Por: Andrés E. Mora M…
“Y ya van ocho derrotas consecutivas ante Colombia en eventos deportivos multidisciplinarios. ¡Pero cómo dolió ésta última!”, suspira la siempre bien informada Incredulina, refiriéndose al contundente revés sufrido por la delegación criolla ante su similar de la hermana república en la 18va edición de los Juegos Bolivarianos que bajan el telón esta noche en la ciudad más antigua de aquel país y la segunda más añeja de Sudamérica, Santa Marta, el muy cotizado destino del caribe colombiano que es la capital del departamento del Magdalena.
“¡El triunfo colombiano fue categórico!”, exclama Ingenuo Sinduda, el profesor jubilado de la ULA felizmente casado con la elegante y esbelta fémina que se encuentra conversando con él en la fresca mañana de este sábado 25/11. “¡Na’guará! La brecha se amplió de cinco medallas de oro a prácticamente cien – el número definitivo dependerá de lo que suceda hoy con las últimas nueve áureas en disputa – entre Trujillo 2013 y Santa Marta 2017. Eso nos habla, tanto del excelente momento que vive el olimpismo del vecino país, como de las graves dificultades que actualmente atraviesa el deporte de alta competencia venezolano. Hay que recordar que, hace cuatro años atrás, Venezuela llegó a tierra incaica con la supremacía hegemónica que significaba 16 ediciones consecutivas liderando el medallero general de este evento deportivo creado en memoria del Libertador. Cadena de victorias que se inició en los Bolivarianos Barranquilla 1961”, rememora el caraqueño que hace tres décadas arribó a Mérida para más nunca dejarla al caer cautivado por la magia inigualable de la Sierra Nevada.
“¡Tienes toda la razón, mi amor!”, expresa la dama para apoyar lo dicho por su marido. “Porque si bien es cierto que el hecho de ser país anfitrión se refleja en algunos triunfos inesperados, consecuencia de tener atletas inscritos en todos los deportes y disciplinas, jamás puede ser considerada la razón fundamental para justificar una diferencia tan marcada. El motivo es, definitivamente, el crecimiento y desarrollo del olimpismo cafetero como resultado de una política de estado acertada y, por ende, exitosa”, considera la acuciosa y conocedora mujer.
“Política inexistente en la Venezuela de Nicolás. De ahí que Eduardo Álvarez, el presidente del Comité Olímpico Venezolano, nunca acierte en sus pronósticos. «Nosotros debemos estar por encima de las 100 medallas de oro y aspiramos a estar peleando con Colombia el título de los Juegos», le habría declarado el mandamás del COV a EFE horas previas a la inauguración de estos juegos con los que inicia Venezuela el camino a Tokio 2020”, señala el catedrático. “Sus desaciertos son bien conocidos. Ahí tenemos los Panamericanos Toronto 2015 en los que vaticinó una cosecha criolla entre 18 y 20 doradas, pero sólo se alcanzaron 8”, comenta Sinduda. “Con respecto a los deportes en donde nuestra delegación descollaría, anunció «Venezuela seguirá siendo en los deportes de combate una potencia deportiva. Son los deportes estratégicos para el país en estos Juegos». En esta ocasión estuvo parcialmente acertado. La lucha venezolana arrasó al ganar 11 doradas de las 18 disputadas. Sin embargo el boxeo tuvo una muy discreta actuación al conseguir una sola medalla de oro y ser ampliamente superada por Colombia, que se colgó 8 de las 13 doradas, y República Dominicana que ganó tres. En Judo nuestro país quedó campeón con 6 de oro, pero con una Colombia pisándole los talones al ganar 5. Algo similar sucedió con el Kárate – deporte que hizo su debut en el ciclo olímpico y que se estrenará en las Olimpiadas del 2020 junto al surf, escalada deportiva, monopatín y el béisbol, que regresa – en donde se alcanzó lo más alto del podio al obtener 5 medallas de oro, pero seguida muy cerca por Ecuador con cuatro. El Taekwondo finalizaba anoche, pero no sé qué sucedió, sin embargo Colombia dominaba hasta el jueves con 5 áureas y Venezuela ocupaba el cuarto lugar con dos”, detalla Ingenuo.
“La agencia EFE reseño también que Álvarez «se quejó ante la Organización Deportiva Bolivariana (ODEBO) por lo que él consideró disparidad en el reparto de medallas. A su juicio, el béisbol, donde Venezuela es una potencia mundial, sólo concede una medalla de oro tras 12 días de competencia, y la halterofilia, deporte referencia para Colombia, entrega 48 medallas a 16 competidores»”, lee Incredulina en voz alta. “¡Esa queja es ridícula!”, exclama sorprendida la señora Sinduda ante tamaño sinsentido.
“De cualquier manera, y para ser más convincente su triunfo en la clasificación general, Colombia dominó ampliamente los deportes colectivos tradicionales. Se tituló en béisbol, en fútbol (masculino y femenino) y baloncesto (masculino y femenino). Venezuela sólo pudo hacerlo en softbol femenino y voleibol masculino. De tal manera que ese argumento irracional, que seguramente buscaba abonar el terreno mediático para victimizar al deporte criollo ante la inminente debacle venezolana en los Bolivarianos, fue desmontado”, indica Ingenuo. “Desmantelada quedará también la falaz excusa de la «guerra económica» usada por Nicolás para justificar el rotundo fracaso del «Socialismo del siglo XXI» ante el país y con la que ha victimizado a su dictadura. José Vicente Rangel – quien es bien conocido por todos – ya comenzó a operar en ese sentido”, opina el nacido en Caracas.
“Cosas veredes Sancho”, se le escucha decir a Incredulina parafraseando al ingenioso hidalgo de algún lugar de la Mancha.
(٭) Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo
aemora@gmail.com, @amoramarquez