Regreso a clases presenciales en medio de la pandemia y sin garantías de bioseguridad

Hoy en día se hace muy difícil para los padres y representantes asumir el gasto de mantener al niño en la escuela; con los bajos salarios que perciben en este país es imposible la compra de   uniformes, útiles escolares, y más aún, sin poder darles una buena alimentación, para que su proceso de aprendizaje sea más eficiente.

En Venezuela no se cuenta con políticas educativas eficientes, ni un plan de vacunación masiva para todos quienes hacen vida en las instituciones educativas, niños, docentes y empleados no vean comprometida su salud, y sin embargo, llaman a clases presenciales sin garantizar las medidas mínimas de bioseguridad en las escuelas.

Antes de comenzar la pandemia por el Covid-19, ya la infraestructura escolar, estaba en franco deterioro, y casi dos años después, aún no se han realizado las reparaciones necesarias que garanticen la seguridad de los que acuden a los centros educativos.

No hay condiciones óptimas para el llamado al proceso de aprender de altísima calidad como lo establece la Constitución Nacional.

Los docentes no pueden volver a sus sitios de trabajo por los bajos salarios, no tienen ropa ni zapatos para ir a las aulas de clases. No tienen dinero para cubrir por su cuenta los implementos de bioseguridad como es el tapabocas, gel antibacterial o alcohol.

No se puede ir a dar o recibir clases con hambre. En este país tristemente se observan niños con sus morrales escolares remendados, su ropita vieja y desgastada, y peor aún, con sus barrigas vacías.

Redacción C.C.

15-09-2021