Con fundamento: ¿Elecciones universitarias? “Pon las tuyas en remojo”

Por: Bernardo Moncada Cárdenas…

Con grandes, enormes, expectativas de signos divergentes se cumplió el llamado a elecciones de autoridades en la Universidad central de Venezuela. Según las reseñas noticiosas, más de 221.000 miembros de la comunidad universitaria buscaban elegir, después de 15 años, a sus próximas autoridades.

Las expectativas discrepaban al extremo, entre quienes auguraban elocuente vacío en respuesta a la convocatoria y quienes, sondeando la actitud del nuevo electorado ucevista aseguraban una masiva participación. El pasado viernes 26, ambas hipótesis fueron puestas a prueba. Es ya del dominio público la alta comparecencia, aunque las contrariedades que dieron al traste con la convocatoria impidieron contabilizar la asistencia a las votaciones.

Siguiendo una especie de moda que ve en todo conspiraciones y manos peludas, no pocos han querido hacer ver torvas maquinaciones de las autoridades universitarias, o brillantes sabotajes (no “saboteos”, como ya es costumbre decir y escribir) detrás de lo que ha sido un catálogo de improvisaciones, apresuramientos e impericia.

No denigro de los colegas profesores que, tras quince años de inactividad electoral, asumieron la tarea de organizar comicios internos de una masa considerable de votantes, incluyendo alto porcentaje de quienes, por los cambios de normativas que conocemos, ahora forman parte del padrón electoral universitario. Tampoco justifico los errores cometidos, especialmente el no haber decidido suspender de antemano el proceso, cuando la comisión tenía sobradas razones para hacerlo.

No solamente se reconocieron previamente errores en el padrón elaborado por los técnicos contratados, no solamente se perdió material electoral al estar expuesto a filtraciones con la lluvia en un depósito insuficientemente protegido, sino además dicho material no estaba embalado para la hora de abrir el proceso. Todo consta en el informe presentado al Consejo Universitario ucevista, como consta que falló la supervisión sobre los preparativos, aduciendo “buena fe”, y que se decidió mantener la convocatoria pensando que “en el camino se enderezan las cargas”, como va el viejo dicho. En fin, el nueve de junio se concretará un nuevo llamado del cual esperamos el mayor de los éxitos.

Nosotros, universitarios ulandinos, esperamos un pronto llamado a renovar todas nuestras autoridades y bien haríamos en observar lo ocurrido. En primer lugar, actuar con la sana expectativa  por que, también en nuestro caso, responda numerosamente un electorado ansioso por dar la cara, en un proceso que hará historia en la universidad. Luego, extremar la atención meticulosamente, la comisión electoral que representa al Consejo Universitario, conscientes de las dificultades implícitas en las condiciones que vivimos, para lograr unas elecciones impecables.

Hemos visto “las barbas del vecino arder” ¡Corresponde poner nuestras barbas en remojo!

Por que, después de todo, las universidades están llamadas a “colaborar en la orientación de la vida del país”, como dicta el segundo artículo de la ley de Universidades vigente, y no a reflejar pasivamente los problemas nacionales; Venezuela entera mira -quizá con explicable pesimismo- el paso que vamos a dar; que sea nuestra respuesta un clamoroso llamado a la esperanza.

31-5-2023