Al filo de La verdad: Cuento de hadas

Por: Giovanni Cegarra…

Analizando fríamente la situación socio política económica venezolana en la que estamos sumergidos todos llevando del bulto sin distingos de clase y posición; observando y escuchando a los protagonistas de la actual cansante estresante diatriba política a la que estamos sometidos todos, a toda hora del día y noche, percibo que en nuestro país se vive en un verdadero cuento de hadas que por supuesto, no ha tenido su final feliz.

Desde que cayó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, se instaura la democracia, mal concebida por cierto, los políticos han dominado prácticamente todo: la economía, sociedad, educación, historia,  cultura, costumbres, que debería y no hacerse, cuando y como se debe votar, que debería decirse y no decirse, mirarse o no, hasta el modo de caminar del pueblo, pregonando promesas que nunca se han cumplido y el pueblo viviendo del cuento de hadas, esperando un final feliz que no termina de llegar.

Un cuento de hadas es una historia ficticia que contiene infinidad de personajes que dan pié a eventos donde el final feliz es lo esperado, que llevado al panorama que se afronta y confronta en Venezuela pues nada, aún no habrá el final feliz porque esto no se cambia de la noche a la mañana, pasarán años en lograrlo, claro si los políticos y sus rayados dirigentes, se entienden entre sí, dejan de lado sus intereses particulares, grupales, personales, el odio, la venganza, ansias de poder.

Sin que me quede nada por dentro, los venezolanos en general, viven en un cuento de hadas en democracia mal concebida, esa en la que con solo estirar la mano podían tener todo lo que deseaban en los tiempos de bonanza, el paraíso se quedaba corto y hoy por hoy, el cuento está interrumpido, la crisis pega parejo a todos, el sueño se acabó, el crecimiento económico está estancado, el final feliz bien lejos, el odio, venganza, diatriba política, ansias de poder, no permite lograrlo.

Recuerdo muy bien lo que decía mis difuntos progenitores cuando observaban como se dilapidaba dinero sin prever el futuro «se van a quedar sin gallina y huevos», vaya que tenían razón, así estamos en Venezuela, viviendo de un cuento de hadas que no tendrá final feliz y culpables, todos.

CNP. 2229