Crisis universitaria en Venezuela: Cuando se dice que no hay condiciones… ¿a qué nos referimos?

La generación de conocimiento desde los campos universitarios, requiere una serie de condiciones y variables de entorno interno y externo, que intentaré describir a continuación desde una perspectiva académica y donde espero responder de manera parcial a la pregunta inicial, para intentar comprender y buscar claridad de análisis a la compleja crisis que traviesa las universidades publicas venezolanas, donde la discusión es mucho más grande que “sueldos y salarios”.

Quisiera referirme con especial atención a la actividad investigativa, como pilar fundamental de las universidades, en la creación de nuevo conocimiento e innovación, que genere respuestas y soluciones a problemáticas sociales y mundiales, para lo que se requiere de tres elementos fundamentales: 1) financiamiento, 2) movilidad científica y 3) acceso al conocimiento actualizado.

Lógicamente está su eje central que es el recurso humano: profesores, becarios, auxiliares y preparadores, que hacen vida entre la investigación, la docencia y se complementa con la extensión universitaria, la cual se ha convertido en el canal de oxigeno del personal docente universitario en Venezuela, en muchos casos con iniciativas emprendedoras destacables.

La investigación que pretenda generar aportes, necesita 1) fuentes de financiamiento, público, privado o mixto donde puedan sufragarse, desde gastos operativos, recursos básicos necesarios, herramientas tecnológicas o de procesos, entre una gama de elementos que dependerán del perfil de la investigación. Sin financiamiento no hay investigación posible, de lo contrario la actividad en sí pasa a un nivel exploratorio de revisión documental. 2) La movilidad científica, vista como el encuentro de pares académicos, es posible desde foros, talleres, seminarios y congresos a escala local, regional, nacional y sobretodo internacional de forma presencial y no virtual, este último elemento contribuye al fortalecimiento de la visión investigativa o también conocido como “turismo académico o internacionalización”. Es el espacio para establecer redes, convenios y alianzas estratégicas institucionales. 3) El acceso al conocimiento, consiste en que el investigador pueda aprehenderse de “papers” y resultados recientes de las áreas de estudio y afines, desde revistas científicas, boletines e informes depositados en bases de datos y repositorios, así como de material editorial de reciente data que debería estar disponibles en las bibliotecas. La tendencia científica es de menos acceso libre a estos espacios y las universidades necesitan fondos para mantener la solvencia. Sin conocimiento actualizado, la investigación se sustenta en un anecdotario. Como vemos, movilidad y acceso a la investigación dependen en buena medida de la fuente de financiamiento.

En el caso de la ULA, dependencias como el Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico, Tecnológico y de las Artes, CDCHTA, la Comisión de desarrollo del Pregrado, CODEPRE, la Coordinación de Intercambio Científico o el Servicio de Bibliotecas, SERBIULA, se han quedado prácticamente sin presupuesto y han perdido mucho terrero, lo que repercute de manera directa en la investigación y sin investigación de calidad, la docencia universitaria pierde valor y se convierte en un ejercicio pedagógico de repeticiones, lo que de forma despectiva conocemos como “piratería”.

Cualquier oferta académica de pregrado, maestría o doctorado que no contemple estos tres aspectos, sencillamente nos remite a la presencia de otra cosa, un estudio apasionado por alcanzar un título sin una verdadera profundidad científica e innovadora, sólo es un monitoreo, lo que en muchos lugares llaman “títulos vacíos”.

 Vemos entonces que la problemática es mucho más que la exigencia de un sueldo justo, es la implosión de un sistema educativo completo, algo que tendrá consecuencias nefastas para la sociedad venezolana en las generaciones que deseen profesionalizarse, con un costo social y político sin precedentes. Es momento de reflexionar sobre estos aspectos. Es mucho más que insistir en dar clases o la universidad de puertas abiertas.

La calidad académica, tanto para estudiantes como para profesores, requiere de este mínimo de condiciones y es aquí donde llegamos al punto de inflexión, no más autoengaño, si las condiciones no existen debemos hacer un esfuerzo por conseguirlas, pero si vemos  que es porque el modelo universitario ya no funciona, como pareciera, entonces, el presente nos obliga a promover una discusión mucho más profunda y conceptual. Ese es el reto. ¿Quiénes están dispuestos a asumirlo? Yo, lo estoy.

Por: José Alexander Bustamante-Molina

Profesor Universitario, Secretario Académico de APULA.

21-03-2021