El gobierno de Nicolás Maduro deja a un lado el socialismo: traspasó empresas expropiadas quebradas a inversionistas privados. Esto, a cambio de productos y un porcentaje de ganancia, señalaron las periodistas Fabiola Zerpa y Nicolle Yapur en un reportaje publicado en Bloomberg.
La agencia de noticas indicó que entre las compañías están plantas químicas, procesadoras de café, silos de granos y hoteles. Aclaró que no fueron vendidas, sino que ahora estarán operadas por privados bajo las llamadas alianzas estratégicas.
Los nuevos administradores cubren la nómina y las inversiones.
“Creemos que esto es positivo porque es la sincronización del sector público con el sector privado. El Estado actúa como supervisor y recibe una retribución”, dijo a Bloomberg Ramón Lobo, diputado al parlamento chavista y exministro de Finanzas.
Hugo Chávez, llamado por las filas del chavismo padre político de Maduro, confiscó más de 1.000 empresas y numerosas propiedades en el país como parte de su revolución socialista, y que terminaron en la quiebra por la mala administración.
Entre esos activos, están las multinacionales Kimberly-Clark, Cemex y Kellogg’s.
El medio puntualizó que el cambio es notorio en la agricultura y se debe a la presión del régimen por aumentar la producción luego de siete años de colapso económico y social.