Transportistas merideños:“ No queremos ser enemigos de nadie, queremos trabajar

Cada día que pasa, la situación del transporte público en Mérida se hace más agobiante. Miles de personas sufren porque es prácticamente imposible abordar una unidad que los lleve a su destino. Los transportistas quieren un aumento, la población dice que no podrían costear otra subida en la tarifa, porque sencillamente, el dinero no alcanza, aunado, por supuesto, a la inexistencia de papel moneda en la calle. No hay acuerdos, lo que sí hay, y se observa cotidianamente es desesperación en los usuarios y creciente preocupación en los trabajadores del volante.:” Hay varias líneas que cubren las rutas urbanas y sub-urbanas pero-definitivamente- no nos damos abasto y el número de unidades aptas para trabajar son muy pocas y cada día serán menos por  lo que significa su mantenimiento. – comentó un trabajador de la línea San Benito..

-¿Cuál es el mayor problema que enfrentan ustedes en su cotidianidad?

-“Es un tema complicado, porque son muchos los problemas a los que nos enfrentamos-dijo-.Nos afecta directamente el alto costo de los repuestos. Nos vemos obligados a acudir apersonas que ni siquiera nos dan factura o garantía al hacer una compra. En años anteriores el precio del pasaje Mérida-Ejido era equivalente al costo de 1 litro de aceite o quizás muy similar al precio de un refresco, ¿pero ahora? Hablamos de millones de bolívares, entonces, tenemos que laborar arduamente, varias semanas, para comprar el aceite (lo más básico), pero, y  ¿un caucho?¿u otros tipo de desperfecto?Todo está carísimo y lo que ganamos diariamente no nos alcanza. Lamentablemente-continua explicando -nos toca hasta desprendernos de algún objeto patrimonial para poder costearel mantenimientodel autobús, porque es nuestra fuente de ingreso directo y nos permitesobrellevar, a duras penas, la  crisis que nos afecta a todos por igual.

-La comunidad piensa y siente que ustedes aumentan los pasajes a su antojo, sin tomar en consideración que los usuarios también tienen graves problemas económicos. -¿Cuál es su opinión al respecto de esta aseveración?

-De ninguna manera, nosotros tratamos de prestar el servicio, lo mejor que se pueda dentro de nuestras limitaciones, pero hasta nos hemos visto obligados a mantener una tarifa paralela a la que el gobierno trata de imponer, porque sus cálculos no concuerdan con la realidad .Es algo así como el dólar oficial y el dólar paralelo, ¿quién consigue dólares a precio oficial? ¿Cuándo conseguimos repuestos a un costo legal?, porque le repito, nos vemos obligados a comprar a precios exorbitantes, sin ningún control y, así, se forma una gran cadena de deformaciones, prácticamenteimposible de romper con las consecuencias nefastas tanto para los usuarios como para los trabajadores del volante.

-¿Qué ha pasado con el pasaje estudiantil?

-Ese es otro asunto muy delicado y que aún no se ha podido resolver. Mérida es una ciudad estudiantil, por lo tanto, desde hace algunos años, se creó el subsidio al pasaje, ¿pero, qué pasó?: eliminaron las máquinas y el escenario se complicó. El pago que nos hace el Gobierno, se fija de acuerdo a  una cantidad aproximada del volumen de estudiantes que se montan en el bus diariamente, porque, hasta ahora, Fontur, no tiene un sistema que permita comprobar con exactitud la cantidad de usuarios que cargan las unidades . Eso no es justo, ni equitativo. En retiradas ocasiones, nos han prometido que se instalarán nuevas,pero aquí estamos, en el mismo plan e incertidumbre desde hace ya varios meses.

Nuestro entrevistado refiere con cierto humor en sus palabras que “gracias a la viveza criolla”, aquí ¨todos son estudiantes¨, todos tienen carnet y hasta el que hace años no asiste a la universidad, quiere aprovecharse del “pasaje estudiantil.”

Es importante señalar que aun cuando ahora, el transporte es pésimo, en otros tiempos, antes del colapso de todos los servicios, viajar en en las diferentes líneas que cubrían rutas urbanas y suburbanas en el Estado Mérida era algo muy normal y había suficientes unidades para satisfacer la demanda de los pasajeros.Hoy, nadie escapa al  embate de la hiperinflación reinante, las señales están aquí y las consecuencias nos atacan a todos: altísima inflación y sin control, precios de los productos que suben semanalmente, déficit fiscal que se financia imprimiendo dinero (inorgánico), pérdida del poder adquisitivo y del patrimonio de las empresas, en fin, estamos ante un panorama oscuro y complicado.

Para terminar nuestro entrevistado dijo:” solo pedimos que exista respeto entre transportistas y usuarios;  le solicitamos a la ciudadanía  la   colaboración con quienes aún seguimos en este gremio que está tan afectado tratando de cumplir con nuestro deber. No queremos ser enemigos de nadie, solo que nos dejen hacer bien nuestro trabajo.

Lo dejamos al volante de su unidad, dispuesto a enfrentar una vez más todos los inconvenientes que la metrópoli impone: insultos, inseguridad, deterioro, trancas por protestas, en verdad “ para trabajar con público hay que llenarse de paciencia”y sobre todo el mal sabor de ver las paradas atiborradas de personas, esperando un cambio necesario y urgente.

AE.VB