Por: Giovanni Cegarra…
De golpe y porrazo, aunque ya venía sintiéndose, en Mérida, capital del municipio Libertador del estado Mérida, en la Región Los Andes de Venezuela, la que llaman ciudad turística, aumentaron exageradamente los precios, como crecida y desborde de quebrada o río, por la prestación de unos deficientes servicios públicos, impuestos municipales y nacionales, lo que ha generado una inconformidad generalizada en el sector comercial, empresarial, hotelero, posadero, empresarios y prestadores de servicios turísticos, bodegueros, en fin, en todo el colectivo merideño.
El aumento exagerado del cobro mensual por un deficiente servicio de agua potable, luz, gas, servicios de internet y telefonía fija/móvil, alimentos, artículos individuales, pasaje urbano y extraurbano, impuestos municipales, lo del SENIAT, etc., sin olvidar lo del tema de la gasolina, han convertido a Mérida, de ciudad turística a ciudad inflacionaria, el valor de la moneda se ha reducido al grado extremo en una economía dolarizada, ante ínfimos ingresos familiares y salarios, dijo un amigo “hoy cuesta más la mano de obra que el trabajo que harán”.
Toda una gran verdad, sin pretender ser dueños de ella, realidad que está a la vista de todos, no hay control de nada, en una ciudad donde predomina cada día y hora, el aumento incontenible de los precios de bienes y servicios, ante la mirada indiferente de las autoridades municipales regionales, que parecieran hacerse los locos, indiferentes, como si nada pasara a su alrededor mientras el pueblo, pasa las de Caín y ni pensar lo que se producirá cuando, decreten un nuevo aumento salarial que con la exorbitante especulación, no quedará nada, ni para que se convierta en sal y agua.
Así estamos en esta urbe andina venezolana, una Mérida, ciudad inflacionaria, que por los vientos que soplan, no tiene compón, Dios nos agarre confesados, punto en boca.
CNP: 2229