Calvario humillante e indignante

Se veía venir, con esto de las kilométricas colas que se forman para surtir de gasolina en cualquiera de las Estaciones de Servicio del Estado Mérida. El diario calvario por surtir del codiciado combustible, cobra ya dos vidas, una por un infarto y la otra por impacto de bala, en Tovar y Tabay, respectivamente, sucesos que vienen dados por la pérdida de la tolerancia, paciencia, por el stress que carga encima el colero, ante la imperante corrupción, anarquía, matraca, bachaqueo, que reina en las Estaciones.

Un calvario humillante e indignante, para cualquier ciudadano que tras calarse días y noches haciendo cola, pasar hambre, exponerse de ser atracado en cualquier momento, para intentar surtir de gasolina a su vehículo y venga un abusador con ínfulas de poder, a pasar por encima de ellos, porque es un funcionario militar, del gobierno nacional o regional, siendo apoyado por los de la GNB y bomberos de la Estación de Gasolina, situación que enerva a cualquiera, se pierden los estribos, ocurren hechos lamentables que en Mérida, cobran la pérdida de dos vidas y como reza el dicho “esas muertes quien las paga”.

La penuria y calamidad que se vive por la escasez de gasolina junto al calvario humillante e indignante que padecen los coleros para que le surtir unos cuántos litros, ha llegado al límite, nadie controla nada, nadie se duele de lo que pueda suceder, la intolerante anarquía corruptiva indolente, reina en las Estaciones de Servicio del Estado Mérida, total, duela a quien le duela, aquí no hay gobierno que valga, nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato (Giovanni Cegarra, GC. CNP. 2229).

Foto referencial-Leo León