Por Giovanni Cegarra…
El grado de descomposición social en la estamos sumidos los venezolanos en general, nadie se escapa de ello, ha convertido a nuestro aún hermoso país, en un verdadero país de mercado, en el que cualquiera en la medida de sus disponibilidades, compra y vende, en divisas, con tal de hacerse de una jugosa ganancia, para subsistir en medio de la cruda difícil crisis socio económica política que confrontamos y afrontamos todos por igual, sin distingos de clase y posición.
En corto y por derecho, en argot taurino, Venezuela realmente, es un país de mercado, generado, entre otras cosas, por la escasez de todo, pérdida de valores hasta de los familiares, en el que muchos juegan a campo abierto y sin control, con la necesidad del pueblo que irremediablemente cae en las redes del comerciante especulador bachaquero, nuestra moneda se fue al pote de la basura, lo que vale en las compras ventas son los pesos colombianos, el dólar.
Así estamos, andamos, caminamos, corremos, convivimos, subsistimos, hundidos en medio de una inaguantable desesperante crisis socio económica política, sumidos en un país del mercado, a más ver.
