Puedes llamarte, Alicia, Josefina, María, Carmen o llevar cualquiera de esos lindos nombres de mujer con los que suelen bautizarnos nuestros progenitores. Puedes haber sido muy estudiosa, tener un título universitario, ser una profesional exitosa. En cualquier área laboral, o tal vez haber aprendido perfectamente la forma correcta de llevar un hogar y ser una excelente ama de casa, incluso reúnas todas esas cualidades y más, pero eso no es suficiente protección, si tienes la mala fortuna, de caer en manos de un hombre maltratador, egoísta, machista y desalmado que sabrá muy bien cómo hacerte sentir disminuida. Sabrá muy bien cómo infravalorarte, lastimarte y hasta golpearte física y emocionalmente. Él está seguro de que si tú lo amas aguantarás muchas vejaciones, antes de decidirte a decir:” ya basta, no me maltrates más”.
Pandemia y violencia
La violencia contra la mujer es sumamente prevalente y la violencia de pareja es su forma más común. Durante las emergencias sanitarias, como la pandemia de COVID-19, la violencia contra la mujer ha aumentado. Como nos cuenta ONU Mujeres, “incluso antes de que existiera el COVID-19, la violencia doméstica ya era una de las violaciones de los derechos humanos más flagrantes. En los últimos 12 meses, 243 millones de mujeres y niñas (de edades entre 15 y 49 años) de todo el mundo han sufrido violencia sexual o física por parte de un compañero sentimental. Y, con el avance de la pandemia del COVID-19, es probable que esta cifra crezca con múltiples efectos en el bienestar de las mujeres, su salud sexual y reproductiva, su salud mental y su capacidad de liderar la recuperación de nuestras sociedades y economías, y de participar en ella.
El encierro por varias semanas en decenas de países del mundo ha exacerbado las tensiones dentro de las familias, particularmente en medios socioeconómicos de bajos recursos, caracterizados por domicilios más pequeños y situaciones adicionales de estrés por la pérdida de ingresos o empleos, o el temor a perderlos.
La Agencia de Salud Sexual y Reproductiva de las Naciones Unidas (UNFPA) calcula que si el confinamiento continúa, en los próximos seis meses se producirán otros 31 millones de casos de violencia doméstica en el mundo.
En Mérida hay violencia de género.
Un reciente informe del Observatorio de los Derechos Humanos de la Mujer, núcleo andino, ha conformado que: “Debido a la pandemia, el encerramiento de la víctima con el agresor –según Yolima Arellano- coordinadora de la organización, hizo evidente un problema de larga data. La exposición de la mujer a la violencia de género. https://comunicacioncontinua.com/el-confinamiento-disparo-los-casos-de-violencia-de-genero-en-merida/.
La violencia en la pareja se refiere a cualquier comportamiento, dentro de una relación íntima, que cause o pueda causar daño físico, psíquico o sexual a los miembros de la relación. A continuación se enumeran algunos ejemplos:
Agresiones físicas, por ejemplo abofetear, golpear, patear o pegar.
Violencia sexual, por ejemplo relaciones sexuales forzadas y otras formas de coacción sexual.
Maltrato emocional, por ejemplo mediante insultos, denigración, humillación constante o intimidación (como al destruir objetos), amenazas de causar daño o de llevarse a los hijos.
Comportamientos controladores y dominantes, por ejemplo aislar a una persona de sus familiares y amigos, vigilar sus movimientos y restringir su acceso a recursos financieros, empleo, educación o atención médica.
Cuando oímos narraciones de hechos de violencia contra una mujer, una vecina, una amiga, alguna conocida, realmente sentimos impotencia y sobre todo no entendemos cuales pueden ser las razones que tiene una mujer para soportar comportamientos agresivos por parte de su pareja sentimental. En este sentido los especialistas en comportamiento humano, explican que los datos indican que la mayoría de las mujeres maltratadas no son víctimas pasivas, sino que a menudo adoptan estrategias para potenciar al máximo su seguridad y la de sus hijos. Heise y colegas (1999) aducen que lo que podría interpretarse como falta de acción de una mujer puede de hecho ser resultado de que ella ha evaluado la manera de protegerse a sí misma y a sus hijos- Añaden indicios de varias razones por las cuales las mujeres pueden permanecer en relaciones violentas, por ejemplo: temor a represalias; falta de otros medios de apoyo económico; preocupación por sus hijos; falta de apoyo de familiares y amigos; estigmatización o posible pérdida de la custodia de los hijos asociadas con el divorcio; y amor y esperanza de que su pareja cambie. A pesar de estas barreras, con el tiempo muchas mujeres maltratadas sí abandonan a sus parejas, a menudo después de múltiples intentos y de años de violencia. En el Estudio multipaís de la OMS, entre 19% y 51% de las mujeres alguna vez maltratadas físicamente por su pareja se habían ido del hogar durante al menos una noche y entre 8% y 21% se habían ido de dos a cinco veces
Entre los factores que parecen conducir a una mujer a dejar permanentemente a su pareja violenta figura el aumento de la gravedad de la violencia, que la lleva a darse cuenta de que él no cambiará, y el reconocimiento de que la violencia está afectando a sus hijos.
Pero cuando no reaccionan a tiempo, en el cementerio hay muchas lápidas que recuerdan la falta de fuerza para tomar una decisión de alejarse que era de vida o muerte: prefirieron y encontraron la muerte en manos de su agresor.
Si está en una relación tóxica ¡salga corriendo!
Si usted, está siendo maltratada moral o físicamente. Si su pareja no la respeta, la insulta, le grita y hasta ha llegado a golpearle ¿qué hace usted en esa relación? Busque la manera y salga corriendo. Consulte con un abogado los pasos a seguir. Llame a las líneas de atención a mujeres maltratadas. No se quede allí, al alcance del agresor sea su pareja sentimental, un hermano, un familiar, nadie tiene derecho a violentar su vida. La mujer vale mucho, no solamente por su misma condición femenina, que merece respeto, cariño, amor, sino también por sus cualidades de multifacéticas. Las mujeres venezolanas son un crisol de cosas bellas, de alegrías, de sonrisas, de canciones, de música, de imaginación, de fuerza y voluntad. Son poesía, tempestad, son vida y damos vida. Y sobre todo estamos impregnadas de un amor incondicional.
Redacción CC- 18-10-2020