“La sensación que tuve el primer día del apagón en Caracas, fue como si estuviera en medio de una guerra, sabía que estaba siendo acechada, pero no veía al enemigo. Todo estaba en tinieblas.Un silencio tan extraño, tan peligroso me intimidaba.Las sombras que se proyectaban por alguna que otra luz de vela, lucían amenazantes”, así nos relata la psicóloga María Gorety Da Silva, su experiencia, este 7 de marzo, cuando la capital de la república también se oscureció.
Sabemos que las consecuencias derivadas del gran apagón (7 de marzo y días sucesivos) han causado serios trastornos en la salud emocional de las personas,incluso, por sus características se puede considerar como un hecho traumático, el cual podría originar problemas psicológicos en cualquier persona.
La terapeuta, egresada de la UCV, nos explica que:“se puede considerar que evento es traumático, desde un punto de vista psicológico, si es una amenaza o ataque que:ocurre de pronto, inesperadamente o fuera de toda norma (esto incluye abusos continuados). Excede la capacidad que percibe el individuo para poder manejar la amenaza o el ataque. Perturba los marcos de referencia del individuo y otros esquemas básicos que le sirven para entender y manejarse en el mundo. Además según la OMS- añade-el trauma ocurre cuando: la persona ha estado expuesta a un acontecimiento estresante (tanto breve como prolongada) de naturaleza excepcionalmente confusa o catastrófica, que podría causar un profundo disconfort en casi todo el mundo”.Lamentablemente, todas las particularidades referidas para describir un evento como traumático,convergen en este período de incertidumbre y desasosiego que estamos viviendo.
Son muchas los escenarios inciertos que padecemos diariamente: las colas en todas partes, la falta de efectivo, el no poder comprar porque los puntos de venta no funcionan, la poca información verídica que pueden ofrecer los medios de comunicación responsables porque las comunicaciones están muy afectadas, y un sinfín de obstáculos que cada quien ha experimentado, según su propio entorno.
Entonces, ¿qué recomendaciones podemos ofrecerlesa nuestros lectores para que en lo posible, estén prevenidos, preparados para hacerle frente a contextos como los puntualizados, que pueden repetirse en mayor o menor escala, y los cuales, bajo ningún concepto deben incidir negativamente en nuestro bienestar emocional?
Nuestra especialista y colaboradora, María Gorety refiere:
-Tenemos que hacer acopio de todas nuestras fuerzas para calmarnos y no permitir que la angustia nos gane la partida. Si estamos serenos, podremos actuar con más propiedad que si nos da un ataque de nervios. ¿Cómo lo conseguimos?, especialmente con la respiración profunda y acompasada, repitiendo frases que nos ayuden a calmarnos. Salir a caminar, hacer ejercicios, meditar, visualizar creativamente. La idea es no engancharnos con los sentimientos negativos aun cuando sepamos que están allí.
-Si se siente solo o sola, busque la compañía de los amigos, vecinos, familiares, eso de que “las penas compartidas se lleva mejor”, es verídico.
-Haga intercambio de información y conocimientos, por ejemplo cómo conservar mejor la comida cuando no hay energía eléctrica, cómo preparar un mechero cuando no hay velas. De igual manera, organizarse conformando equipos para la protección de las casas, y hasta jugar, conversar,compartir. Intercambiar teléfonos y crear contraseñas, claves, en fin activar formas solidarias de actuar en momentos de crisis. Si está ocupado en algo productivo–asegura la psicóloga –alejará los pensamientos catastróficos que tanto daño le hacen.
-No temas expresar tus emociones. Si quiere llorar, hágalo sin reservas hasta que se sienta mejor.
-Aunque no tenga muchos deseos, pinte, dibuje, escriba, lea, haga manualidades, limpie la casa, arregle los muebles, en una palabra ¡aproveche la luz del sol! Cuando termine, estará tan exhausto que le será fácil dormirse.
Muchas personas sienten que este intento por sobrevivir en entornos tan adversos es una tortura, y hasta cierto punto, así es, porque nos vulneran en nuestra condición de seres humanos con derechos a una vida normal, y no es normal la nuestra, entre sobresaltos, necesidades no satisfechas y con miedo al futuro, pero usted, es más fuere que estas realidades desfavorables, usted puede generar luz, e incluso irradiarla a los demás. Como ejemplo tomemos el de una joven maestra, que al ver que los niños estaban preocupados, porque llegaba la noche, los reunió a todos, los sentó en la acera de su barrio, y comenzó a contarles cuentos haciendo mímicas e interactuando con ellos, aplaudiendo, cantando, recitando. Cuando llegó la oscuridad ya los niños no sentían temor y se fueron a sus casas para seguir soñando con un país donde haya luz, agua, comida, alegría, riquezas, libros y cielos azules llenos de esperanza.
Por favor, no permita que nada ni nadie controle sus emociones, usted ya tiene las herramientas, úselas a su favor .
A.E.C.C.