Razones y pasiones: Pintados de rojo

Por: Eleazar Ontiveros Paolini…

No hubo ninguna sorpresa en las elecciones de alcaldes y alcaldesas. Como  lo supusimos, el PSUV ganó más de 300 alcaldías, logrado con ello  pintar el territorio nacional de rojo rojito. En ese logro fue mucho lo que colaboraron ciertos sectores y personalidades connotadas de la oposición, que privilegiando sus aspiraciones personales, grupales y manteniendo vigentes  odios partidistas,  dividieron, desestimularon y  lo que es más grave si pensamos en el futuro, desintegraron en gran medida lo que persistía  de la unidad, lo que hizo que el factor decisorio fuera la abstención, la cual alcanzó un 62.68 %.Y si se estima , como lo demuestran todas las encuestas, que de ese porcentaje una mayoría significativa estaba insatisfecha con el gobierno actual, se nos dice, sin que haya otra explicación, que la oposición, dándole prioridad a la lucha grupal y personal por alcanzar determinadas alcaldías, despreciando a veces los resultados de primarias, actuando con indiferencia y olvidando en verdadero hacer político en las masas, fue incapaz de convencer a  una población desesperanzada, a pesar de poder utilizar en ello el predominante y objetivo argumento de la inseguridad, la pobreza, la falta de alimentos y medicinas y la disminución ascendente de la capacidad adquisitiva.

El resultado electoral, ha hecho que muchas personas se pregunten:  ¿Cómo es posible que habiéndose ganado  la Asamblea Nacional con tan apabullante votación, hayamos sido incapaces de mantenerla?  La respuesta puede aclarar en mucho lo que sucede en el seno de la oposición. En la Asamblea todos los partidos de oposición, dados los arreglos, obtuvieron su tajada, hubo un previo  reparto antes de elecciones en que se utilizó  una tarjeta única. Todos satisfechos. Pero un gobernador o alcalde no puede dividirse en partes que pertenezcan diferenciadamente a los diversos partidos o grupos.           

Se dieron y  se siguen dando situaciones que de persistir terminarán dándole de nuevo la Presidencia a Maduro, que afinca sus posibilidades con los gobiernos regionales, locales y la constituyente, a lo que se agregan las organizaciones comunales, la demagogia de los clap y el carnet de la patria. Algunos partidos decidieron no votar pero hubo candidatos suyos. Otros decidieron votar pero estimulaban la abstención y dejaron de asistir a las urnas. Militantes de partidos recibían con displicencia los mensajes de sus líderes. Para completar la tortilla, algunos que llamaron a la abstención se están promoviendo como candidatos presidenciales. Ya la avidez por la primera magistratura se manifiesta explícitamente. Parece que somos incapaces en definida de neutralizar el chavismo, que se fortalece día a día sin importarle ninguna disposición legal. La única posibilidad es una unidad con intereses superiores A estas alturas ya se debería tener un candidato presidencial unitario, carismático, apreciado nacionalmente, con características sobresalientes, no perteneciente a la dirección de partido alguno y que ofrezca algo convincente al país. Más de un candidato es darle en bandeja de plata la silla de nuevo a Maduro y entonces: “a llorar al río”.