilizarse en el transporte público, hacinados y expuestos al COVID19 por la escasez de unidades. Los jóvenes profesionales se marchan por razones obvias: no hay futuro para ellos en un país en ruinas y muchos saben que deben marcharse para salvar a su familia del hambre y la miseria.
Ayer el servicio de emergencia de adultos solo tenía asignado 5 profesionales de enfermería, lamentablemente una murió recientemente por cáncer y otra estaba hospitalizada en emergencia, de manera que sólo había tres enfermeras para 53 pacientes. Esa es la realidad de todo el hospital que ya ha tenido que cerrar varias salas de hospitalización por falta de personal. Ayer se informaba en medios noticiosos que más de 10 mil enfermeras han desertado. El personal tiene más de un año trabajando en pandemia, ha visto morir colegas por la enfermedad, ha cumplido extenuantes jornadas laborales sin otra recompensa que ver sobrevivir pacientes gracias a su esfuerzo y al riesgo que asumieron.
Para abrir el piso 3 se requiere personal entrenado para manejo de pacientes con un problema complejo como es el COVID19, entrenado en proveer soporte vital y reanimación. Este tipo de personal altamente entrenado es escaso porque en otros países es muy bien valorado, a diferencia de Venezuela. Se requiere también un equipamiento médico de soporte vital y de diagnóstico en suficiente cantidad, no basta con algunos ventiladores y tomas de oxígeno. Un ambiente COVID19 no es un depósito de gente con neumonía grave, debe ser un ambiente dotado con personal, recursos y organización acorde para el diagnóstico y tratamiento de personas con un problema tan complejo de salud como es el COVID19. Lamentablemente, muchos políticos, siempre prestos a opinar sobre que ignoran, no lo entienden; ya vimos los ciudadanos del mundo lo que ocurrió en países donde sus gobernantes decidieron no atender los llamados de científicos y profesionales de salud: costó cientos de miles de vidas.
El piso 3 se pondrá en funcionamiento, no porque políticos en campaña lo quieran para ganar votos. El piso 3 se pondrán en funcionamiento cuando las personas que han dado la cara a la pandemia, a veces a costa de su salud y de sus vidas, logren las condiciones mínimas de funcionamiento para que sea una sala de hospitalización y no un depósito de enfermos. Usted no puede abrir una sala de hospitalización si el lugar donde se prepara los medicamentos tiene un centro de piso retornando aguas negras. Usted no puede hospitalizar 32 pacientes graves al cuidado de una enfermera y un médico.
El hospital se rige por principios técnicos, racionales y democráticos. La apertura del piso 3 depende de un esfuerzo conjunto entre directivos y trabajadores de salud. También depende del trabajo responsable, técnico y serio de funcionarios ubicados en niveles medios de la administración del Ministerio de Salud y de la Gobernación, que desde sus posiciones se esfuerzan continuamente por sostener las instalaciones de salud en un país en ruinas, en ruinas gracias a la gestión de políticos que cínicamente atacan a quienes aún sostienen lo poco que queda de instituciones públicas.
Desde hace más de un año, el IAHULA ha batallado por asistir a los enfermos que acuden a sus puertas, asistirlos con muy precarios recursos porque este hospital no escapa al destino siniestro que le fijó la clase política a todas las instituciones públicas del país. El IAHULA, en conjunto con funcionarios serios de la administración pública y con la comunidad que ayuda y provee al hospital, abrirá el piso 3. Y lo abrirá porque esa fue una iniciativa y una decisión de los profesionales que aquí laboramos, pero antes debemos crear unas condiciones mínimas que lo permitan para proveerles un nivel adecuado de calidad. No basta con construir una infraestructura, si quieren convencerse de eso investiguen cuántos consultorios populares, centros de alta tecnología y centros asistenciales están cerrados hoy día, cuántos están al borde del colapso, cuantos carecen de personal e insumos, cuantos proporcionan el nivel de atención para los que fueron construidos.
14-05-2021