Por: Giovanni Cegarra…
Opacando el “Día del Niño” se cumplió en Venezuela, la consulta popular convocada por la oposición y el simulacro electoral paralelo del CNE que sacó a la calle a los venezolanos de diversidad de pensamiento político para expresar lo que ellos, en su sano juicio, mediatizado y dirigido por dirigentes de ambos bandos, es lo que mejor le conviene al país, en medio de la crisis socio económica política, generada por quienes han vivido y convivido el festín político venezolano.
Fue todo un verdadero fogueo venezolano, ejemplarizante por demás, que tuvo su raya con la víctima registrada en Catia de la capital del país, que arrojó cifras no del todo halagadoras si tomamos en cuenta los resultados electorales opositores y del gobierno, del último proceso vivido en este territorio caribeño suramericano.
Lo del domingo 16 de julio en Venezuela, deberán pensarlo muy bien, tanto opositores como los del gobierno, de cara a la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente, de las elecciones de Gobernadores y Alcaldes, que hay que dejar de seguir ejerciendo la política de hace 40 años, saber levantar cartas puestas en la mesa, ya que el pueblo cansado está, de todo lo mediático político que impera en el país, pide definitiva paz, tranquilidad, cese la violencia, la represión, de lado y lado.
No se pueden caer a mentiras ninguno de los bandos involucrados en este fogueo venezolano, que ha dicho y deja mucho, que bien claro asienta que el proceder dirigencial, por demás degastado, ya cansa a la población y en sus efectos, deben tomar el camino que realmente conlleve a sacar a nuestra Venezuela de esta crisis socio económica política que es producto de quienes son sus autores intelectuales y en manos de ellos, está la solución, claro si dejan de lado la ambición de poder, venganza, retaliación política, violencia y represión que ha cobrado víctimas innecesarias que solo lloran sus familias porque si de héroes hablamos, estos quedaron en la gloria del Olimpo.
Este fogueo venezolano es de pensarlo muy bien, claro, siempre y cuando, los políticos de cualquier bando, tengan cuatro dedos de frente. CNP. 2229
