El momento es ahora. Queridos compañeros: Me permito ocupar su atención ante la urgencia de la catástrofe patria. Hoy Venezuela exhibe el peor de sus rostros: incontables compatriotas mueren fruto de la violencia desbordada, otros tantos huyen en búsqueda de las oportunidades que acá se les niega. El país se encuentra en una encrucijada de dimensiones mayúsculas.
El problema hoy, trasciende lo ideológico. No se trata de si nos ubicamos topográficamente a la derecha o a la izquierda, por el contrario, se trata de si subsiste o no el sistema democrático y, por ende, de libertades públicas, que son nuestros auténticos gendarmes y nuestra garantía de prosperidad y superación. La población venezolana está pauperizada y vive bajo el signo de la inseguridad y de la angustia económica, la bancarrota de la producción agrícola y pecuaria del país, unida al atraso industrial, junto a la corrupción es la causa principal del problema que agobia a la mayoría de la población: el alto costo de la vida y el desabastecimiento. Esta situación difícil sólo será corregida si en todos nosotros se afirma el sentido de responsabilidad hacia la tierra donde nacimos y nos empeñamos en hacerla tramontar la dolorosa crisis económica, fiscal y humanitaria que la agobia y la ayudamos a salir fortalecida.
Venezuela no está perdida, puede salvarse y se salvará. Se dice que a partir de la elección Maduro quedará deslegitimado, sí. El problema es que la ilegitimidad no aparta del ejercicio del poder, seguirá detentándolo sin freno alguno, entraremos en una dictadura a secas. Debemos preparar una estrategia congruente con ello. No se trata sólo de denunciar perdida de legitimidad, pues eso no aparta del poder, insisto en eso. Se trata de organizar una inmensa fuerza social, con propósito y dirección, que logre apartarlos del poder político para lograr la transformación del país.
No podemos decirles a las madres que hoy sufren las partidas de sus hijos hacia otros rumbos buscando las oportunidades que aquí se les niega que no hay salida, no puedes calmar la angustia de un padre que no sabe cómo alimentar su familia, u ocultar el dolor que produce perder un ser querido gracias a la inmensa violencia que azota el país, sencillamente diciendo que asumiendo una posición pasiva vamos a conseguir deslegitimar lo que no tiene legitimidad ya en su ejercicio. Aquí hay que ser congruentes, hay que generar líneas de acción que den respuesta a un pueblo que ama y sufre, que vive de la esperanza de un mañana mejor. Constitución, organización y calle, son tres ejes centrales a ser tomados en cuenta. Debemos aglutinar fuerzas, sumar visiones, eliminar discordias y coordinar acciones. De lo contrario fracasaremos frente al país y la historia que nos demanda.
Hay que acabar de un tajo el aparente divorcio que existe entre nuestra dirigencia y nuestro pueblo. Si no logramos interpretar y representar el sentir de la gente, estamos condenados al fracaso y el país a la tragedia. Debemos generar un gran movimiento de movimientos, con carácter social, que nos aglutine a todos sin distingos, para canalizar en forma efectiva el disgusto de la gente, sin salirnos de la constitución. Fragmentados no logramos nada. Sin una ruta en común, no habrá resultado alguno. Recordemos que lo que nos debe unir es Venezuela, sólo es posible si nos unimos bajo ese propósito generar un verdadero cambio de gobierno.
Es imperioso una revisión de la política unitaria. Hay que brindar certezas, generar esperanza, construir una ruta común y emprender acciones coincidentes. No podemos asumir actitudes pasivas, el país reclama coherencia y acción. El sufragio universal, directo y secreto; las facilidades múltiples para el ejercicio del sufragio por toda la ciudadanía apta constitucionalmente para ir a las urnas; la renuncia por quienes gobiernan al abominable sistema de la coacción y del fraude para obtener triunfos pírricos en los comicios, abrirán en Venezuela, la posibilidad de las consultas electorales sinceras.
Esa debe ser nuestra lucha, sin tregua ni descanso. Hoy les pido a mis compañeros de la MUD, a mis hermanos del Frente Amplio, a los señores que hoy forman parte de coalición que respalda al candidato Falcón, a todos: sentémonos, entendamos y depongamos actitudes egocentristas, el país esta primero.
Es hora de concertar una política autentica, coherente, plena de respaldos y vigorosa en el combate de la mafia que hoy se enclaustra en el poder. Como joven venezolano, he dedicado mi vida al servicio sincero de Venezuela, mi acción pública es testimonio de amor profundo a esta tierra, es ese amor el que hoy me lleva a invitarlos a que bien sea que votemos o no votemos, tomemos una posición conjunta. Se trata de hacer de la elección un detonante para la implosión del régimen y la apertura al rescate urgente del país. Estamos a tiempo. Venezuela no merece ni aguanta seis años más de Maduro. Frank Gavidia. @FrankGavid1a