Para Comunicación Continua y la Ciudad en la Radio es muy importante dar a conocer las historias reales de personas quienes, pese a las dificultades por las que atraviesa el país en la actualidad y de los avatares que cada ser humano enfrenta, logran salir adelante y encuentran las herramientas para no dejarse vencer. Deseamos enaltecer el trabajo de la mujer venezolana y especialmente de las merideñas, por esta razón hemos querido compartir las vivencias de Zulú Rincón Navarro, una mujer emprendedora, valiente, empresaria, profesional, madre y esposa, que se restea ante la vida y sus circunstancias para ofrecerle a su familia y a su entorno lo mejor que se pueda dar.
Zulú es farmacéutica, egresada de la Universidad de Los Andes, pero desde su más tierna infancia sintió fascinación por todo lo concerniente a la salud integral de las personas. Mientras el mundo entraba en crisis por la pandemia que lo azota, Zulú decidió innovar y sacar su propia marca de productos para el cuidado de la piel. Y no solamente eso, sino para curar o mejorar significativamente patologías como la dermatitis, melismas, psoriasis, y hasta quemaduras.
A.E. –Zulú, quisiéramos conocer tu opinión acerca de ¿cómo se las arregla una mujer empresaria en estos tiempos de crisis?
Z.R.-Para una mujer empresaria el primer paso es querer hacer las cosas. Cuando una se propone un objetivo lo logra y hay muchos ejemplos de lo que estoy diciendo. Una marca- enfatiza Zulú- es uno mismo. La marca es lo que realmente somos. Lo que tú eres en tu casa, como persona, como ser humano, como mamá, como amiga, como pareja, así será tu negocio. Es lo que proyectas y es lo que realmente vale. Zulú continúa explicando: -las necias como yo, persistimos. Decimos, hoy no vendí nada, pero mañana será otro día. Eso sí, todo lo que emprendas debes hacerlo con pasión. Uno no debe trabajar para acumular riquezas, sino para encontrarse consigo misma, y cuando el trabajo uno lo relaciona con la persona que es, el éxito está asegurado y la gente lo percibe. Cuando por ejemplo, estoy haciendo una crema y noto que la materia prima es demasiado gruesa, inmediatamente busco la manera de corregir todos los elementos hasta que me quede un producto de altísima calidad. No puedo decirle a mis pacientes, a mis clientes: “Ay, disculpe, hoy la crema no me quedó bien porque resulta que se fue la luz, que la máquina se averió, etc. Nada de excusas”.
Zulú, la mujer de la voz suave y pausada, la de los ojos brillantes y la sonrisa en los labios, decidió durante la cuarentena asumir nuevos retos y enfrentarlos, siempre con el apoyo de su familia.
Aceptemos los cambios de la edad
Zulú recomienda a las personas mirarse al espejo y reconocer que hay cambios que se producirán con el paso de los años. “Esta arruguita, es normal, porque también la piel envejece, y debemos hacerlo con dignidad. Tú no puedes pretender, si tienes 50 años, mostrar la piel de una joven de 18, pero siempre hay que cuidarla con amor y darle una tregua, sobre todo a nuestro rostro, y no someterlo a tratamientos abrasivos que a la larga pueden ser muy perjudiciales.
-A.E. ¿Alguna vez tu condición de mujer y profesional te impidió escalar posiciones en los trabajos, en las empresas?
-Z.R.-Como siempre he sido independiente, no lo he sentido y yo creo que manejar esa situación depende de cada mujer. ¿Cómo vas a dejar que alguien te menosprecie si tú no eres menospreciable? Yo – continúa comentando Zulú- no creo mucho en ese papelito de que las mujeres somos víctimas de los hombres, porque cuando nos valoramos llevamos la bandera de nuestra propia defensa.
Crear, innovar, triunfar
A.E. ¿De dónde surge la idea de lanzar tu propia marca y más en estos tiempos que son tan complicados?
Z.R- Tengo más de 30 años trabajando con la piel y lo que he aprendido en este tiempo es que la piel necesita nutrirse. Yo vengo – continúa explicando- de la cuna de la PR88, una crema que se hizo famosa por su gran calidad y resultados favorables. Mi papá fue su creador y para mí, trabajar a su lado, ha sido una escuela donde adquirí gran parte de mis conocimientos, y esa experiencia la traigo conmigo. Hoy en día estoy lanzando mi propia marca que se llama ZU, a petición de tantos pacientes, amigos y médicos y les puedo decir con seguridad que los productos que estoy elaborando son una herramienta para la cura, regeneración y reconstrucción de piel. Tengo una crema regeneradora clínica que es para reconstruir tejidos: quemaduras, úlceras varicosas. También el sérum con ácido hialurónico y vitaminas; la crema hidratante, en fin, una línea creada con amor y para ofrecer una solución efectiva a los problemas de la piel.
Los que la pandemia nos enseña
Para Zulú la pandemia nos ha enseñado, a los que hemos querido aprender, a conocernos a nosotros mismos, y explica: “Si por culpa de la pandemia no tengo trabajo, entonces hay que hacerse una pregunta: ¿de qué soy capaz? Yo por ejemplo, en diciembre, hice hallacas y las vendí, porque no podía trabajar en mi laboratorio. No tenía ni podía comprar materia prima. También preparé unos geles especiales, amigables con la piel, y además tienen ricos aromas, son splash que puedes llevar en la cartera.
Es muy importante que la mujer merideña esté totalmente convencida de lo que es capaz. Yo creo que uno de los lugares donde la mujer es más echada para adelante es en los Andes. Lo vemos en los páramos, en los mercados, en el día a día, donde ellas son las que están pendientes de todo, porque la mujer de por sí es muy organizada en el trabajo y en las finanzas, tiene un pensamiento noble. Es algo inherente a la condición femenina, y no es una debilidad, es una fortaleza. Las mujeres hacemos magia.
Es muy grato dar a conocer la opinión de Zulú Rincón Navarro, que estamos muy seguros triunfará con su nueva línea de productos para el cuidado de la piel, porque en ella se conjugan: experiencia, profesionalismo y amor por lo que hace.
Y para finalizar Zulú refiere: “Uno de los principios para ser una triunfadora, es ser una mujer llena de gracia, en el sentido del amor, de quererse a sí misma, de agradecer , que es algo muy importante y, sobre todo, tener sentido del humor: yo me río mucho de mí misma. Permítase decir: “yo no soy perfecta, pero lo intento”.
Redacción: Arinda Engelke. C.C.
23-05-2021