Irónico el mensaje en esta urbe andina donde se hace todo lo contrario, se degrada, ataca, destruye el medio ambiente en que se vive, de la mano de sus habitantes apoyados por la indolencia oficial municipal, mejor prueba de ello, las calles y avenidas de Mérida, sus Plazas y Parques, como la Plaza Bolívar de La Parroquia, que a duras penas medio recuperan a regañadientas para que vengan los vecinos y no vecinos, la tengan convertida en vertedero público de desechos, desperdicios hasta de escombros, aparte de lo que amontona quien barre diariamente la Plaza, todos como si nada pasara y así ocurre, en toda la ciudad.
Por eso, ¿Cuál Sociedad? si no existe, convivir con la basura y zamuros es ya todo un lujo en Mérida y “al que le caiga el guante que se lo plante”. (Giovanni Cegarra, GC. CNP. 2229).
