Día de la esclavitud en Venezuela    

Por: Germán Rodríguez Bustamante…

El primero de mayo de cada año se conmemora el día internacional del trabajo, como reconocimiento de las luchas realizadas por la clase obrera a lo largo de su historia. Reclamos que se iniciaron el 01 de mayo de 1.886, por la consecución de la jornada laboral de ocho horas diarias. A partir de ese momento se convirtió en una jornada reivindicativa de los derechos de los trabajadores. Es un momento en el cual se exigen derechos laborales y mejoras en las condiciones de trabajo. En la Venezuela revolucionaria no hay nada que celebrar, la Tiranía se ha encargado de destruir la dinámica que impulsa las condiciones favorables para una política laboral sostenible. Los reclamos generados a nivel nacional por la masa trabajadora, desde inicios de este año, fundamentalmente de empleados públicos, son la consecuencia del incumplimiento por parte del Estado del derecho que tiene todo trabajador o trabajadora a un salario suficiente, que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales.

La revolución pretendió subordinar a los sindicatos y organizaciones de trabajadores al modelo político, con la ideologización sindical buscan silenciar los reclamos por promesas incumplidas por parte del gobierno. A pesar de esta proeza existen movimientos sindicales que alzan su voz de protesta, ante los abusos e incumplimientos gestados por un supuesto gobierno revolucionario liderado por un presidente obrero. Maduro y su corte muestra una total ignorancia en materia de políticas coherentes para la asignación de precios en la economía, incluyendo el valor de la fuerza laboral. Los incrementos salariales vía decretos presidenciales de salario mínimo y la bonificación del sueldo, son manifestaciones de la improvisación y la carencia intelectual para entender y comprender los fenómenos presentes, en la formulación de una política coherente en la administración de remuneraciones para un Estado.

El drama no se limita a la remuneración que reciben los trabajadores, también la tragedia impacta la seguridad social. Entendiendo esta como un derecho social, que garantice la salud y asegure protección en contingencias enfermedad, invalidez, enfermedades catastróficas, discapacidad, necesidades especiales, riesgos laborales, pérdida de empleo, desempleo, vejez, viudedad, orfandad, vivienda, cargas derivadas de la vida familiar y cualquier otra circunstancia de previsión social. Así como, los recursos destinados para la atención de la seguridad social incluyendo el salario no pueden utilizarse para otros fines. No existe justificación financiera respaldada, para incumplir esa responsabilidad del Estado.

Es una fantasía pensar que al conceder una mayor cantidad de dinero a los asalariados aumenta así las tasas de salario. La recuperación del poder de compra se podrá lograr, si y solo si, los ajustes no son financiados por expansiones monetarias, es decir, por emisión de dinero inorgánico. En este marco de finanzas públicas quebradas y saqueadas es fácil predecir un tímido incrementos salarial este 01 de mayo. Es Maduro el responsable político del desastre generado, como consecuencia de incremento del salario mínimo que han terminado de destruir el aparato productivo nacional. Los ajustes de salarios realizados sobre la base mínima y el disfraz utilizando bonos de todo tipo, introducen perversiones malignas que afectan la seguridad social de la clase trabajadora.

La OIT realizo un conjunto de recomendaciones para mejorar las condiciones laborales en el país: en primer lugar la importancia de garantizar las medidas para el ejercicio de la libertad sindical, en segundo lugar solicitar a todos los actores del mundo del trabajo, el esfuerzo requerido para la existencia de una instancia técnica y dinámica que aborde el tema de salarios y que permita analizar todos los indicadores que son esenciales para la elaboración de políticas integrales sostenibles, en tercer lugar exigir la voluntad de todos los firmantes de continuar con el proceso de diálogo social, en seguimiento a las decisiones del Consejo de Administración de la OIT, relativas a las recomendaciones de la comisión de encuesta. El ajuste salarias prometido y exigido debe ser el producto de un método, dentro de la política integral de impulso a la producción, a fin de recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores, con la participación de los representantes de las organizaciones sindicales y empresariales, el cual debe ser dinámico y tomar en cuenta las variables y los indicadores económicos y socio-labórales pertinentes, incluyendo el crecimiento económico y los factores exógenos que impacten en la sociedad.

La realidad es que las condiciones actuales de trabajo en Venezuela son pésimas, denigrantes y esclavizantes, las remuneraciones recibidas por la masa de trabajadores públicos son infames, es imposible sobrevivir con una remuneración o pensión, que no cubre lo mínimo indispensable para una vida digna. No es necesario llevar cadenas y candados en las jornadas laborales, para identificar el trabajo en Venezuela como una condición de esclavitud moderna. El llamado presidente obrero desprecia a los trabajadores, las políticas instrumentadas producen estragos en los sectores y estimulan la diáspora generalizada en educación, salud y seguridad. Los últimos escándalos de corrupción, son la prueba fehaciente de que los factores exógenos a la dinámica salarial, son producto del saqueo y no del bloqueo. Mucho más se ha perdido por el robo y la rapiña, que por el cerco y las sanciones.          

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01-05-2023