Por: Giovanni Cegarra…
Soportando el pueblo, una desequilibrada economía dolarizada al grado extremo, a lo que se suma la relajada cuarentena radical flexibilizada por lo del coronavirus, que da igual, pues nadie se queda en casa, medio mundo en la calle, como si nada, cada día menos cumplen, como debiera ser, la prevención sanitaria, al día de hoy y los por venir, todo está a distancia, bien lejos de componerse, como quisiéramos los venezolanos.
Muy cierto, todo está a distancia, el alimentarse bien ya que los productos de la dieta básica diaria, están incomprables e igual, las medicinas y eso, si se consigue la que se necesita; no contar regularmente con gas, agua, luz, gasolina, servicios hoy día inalcanzables y prácticamente de lujo el contar con ellos e igual a distancia ahora, estudiar, con lo de la cuarentena, es virtual, quienes no tengan acceso a internet, computadora, pues tristes y aburridos; ni hablemos de la seguridad y protección ciudadana, la inseguridad campea por doquier, está por encima de la efectividad de los Cuerpos de Seguridad del Estado y así vamos en este país, en el que lo único que no tiene distancia, es la inaguantable e intolerable diatriba política, que se acrecienta cada día más y paremos de contar.
En fin, para no ser cansón ni estresarlos más de lo que están, en Venezuela y, por ende, en el Estado Mérida, todo está a distancia, no se vislumbra una salida aceptable en medio de la situación coyuntural compleja circunstancial que se está viviendo y confrontando en el país, nadie ofrece una propuesta valedera al respecto, todo es una eterna confrontación, de parte y parte, que no lleva a nada, el pueblo cargando un bulto super pesado, es la realidad país y ni modo, con Dios, que habrá de agarrarnos bien confesados y comulgados.
