Teníamos que prepararnos para el horror que nos tocaría vivir como venezolanos sometidos, desde hace algún tiempo, a las más ignominiosas y despiadadas situaciones producto de muchos factores en contra versión, pero muy especialmente por una terquedad indiscutible y persistente, de quienes detentan las instancias del poder y también de aquellos que no han sabido mantener posiciones claras,razonadas y definidas en pos de una nación llamada Venezuela, que , ahora mismo, está navegando en mares embravecidos de decisiones erróneas, incoherentes, donde el populismo ha llegado a extremos insoportables ydonde abundan los discursos, poco convincentes que mantienen a gran parte de la población en un estado de incertidumbre y malestar que no es justo, ni deseable para ninguna sociedad.
Teníamos que prepararnos para el horror, pero no lo hicimos. No atendimos las voces de expertos que alertaban sobre el devenir de nuestra historia, si no se marcaban límites y se hacían correcciones.
“Se van a presentar serios problemas con la gasolina, no habrá gas, fallará la electricidad por falta de mantenimiento, los servicios públicos empeorarán, la inflación va a llegar a cifras estratosféricas. Los sueldos no van a alcanzar para vivir. La clase media desaparecerá. Los venezolanos huirán de su país en busca de mejores oportunidades de vida”. Sí, algunos lo advirtieron, pero… ¿cómo creer en estas “voces agoreras”, si Venezuela es un país rico en recursos naturales, con empresas florecientes, la “joya del caribe” , pero… todo esto cambió y hoy en día estamos sufriendo de tantas iniquidades, que por decir lo menos, enfermedades que considerábamos desaparecidas de nuestro mapa, han vuelto con renovadas fuerzas a cobrar vidas.
Seguir el ejemplo de los valientes.
Sí, es difícil, tratar de llevar una vida apenas normal dentro de un ambiente cargado de problemas y desesperanzas. A veces pareciera que no hay emprendimiento que valga por más resilientes que intentemos ser.En ocasiones no podemos evitar sentir miedo ante la realidad que nos agobia y que no nos ofrece alternativas. Pero, es aquí, donde sin pecar de optimismo exacerbado debemos detenernos a pensar y a mirar ejemplos de vida que también han estado cargados de circunstancias muy graves y en entornos muy peligrosos: Jesús de Nazaret que aun a sabiendas de todo el sufrimiento que tendría que soportar, vino al mundo a salvarnos. Mahatma Gandhi que murió asesinado por sus ideales. Conocido principalmente por reivindicar y conducir la independencia de la India a través de métodos no violentos. Ana Frank, una niña judía de 14 años quien fue redactado en su diario las vicisitudes del holocausto Nazi.
Valientes nuestros patriotas que enfrentaron al imperio español en busca de la independencia.
Valientes las madres venezolanas que trajinan día a día en ciudades inhóspitas, donde solo hay lo que no hay, pero que siempre tienen una sonrisa a flor de labios y un abrazo para cobijar a sus hijos, no importa si ellas, sienten hambre o necesidades porque el amor las colma.
Valientes los que a pesar de tener que enfrentar las espantosas colas para echar gasolina, o esperar por el gas, tienen un espacio para expresar solidaridad.
Valiente, también el que aún con el corazón encogido de tristeza, decide empacar su maleta con los sueños de favorecer a sus seres queridos, no importa el sacrificio que significa la separación porque hay que luchar por el bienestar de los suyos.
Valientes, ustedes, nosotros, porque permanecemos, damos la batalla, nos reinventamos, buscamos soluciones porque:“ser valiente es tener el coraje de superar aquello que tenemos delante. Ser valiente es una elección consciente, de poner a prueba nuestras capacidades, nuestros límites y bloqueos. La valentía es un reto al que nos exponemos para crecer, aprender y superarnos.
Lo lograremos, ya hemos visto como muchas personas valientes de la historia tuvieron que desafiar circunstancias, muy, muy difíciles, pero, al final, triunfaron. Se vale llorar, se vale rezar, se vale quejarse, menos perder la fe, la seguridad y la confianza en que todo lo que nos aflige, también pasará.
A.E.L.L.C.C.