Por Giovanni Cegarra…
A estas alturas, nuestro país sin rumbo definido, se hunde cada día en la crisis coyuntural en la que el gobierno y oposición la mantienen, en su intolerante juego y diatriba política, que envuelve al pueblo, sean o no sus adeptos, en expectativas por demás engañosas, falsas promesas, acciones que no tienen razón de ser, todos quieren ponerle la mano al coroto, no se asoma la salida coherente.
No se necesita tener cuatro dedos de frente para no entender que la dirigencia política, de todos los bandos, no tienen bien definido su rumbo para sacar al país de la crisis en la que ellos mismos la han conducido, con un pueblo que ya no sabe que creer y en sus efectos, Venezuela es un ciempiés (antrópodo anillado de numerosas patas), todo un territorio con numerosas manos codiciosas que cuyos dueños quieren agarrar el coroto, sin importarles a quien se llevan por delante, así sea, el propio pueblo, que de hecho siempre han usado como carne de cañón.
Las semejanzas son a veces, inescrupulosas e inadecuadas, pero observando el panorama que tenemos por delante, ver como el bolsillo del venezolano se desangra por los que se aprovechan y abusan de su necesidad, no queda otra que pensar que Venezuela es un ciempiés, con muchas manos que en vez de enrumbarla por buen camino, por el contrario, son usadas para destruir, más de lo que han hecho, a este aún, hermoso país, que lo tiene todo pero que no ha sido aprovechado en beneficio de sus habitantes, ni en procura de su desarrollo y progreso.
Quieran o no aceptarlo, tanto gobierno como oposición, ya no les queda otra que sentarse, frente a frente, decirse lo que tengan que decirse, bajar la guardia y enfrentamiento, proponerse entre ambos, la salida de esta situación circunstancial compleja que destruye por pedazos al país, que perjudica en grado extremo al pueblo, ese que se aguanta, se cala todo, adormecido por la valeriana política que respira, pasa vicisitudes, calamidades, hambre, pierde familiares e hijos por falta de medicina y atención facultativa e inseguridad y paremos de contar.
Venezuela es un ciempiés, camina con muchas manos que hasta ahora nada han aportado para echarla adelante, sacarla de la crisis, todos quieren agarrar al coroto y con ilusos, no se forja un país, como debe ser, como el nuestro, que no lo tiene todo y no se ha sabido aprovechar para beneficio de todos, sin distingos de clase y posición.
