Por: Giovanni Cegarra…
Lo ocurrido el primero de julio en esta apacible, conservadora, religiosa, universitaria, turística ciudad andina venezolana, diría mi difunta madre “no tiene perdón de Dios” a lo que añadiría, ni de nadie que tenga cuatro dedos de frente.
Jamás visto en esta Mérida y quizás en Venezuela entera, esta acción agresiva anárquica que se semeja una actitud hitleriana. Sí a lo Hitler cuando desnudaba a los judíos, los hacía correr, asesinaba despiadadamente y no me cabe que esto se viva en una ciudad que no se merece tal acción de quienes infiltrados o no, adeptos o no, al gobierno o a la oposición, porque ya uno no sabe que pensar, cometieron esta aberración indigna de un ser humano en sus todos sus cabales.
Duele que las Fuerzas Vivas de la ciudad, del Estado, del país, no se han pronunciado, como debe ser al respecto, ni siquiera el Gobierno Regional garante de que estas acciones se produzcan; solo hemos escuchado y leído, posiciones de los de siempre, de los que se aprovechan de situaciones para figurar, no llaman a la reflexión, a la tolerancia, a la convivencia, en medio de esta diatriba política que no está llevando a nada y ahí está una prueba más, de que el pueblo ya usado como carne de cañón siga llevando del bulto, ese pueblo del que solo se acuerdan en tiempo electoral.
Señores políticos, si se les puede llamar así, de ambos bandos, gobierno y oposición, lo sucedido el viernes primero de julio en nuestra ciudad, producto del radicalismo vandálico, agresivo, anárquico irresponsable, no nos está llevando a nada, entiéndalo de una vez por todas, es hora de dejar discursos populistas, de venganza, ansia de poder, el radical fanatismo insensato, que está desquebrajando al pueblo, a nuestra sociedad, a Mérida, al país, Venezuela no se merece esto.
