Del mito a la razón

Todos quieran hablar sin comprometerse; participar sólo con la lengua, y en filosofía hay un tema de capital importancia que trata del paso forzoso del mito al logos (razón). Es decir, cambiar de un pensamiento arcaico a uno basado en la razón. No es fácil haber lograr este trance en la historia de la civilización occidental porque el mundo oriental se quedó instalado cómodamente en el pensamiento mítico de hace siglos.

Esto ha significado vivir en un atraso cultural permanente pueden aducir algunos. Otros señalarán que en esos países existe una mayor espiritualidad en sus sociedades y que su gente está a gusto con una vida sufrida, austera y parca como cualquier pobre del mundo civilizado.

Hesíodo es el poeta filósofo del siglo VIII A.C. que por primera vez se desmarca del mito y da un salto a la razón, claro sin abandonarlo del todo. Su obra, Los trabajos y los días es considerado como el primer esbozo de un pensamiento de carácter filosófico y de paso es pesimista, como buen filósofo que se precie. Puede decirse que ese escritor fue el primer pesimista de la historia, el primer quejón, el que inauguró la era de la quejadera que permitió llegar a la criticadera actual. Entonces este autor es el primer opositor al estado de cosas, el status quo. Este caballero abrió la puerta de la crítica contestataria de los universitarios y de todo inconforme, incluidos los artistas.

Sin embargo, vale la pena recordar lo que afirman los expertos sobre la felicidad y el mundo material. Si, el dinero no hace a la gente más feliz, aunque ayuda bastante, cantan a coro muchos. Es un mito bastante común en toda cultura. Lo cierto es que en la India, por ejemplo, la espiritualidad y la pobreza van de la mano y no parecen muy inconformes con esa situación tan penosa. El mito invade nuestra vida con sus creencias.

Ahora bien,¿qué dicen la sabiduría acerca de la definición de mito?. Según la Real Academia Española (2016), el mito es una narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Por tanto, el mito es simplemente un cuento chino. Un embuste bonito que nos contaron para ensalzar a alguien o a algún evento acontecido o no. Pero aún es un invento que nos creemos nosotros mismos o que creamos con ingenuidad o con alguna verdad a cuestas. Sin embargo Ortega y Gasset
y otros pensadores defienden al mito, por considerarlo como gérmen de la historia. Gadamer, filósofo alemán, autor del libro, “Verdad y método”, por su parte señala que el mito es una fuente de la verdad por medio del lenguaje.

Total dicen que es un mito intentar derrumbar un mito. La lucha contra el mito es otro mito. En la urbe se habla de mitos urbanos, que son historias fantásticas que flotan en los rincones de las ciudades sin ganas de abandonarlas. El inconsciente colectivo argumentaría Freud, vive del mito para pagar las culpas ancestrales de Edipo o Electra, también para paliar los traumas originarios del sujeto moderno.

Hoy en la Venezuela del siglo XXI, el país ha creído en el mito del socialismo trasnochado; es un mito reciente compuesto de una ideología malsana que genera pobreza, violencia y anomia en todos los estratos sociales. Si la ciudadanía harta de tanto mito perjudicial de la política reflexionara como lo hizo el gran Hesíodo, entonces dejaría de creer en tanta falsedad que se viste de la túnica gubernamental y por fin vería la luz refulgente como el esclavo liberado de la caverna de Platón en su famoso mito. Dios quiera y nos dejemos de mitos y seamos razonables y serios. Sólo se dejan libres en la comunidad los mitos que nos
reconfortan y animan, no los que destruyen la ingenuidad y nobleza de los pueblos.

Ramsés Uribe, profesor ULA/ Correo: ramaseum@yahoo.com/ Twiterr: @ramthalneo
Imagen artística: Ramsés Uribe